Los Carmelitas en Sevilla, 650 años de presencia

MARTÍNEZ CARRETERO, I.

Los Carmelitas en Sevilla, 650 años de presencia, (1358-2008)

Sevilla, Ediciones de la Provincia Bética, 2009, 810 pp.

El Autor, muy conocido en trabajos históricos sobre la Orden Carmelitana, y enamorado del Carmelo y de su historia, nos brinda una historia completa, detallada y fundada en una documentación abundante, la peripecia histórica del Carmelo sevillano, que arranca del año 1358, cuando aparecen, procedentes de Huelva, los primeros carmelitas en Sevilla. Y a partir de esa fecha nos va narrando detalladamente la historia real que ha vivido durante todo este tiempo la Orden del Carmen en Sevilla. La extensión tan abultada de esas 810 páginas bien impresas y con todas las garantías de su objetividad, como lo muestran las numerosas notas que adornan todas sus páginas nos hace asistir a la vida envuelta en luces y sombras, miserias y grandezas humanas, de pecado y de gracia como acontece en la historia de todo acontecimiento humano personal y colectivo. Y agradecemos al Autor que no esconda ninguno de esos elementos. Los analiza, y los juzga. No siempre podremos estar de acuerdo con su juicios, pero nunca podremos decir que no sean reales los hechos que el autor relata.

Después de una introducción sobre los orígenes de la Orden y los primeros siglos hasta el generalato de Nicolas Audet, el lector queda ya en condiciones de comprender y enmarcar el momento en el que nace el Carmelo sevillano en 1358. Es a partir de de ese momento cuando el P. Ismael Martínez estudia la historia que sufre y construye el Carmelo sevillano y también la Provincia Bética, que se desgaja de la Provincia de Castilla en 1498.

A través de sus páginas conocemos momentos turbulentos producidos por la reforma, primero, del General de la Orden, después la llevada a cabo por Trento y condicionada por la del Rey español Felipe II, las relaciones con la Reforma iniciada por Santa Teresa y San Juan de la Cruz, no siempre tranquilas y pacíficas, para seguir la historia del Carmen sevillano con las distintas exclaustraciones acaecidas en España, su experiencia de la Guerra civil, para terminar con la historia en los años de la posguerra civil hasta 2008 con el final de la historia estudiada por él.

Felicitamos al Autor por su trabajo serio, que nos ayuda a conocer mejor la historia del Carmelo español en general y del sevillano en particular, del que conocemos sus religiosos, sus riquezas culturales y artísticas y su servicio pastoral a la Iglesia y sociedad española.

– Segundo Fernández.

La cuestión del ser en Hans Urs von Baltasar, Nicolás de Cusa y Juan de la Cruz

MEIS, A, HUBERT A., PINILLA, J. F.

La cuestión del ser en Hans Urs von Baltasar, Nicolás de Cusa y Juan de la Cruz

Chile, Pontificia Universidad Católica de Chile, 2011, 279 pp.

Se trata de tres investigaciones en torno a la vieja cuestión metafísica del ser, tomando como referentes a un teólogo moderno, como Han Urs von Baltasar, y a otros dos autores medievales, pertenecientes a la esfera mística: Nicolás de Cusa y Juan de la Cruz. El planteamiento pone a confronto la noción de ser y no-ser en sus distintas expresiones; ser-nada, ser-negatividad. La tesis que preside los trabajos está formulada en los siguientes términos: ‘La negatividad del ser es positiva en la medida en que se constituye don en el Espíritu Santo’.

Para Urs von Baltasar el ser es una ‘plenitud atravesada por la nada’, y esta noción de ser halla su sentido a la luz del misterio de Dios. La nada pertenece al acontecer del hombre, en cuanto criatura que se mueve, que deviene, llegando a ser consciente de la distinción tomasiana de esencia y existencia. Dios al hacerse hombre asume este modo del ser. La experiencia de Cristo es a la vez revelación y ocultación de Dios, su anonadamiento y humillación constituyen a la vez su glorificación y plenitud.

