Lc 21, 29-33 – JMC

«En aquel tiempo, puso Jesús una comparación a sus discípulos: «Fijaos en la higuera o en cualquier árbol: cuando echan brotes, os basta verlos para saber que la primavera está cerca. Pues cuando veáis que suceden estas cosas, sabed que está cerca el Reino de Dios. Os aseguro que antes que pase esta generación, todo eso se cumplirá. El cielo y la tierra pasa­rán, mis palabras no pasarán».

  1. Como ya se dijo a propósito del evangelio de ayer, no es posible saber con seguridad a qué acontecimientos concretos se refiere la advertencia sobre la cercanía de «la primavera». En todo caso, es seguro que Jesús anuncia la llegada del Reino de Dios como una liberación para los morta­les. No podemos concretar en qué consistirá esa liberación. Pero es evi­dente que hablar de liberación es hablar de un acontecimiento gozoso: el paso de la opresión a la libertad.
  2. Jesús ha comprometido su palabra en la promesa firme de que esto su­ cede. Y, por tanto, de que esto nos concierne a todos. El Evangelio es una promesa de esperanza. Lo cual quiere decir que quienes lo aceptan, lo asumen y lo hacen inspiración de sus convicciones, tienen todo derecho a vida esperanzada, por muchos y muy fuertes que sean los signos que puedan infundir miedo o pesimismo.

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