Buenos días, esperanza

MERINO SANTOS, L.

Buenos días, esperanza

Guadarrama (Madrid), Edit. Agustiniana, 2009, 257 pp.

“Mientras respiro, espero”, decían los romanos. Y nosotros podemos afirmar que respiramos porque esperamos; si no esperáramos moriríamos. Igual que el que no ama no tiene vida, el que no espera, muere. La esperanza da fuerzas, rejuvenece, allana las dificultades. Un hombre sin esperanza es un hombre muerto. Mientras hay esperanza, hay vida. Y hay esperanza mientras seamos capaces de sufrir, comprometernos, orar y llorar. Y todos podemos esperar si es que creemos en el amor, y al esperar seremos capaces de hacer de las espadas arados, de las lanzas podaderas.

Quien cree, ama y espera, tiene vida y comunica vida. Por muy malos que corran los tiempos, no cabe el desaliento, la desesperación, para el que cree, ama y espera. El creer, el amar y el esperar los recibimos como don de Dios y es, al mismo tiempo, una tarea de cada momento. Cada día podemos renovar y avivar nuestra fe, esperanza y amor.

No se puede entender la esperanza cristiana sin la fe y el amor. La esperanza se realiza en la vida concreta de cada uno. “Somos pasajeros en ruta. Estamos en libertad. Cada día es un instante que nos regalan, una oportunidad para soñar, para jugar, para recordar y para compartir”. Son palabras tomadas de la contraportada.

Buenos días, esperanza, nació en momentos de agobio, turbulencia y soledad. Esta era la noche por la que pasaba Licesio cuando se encontró con una niña que se llamaba Esperanza. Y de este encuentro brotó la sonrisa y el deseo de saludar a cada mañana con una esperanza nueva y “mirar a la esperanza como una tabla de salvación que nos permita ser diferentes, sentir mejor, pensar mejor, trabajar mejor”.

Este libro se lee con gusto y es útil para nuestro caminar por la vida. 50 pequeños artículos invitan a sembrar vida, a luchar, a soñar, a levantarse y caminar, a valorarse, a perdonar, a la “operación esperanza”. A pesar de todos los problemas y crisis, no hay que dejarse amilanar por las noches, hay que vivir el presente con una esperanza viva y activa.-

Eusebio Gómez Navarro.