Nicolás de Cusa, mediante un discurso metafísico trata de expresar su experiencia mística, fijada en su obra De Visione Dei; su lenguaje apela a una vida en Dios y desde Dios, forzando la lógica del razonamiento, hasta la coincidencia de los opuestos. A Dios que es infinito e incomprensible se asciende por la ignorancia y oscuridad de nuestro intelecto. Saber e ignorar se potencian cuando van unidos, con lo que la tiniebla es a la vez luz.

En el caso de Juan de la Cruz el binomio ser-nada, todo-nada abunda a la hora de describir el camino del alma a Dios. Las criaturas son más bien nada, comparadas con Dios, que es el ser en plenitud. Conceptos como nada, desnudez, vacío, negación, etc., se aplican a la condición humana. El autor se detiene en analizar la obra Llama de amor viva del místico carmelita, prefiriendo centrarse en el término ‘sustancia’: sustancia del alma y sustancia de Dios. Calificando la culminación de la experiencia mística de ‘toque de sustancias’, allí donde el ser de Dios es participado por el ser de las criaturas.

– Ezequiel García Rojo.

El poder de la religión en la esfera pública

MENDIETA, E., VANANTWERPEN, J., (eds.)

 El poder de la religión en la esfera pública

Madrid, Trotta, 2011, 145 pp.

El libro recoge las intervenciones de cuatro destacados pensadores de la filosofía y de la política, fruto de un coloquio cruzado entre ellos. Se trata de Jürgen Habermas, Charles Taylor, Judith Butler y Cornel West.

No siempre ha sido fácil deslindar el ámbito de competencias, la legitimidad y los influjos tanto de la religión hacia la política, como de la política hacia la religión. Se admite que la religión no ha de reducirse a la esfera privada y que el conocimiento que brinda no de rechazarse por irracional, en contraposición a la política, que habría de abarcar la escena pública y regirse por criterios de legalidad y por principios convincentes y pragmáticos. Los autores traídos son filósofos de escuelas y estilos diferentes. Habermas, defiende una sociedad postsecular, en la que los valores religiosos ya han sido asumidos por aquella, y que gracias a los mismos, es posible no sucumbir a la presión de ese monstruo contemporáneo que es el mercado, la fuerza económica que parece extender sus tentáculos por doquier. Charles Taylor aboga por una sociedad en la que prime un orden moral moderno, obligando a redefinir el ‘secularismo’ dominante, en beneficio de una sociedad plural, en la que el elemento religioso sea respetado. Según el estudio de Butler la multiplicidad de formas políticas obedece a diferentes tradiciones religiosas, lo que obliga a asumir la cohabitación como supuesto de vida pública. Por su parte Cornel West, crítico norteamericano de la religiosidad pero también de las formas políticas reinante en su país, apuesta por un humanismo existencialista, en el que el aporte religiosoprofético tiene mucho que decir. Un epílogo de Craig Calhoun examina el lugar que corresponde a la religión en la sociedad norteamericana, destacando el papel positivo de la misma en la organización de la vida pública de los EEUU. La idea principal que aúna los diversos artículos se concreta en el poder y el papel que la religión desempeña en la esfera pública.

– Ezequiel García Rojo.

Buenos días, esperanza

MERINO SANTOS, L.

Buenos días, esperanza

Guadarrama (Madrid), Edit. Agustiniana, 2009, 257 pp.

“Mientras respiro, espero”, decían los romanos. Y nosotros podemos afirmar que respiramos porque esperamos; si no esperáramos moriríamos. Igual que el que no ama no tiene vida, el que no espera, muere. La esperanza da fuerzas, rejuvenece, allana las dificultades. Un hombre sin esperanza es un hombre muerto. Mientras hay esperanza, hay vida. Y hay esperanza mientras seamos capaces de sufrir, comprometernos, orar y llorar. Y todos podemos esperar si es que creemos en el amor, y al esperar seremos capaces de hacer de las espadas arados, de las lanzas podaderas.

Quien cree, ama y espera, tiene vida y comunica vida. Por muy malos que corran los tiempos, no cabe el desaliento, la desesperación, para el que cree, ama y espera. El creer, el amar y el esperar los recibimos como don de Dios y es, al mismo tiempo, una tarea de cada momento. Cada día podemos renovar y avivar nuestra fe, esperanza y amor.

No se puede entender la esperanza cristiana sin la fe y el amor. La esperanza se realiza en la vida concreta de cada uno. “Somos pasajeros en ruta. Estamos en libertad. Cada día es un instante que nos regalan, una oportunidad para soñar, para jugar, para recordar y para compartir”. Son palabras tomadas de la contraportada.

Buenos días, esperanza, nació en momentos de agobio, turbulencia y soledad. Esta era la noche por la que pasaba Licesio cuando se encontró con una niña que se llamaba Esperanza. Y de este encuentro brotó la sonrisa y el deseo de saludar a cada mañana con una esperanza nueva y “mirar a la esperanza como una tabla de salvación que nos permita ser diferentes, sentir mejor, pensar mejor, trabajar mejor”.

Este libro se lee con gusto y es útil para nuestro caminar por la vida. 50 pequeños artículos invitan a sembrar vida, a luchar, a soñar, a levantarse y caminar, a valorarse, a perdonar, a la “operación esperanza”. A pesar de todos los problemas y crisis, no hay que dejarse amilanar por las noches, hay que vivir el presente con una esperanza viva y activa.-

Eusebio Gómez Navarro.

Una carta de consuelo

NOUWEN, H. J. M.,

Una carta de consuelo,

Santander, Sal Terrae, 2009, 101 pp.

Cualquier muerte provoca un dolor inenarrable. Henri Nouwen, uno de los mayores maestros y escritores de espiritualidad de nuestro tiempo, reflexiona sobre el significado de la muerte y de la vida en el horizonte de la fe en la resurrección.

Unos meses después de la muerte de su madre, Nouwen escribe una larga carta a su padre. Al meditar sobre las complejas cuestiones que surgen a raíz de esa muerte lleva a Henri de vuelta a la cruz, a la idea de que de alguna forma, en alguna parte, Dios está compartiendo la angustia de cada muerte. Sólo la promesa de la resurrección, la sólida garantía de que el amor es más fuerte que la muerte, puede hacer que la separación sea tolerable e incluso una fuente de gracia.

Pasaba el tiempo y Nouwen seguía ocupado en sus tareas diarias y trató de prestar la atención debida a su familia, pero se dio cuenta de que no había derramado una sola lágrima antes o después de la muerte de su madre. Le parecía como si las voces de quienes le rodeaban le estuvieran diciendo: “Tienes que seguir adelante, la vida continúa. Las personas mueren, pero tú tienes que seguir viviendo, trabajando, luchando. El pasado no se puede cambiar. Mira hacia delante”. El había obedecido.

Fue, precisamente, en un retiro que hizo donde empezó a derramar lágrimas y, en aquellos momentos, se dio cuenta que el duelo había comenzado. Al sentir el consuelo que recibía cuando leía las cartas de su padre, decidió compartir su dolor con el suyo. Decidió escribir para su padre, para él y, tal vez, para muchas personas que se hacían las mismas preguntas que ellos. Así nacieron las nueve cartas de este libro.

En las últimas palabras de este escrito confiesa: “No sé si he sido capaz de alcanzarte en tu soledad y en tu duelo. Tal vez mis palabras hayan sido más útiles para mí que para ti. Pero, aunque así fuera, espero de todas formas que el simple hecho de que estas palabras hayan sido escritas por tu hijo sobre la persona a la que tanto hemos amado ambos sea para ti fuente de consuelo”.

Como la muerte alcanza a todos, es bueno prepararse para la muerte, aunque no encontremos apoyo en nuestra cultura. Nouwen sabe que la mayoría de la gente aspira a vivir el mayor tiempo posible en nuestra tierra y, de alguna forma, no trata de pensar en la muerte, porque la considera como un trago amargo. Así afirma en otro de sus libros, Pan Para El Viaje. La Muerte: un nuevo nacimiento: “Sin embargo, morir, como dar a luz, es un camino hacia una nueva vida… Debemos prepararnos para nuestra muerte con el mismo cuidado y atención con que nuestros padres se prepararon para nuestro nacimiento».

– Eusebio Gómez Navarro

15 días con Ramón Llul

PONS, G.,

15 días con Ramón Llull

Madrid, Ciudad Nueva, 2005, 125 pp.

Dentro de la colección “15 días con” dirigida por el P. José-Damián Gaitán, OCD, el número 16 se encuentra dedicado a la figura del beato Ramón Llull (1232-1316), el filósofo, misionero, teólogo y místico medieval, conocido también como el Doctor iluminado, que es autor de obras tan fundamentales y diversas como Blanquerna, el Libro del gentil y los tres sabios, Horas de Nuestra Señora, Libro de la contemplación, el Libro de la Orden de Caballería, Félix o maravillas del mundo y Ars magna entre otras muchas, hasta un total de 243. Resultan innegables para la historia y la cultura universal su ingenio, su labor enciclopédica escrita en árabe y latín, y la creación del catalán literario.

Sin embargo, en esta colección de “15 días con”, el objetivo consiste en acercar al gran público, el tesoro de los grandes maestros de la vida espiritual a través de quince temas que han sido escogidos especialmente para poder acompañarnos en medio de nuestro caminar cotidiano. El lector irá descubriendo a lo largo de sus páginas la vida y obra de este laico mallorquín, casado y padre de familia. Lull a raíz de su conversión, que algunos han querido comparar con la de san Pablo, manifestó un deseo ardiente por salir de su isla para llevar la palabra de Dios a todos los pueblos y gentes, hasta el punto de anhelar el martirio como de hecho llegó a experimentar. Aunque, si bien es cierto, que no hay datos suficientes para conocer si su muerte tuvo lugar en las tierras del norte de África o mas bien de regreso a su patria, el martirio le llegó como consecuencia de haber sufrido persecución precisamente por su afán apostólico.

Ramón Llull fue un hombre de fe y muy devoto de la Virgen María, prueba de ello son sus numerosas peregrinaciones y viajes por los distintos santuarios de la cristiandad. Desde el amor que profesó por la Iglesia y por la unidad de los cristianos, hasta el ideario de caballero cristiano que elaboró, pasando por las descripciones de la vida eremítica y de las mirabilia Dei que podemos contemplar en la naturaleza. Todos ellos temas que desprenden el bonus odor Christi de quien ha decidido seguir verdaderamente a Cristo. Pero Ramón Llull, muy influido por el franciscanismo, fue también un hombre racional, profesor en la Universidad de París en donde aprendió y enseñó que el diálogo y la razón son siempre necesarios para el ejercicio de la actividad ecuménica. En resumen, la lectura de este pequeño libro, muy recomendable, nos sumerge por tanto en la vida del beato Ramón Llull por medio de sus textos y de los comentarios realizados por su autor.

– Pedro José Grande Sánchez.

El Evangelio reencontrado

PRONZATO, A.

El Evangelio reencontrado

Santander, Sal Terrae, 2011, pp.

Alessandro Pronzato no necesita presentación. Sacerdote italiano, maestro y periodista, es autor de más de ochenta obras. Es un autor que no se cae de las manos. La lectura de este libro fluye con interés creciente por su estilo ágil, por la manera de presentar los temas y por las ideas que sugiere.

El Evangelio reencontrado no es otro Evangelio más. Lo que propone el autor es el viejo Evangelio que la Iglesia nos ha transmitido y que todos conocemos, pero que no siempre lo presentamos por medio de nuestros comportamientos, nuestro modo de pensar y de hablar.

Si verdaderamente las personas hicieran suyas sus exigencias más radicales, nos dice Pronzato que “lo encontrarían en las calles, lo leerían en los rostros, en la entonación de la voz o en una cierta luz que brilla en los ojos, y se quedarían asombrados, tal vez también seducidos”. Y Dios necesita personas radicales en el amor, locos, locos por Cristo, personas con un corazón enloquecido, ya que el amor verdadero solamente puede ser loco. “El cristiano, y en particular quien se dedica al ejercicio de la caridad, sabe que el Señor exige un amor como el suyo: excesivo, pródigo, loco”

El libro se estructura en un prólogo, 32 temas y un epílogo. Me ha llamado la atención las ideas que usa Pronzato cuando habla del dinero, del Hijo Pródigo, de la vanidad en la Iglesia, de los ídolos…

“Ve adonde el Evangelio te lleve”, es el título del epílogo. Y cita a Marcos, 1,14-15 “convertíos y creed el Evangelio”. Esta invitación de Jesús constituía el núcleo esencial de su predicación y ésta es la receta para nuestros males, según apunta Alessandro. Convertirse es entrar en otro camino y creer en el Evangelio significa ceñirse con un cinturón ajustado a la cintura, que nos ayuda a ponernos en camino, a caminar por rutas imprevisibles. “No es posible decidir, y ni siquiera prever, adónde llegaremos. Pero es seguro que habrá muchas sorpresas en nuestro itinerario. Para nosotros y para los demás”.

– Eusebio Gómez Navarro.

Plenitud y vacío. Cristo y el camino Zen

RAGUIN, Y.

Plenitud y vacío. Cristo y el camino Zen

Madrid, Narcea, 2010, 91 pp.

Este libro comienza con un prólogo de Benoît Vermander. En él nos habla de Yves Raguin. Yves Raguin, jesuita, autor del Diccionario Ricci de la Lengua China y director de Instituto Ricci de Taipei, fue un gran conocedor del mundo oriental, sobre todo Taiwán y Vietnam, donde fue profesor. Gran maestro espiritual, además de su amplia bibliografía, mantuvo una amplia correspondencia con personas de todas las latitudes en las que se trasluce su deseo de integrar la tradición oriental con los valores occidentales.

  1. Vermander, cuando habla de Raguin nos dice que los dos “relatos espirituales” presentados en este volumen es lo mejor de la obra de Yves. Estos textos nos explican con fuerza y exactitud de una cuestión cuya importancia y actualidad no ha cesado de confirmarse: ¿de qué manera la experiencia espiritual cristiana se encuentra con la experiencia espiritual de otras tradiciones, sobre todo con el budismo? La experiencia decisiva para todo ser humano, afirma el autor, es la vivencia de su naturaleza original en su relación con el Absoluto. Esta experiencia la viven de distinto modo el cristiano y el budista. Estas dos experiencias son por una parte semejantes y, por otra, diferentes.

Yves Raguin, se nos dice en la contraportada, nos relata en este libro el proceso de su meditación durante varios años practicando Zen y es la experiencia de quien se atreve pacientemente a descubrir un mundo interior… Con sencillez, reflexiona sobre la plenitud divina que sólo se deja encontrar en el vacío; se pregunta sobre la naturaleza de la palabra que ilumina el silencio más total y sobre el vacío que habita en lo más profundo del ser y que permite que se encienda nuestra llama interior.

Los dos relatos de esta obra son: El vacío interior, camino hacia Dios y Relato de Roucas. En el primero se habla de Cristo en la mismidad de mi ser, el camino del vacío interior, el camino en la plenitud del vacío, más allá del vacío que es el Fuente. El segundo, comprende las siguientes reflexiones: Te necesito, la puerta secreta de la naturaleza, el perfecto amor, el camino recorrido.

El libro se cierra con un Epílogo. En él nos dice Raguin que Dios le había querido hacer comprender su deseo de vivir en él. “Tenía ante mí, agrega el autor, la evidencia de que Dios tenía necesidad de mí, de todo lo que yo era, y que, por otra parte, todo era Él… todo de Él y todo de mí”.

– Eusebio Gómez Navarro

A corazón abierto. Encontrar a Dios en la vida diaria

REUTER, M.,

A corazón abierto.
Encontrar a Dios en la vida diaria.

Santander, Sal Terrae, 2011, 173 pp

Este libro se basa en experiencias, las de la autora, las de los demás, las de la Biblia y otros libros. Se estructura en siete capítulos: todo es santo; las parábolas del despertar; hospitalidad: ¿quién llama a mi puerta?; la obediencia: escuchamos, discernimos y respondemos; estabilidad: nos detenemos mientras caminamos; la espectacularidad de lo cotidiano: para los que gimen; vivir en un lugar santo: vivir de una forma contemplativa. Todos estos capítulos se centran en los valores que san Benito puso más énfasis.

Mary Reuter, benedictina, es una artista, “es experta, además de hábil, a la hora de prestar atención a lo extraordinario y a lo ordinario; a la hora de descubrir la presencia de Dios en los acontecimientos de la vida diaria. A través de las conmovedoras y joviales historias de Reuter, y gracias a su comprensión de las Escrituras y de la Regla de san Benito, los lectores también podrán dedicarse a la búsqueda de Dios en lugares insospechados; y al hacerlo verán que sus corazones se abren al amor incondicional de Dios, que todo lo abraza” (cubierta contraportada). Y quien se abre al amor incondicional de Dios ve cómo la esperanza de san Benito se convierte en una realidad más plena en las experiencias cotidianas: “porque en todas las cosas Dios puede ser alabado” (1 Pe 4,11) y es, además, consciente de los milagros que acontecen cada día, en los que se puede palpar la mano de Dios.

La vida cotidiana transcurre a un ritmo vertiginoso que, en muchas ocasiones, no nos permite darnos cuenta de todo lo que vemos y vivimos. Cada día tiene que ser un abrir los ojos a lo nuevo; los encuentros cotidianos nos ofrecen la oportunidad para nuestra transformación de poder ver la riqueza de nuestra existencia. Rahner nos ofrece el mensaje de que “un cristiano auténtico que vive el misticismo de la vida cotidiana posee la confianza inquebrantable, aunque a menudo secreta, en que la vida cotidiana es la esencia de una vida auténtica y de un cristianismo verdadero”. Esta esencia está amasada de todas las experiencias de la vida: felices, dolorosas, alegres, tristes… “De hecho, nosotros tejemos la tela de nuestra vida eterna con nuestros días rutinarios” (Eagan). Cada persona podrá dedicarse a la búsqueda de Dios en los lugares más insospechados; y, al hacerlo, descubrirá al Dios que se revela en cada acontecimiento, por insignificante que sea.

Esta búsqueda de Dios no es estática, es dinámica. San Benito consideraba que la vida es un viaje. Reuter invita a seguir corriendo a corazón abierto. “Somos llamados a avanzar en nuestro viaje, tanto si es caminando, tropezando o corriendo, con un corazón abierto que recibe y ofrece amor… Que nuestro corazón asombrado se una al milagro de Dios cuando vivamos en afirmación de Dios: “¡Qué bueno es todo! ¡Todo es sagrado!” (M. Reuter).

– Eusebio Gómez Navarro.

La espiritualidad esponsal del Cántico Espiritual de san Juan de la Cruz

SEGURA ECHEZÁRRAGA, X.

La espiritualidad esponsal del Cántico Espiritual de san Juan de la Cruz

Ávila, Institución Gran Duque de Alba, 2011, 390 pp

La bibliografía sanjuanista contiene una ingente cantidad de trabajos e investigaciones, pero faltaba un estudio sobre la simbología nupcial o esponsal en la doctrina del santo de Fontiveros. Podemos decir que estamos ante un trabajo serio y profundo, pero también original, sobre la doctrina sanjuanista a la luz del Cántico Espiritual y de la simbología esponsal. No olvidemos que se trata de la misma simbología con la que culmina Teresa de Jesús el final de sus Moradas.

El presente estudio nos ofrece una buena síntesis de los estudios de los últimos años, pero al mismo tiempo, nos presenta nuevas vías para la interpretación del Dr. Místico en diálogo con el mundo actual. Creemos que estamos ante una nueva línea de investigación que abre perspectivas de mucho interés, revalorizando la teología simbólica, y en particular, el símbolo esponsal.

Esta obra nace de una tesis doctoral retocada y adaptada, manteniendo las citas y el aparato crítico, con lo que se sintetiza el trabajo de investigación realizado. Junto a un capítulo de introducción para clarificar brevemente dos temas previos (la simbología esponsal y la cuestión sanjuanista) entramos en el análisis del Cántico. Se parte de un estudio genético del Cántico Espiritual, desde las primeras estrofas escritas en la prisión de Toledo y su culminación con nuevas estrofas, a los comentarios para cada una de ellas, alcanzando la primera redacción (CA) entregada en Granada a Ana de Jesús en el año 1584. También se estudia la evolución hacia la segunda versión del CB, aportando hipótesis originales llenas de sentido común. A continuación se hace un estudio de la doctrina global, tal como queda en la versión definitiva del CB. Se considera la simbología con la riqueza del mensaje poético, pero también los comentarios del autor, con el contenido teológico que va asignando. La investigación está llevada con seriedad, buscando las fuentes en las tradiciones de espiritualidad anteriores, y mostrando las aportaciones de la doctrina sanjuanista, que el estudio atribuye a la peculiar personalidad del santo y al ambiente del Carmelo teresiano en que se inserta.

Una vez realizado el estudio crítico, el capítulo cuarto nos ofrece una renovada visión de la doctrina del Cántico Espiritual sanjuanista. Juan de la Cruz conecta con la tradición eclesial que profundizaba el Cantar de los Cantares, redescubriendo claves de teología y espiritualidad muy ricas y actuales, que quedan resumidas aquí. La espiritualidad del Cántico queda caracterizada como una espiritualidad del amor, del deseo y del placer, una espiritualidad erótica, mística y trinitaria. Uno de los elementos originales y arriesgados de esta obra es el intento, que consideramos exitoso, de rastrear en las obras y la biografía del santo el trasfondo del Cántico Espiritual: la experiencia del autor y el ambiente teresiano-sanjuanista. No deja de ser una pretensión arriesgada, al considerar la personalidad de Juan de la Cruz -bien distinta de la teresiana-, que parece ocultarse en sus obras, pero dejando “un no sé qué que queda balbuciendo”. Tiene especial interés el estudio de la “experiencia genuina” sanjuanista en la noche de la prisión de Toledo, como un momento álgido de la experiencia de Dios de Juan de la Cruz, preparado en la convivencia previa con Teresa y las carmelitas de Ávila, y que después se desarrollará, especial-mente, en la relación con las carmelitas de Beas y Granada.

Al final se clarifica el contenido de la espiritualidad sanjuanista. Con la luz del símbolo esponsal descubrimos la radicalidad de la Encarnación, de cuya humanidad divina recibimos todos los dones de la Redención humana. Dios ya se ha unido a la humanidad en Cristo-Esposo. Falta la respuesta de la Esposa eclesial, que se expresa en cada uno de nosotros (el alma-esposa), que ha de caminar hacia la unión con Dios a través de un proceso de purificación e iluminación. La experiencia de la unión es el mayor deseo, que llena todas las aspiraciones del hombre y la mujer y que desvela, al mismo tiempo, la presencia divina en lo creado.

La espiritualidad esponsal sanjuanista es la invitación a un proceso hacia la unión con Dios que asume los sufrimientos del camino, pero lleno de goces y deleites vividos en medio de la historia, que apuntan a una plenitud, con visos de gloria, fuera de ella.

Llama la atención la respuesta novedosa a los críticos literarios que, en los últimos tiempos, han valorado el erotismo latente de los poemas sanjuanistas: se va mostrando el sentido profundo de la doctrina sanjuanista como experiencia purificadora y unitiva que conduce a un mayor placer y goce de todo lo creado, con la mirada inocente del nuevo Adán redimido en Cristo. Es brillante y valiente la fundamentación de este tema en los pilares fundamentales del cristianismo: la Encarnación y la Redención. A lo largo del trabajo se subraya el interés por la dimensión antropológica de su doctrina espiritual, hundiendo sus raíces en los datos históricos que tenemos, que no son muchos pero sí suficientes. Resulta también muy original la valoración de la dimensión comunitaria, las relaciones personales del santo, el ambiente teresiano-sanjuanista. Son valiosos el diálogo y la compenetración doctrinal que el estudio va mostrando entre la doctrina sanjuanista y teresiana.

Creemos que este trabajo tiene mucho interés, tanto por la investigación propia desarrollada y los resultados obtenidos como por las nuevas perspectivas que se van sugiriendo en su lectura. No es difícil conectar, como el mismo autor sugiere, la espiritualidad del Cántico, con nuevas líneas de espiritualidad esponsal que han aparecido en los últimos años y que han llegado al magisterio eclesial (cf. Catequesis sobre el amor humano de Juan Pablo II; cf. Deus Caritas est de Benedicto XVI, etc.).

– Secundino Castro.