El Carmelo de Begoña

UNZUETA ECHEVARRIA, A.,

El Carmelo de Begoña

Ediciones El Carmen, Bilbao, 2007, 692 pp., 17 x 24 cm.

Cuando esta Comunidad Carmelitana celebró su primer centenario, expresó su deseo de que se preparara y publicara una Memoria-Historia de los Carmelitas en el Carmelo y de su iglesia. Ese deseo no se llevó entonces a la práctica, y ahora, merced al P. Antonio Unzueta, se ha visto realizado y creemos con plena satisfacción de todos los religiosos de la Provincia de San Joaquín de Navarra, que venía anhelándola, para entrar a formar parte del núcleo formado por otros monasterios de la misma Provincia que tenían ya esa historia publicada.

El Autor, licenciado en historia por la Gregoriana de Roma, ha mostrado ya sus cualidades de historiador en varios temas relacionados con esta su especialidad. Y hoy añade esta historia del Carmelo de Begoña, una historia que está centrada de manera principal en narrar en sus 692 páginas la historia de estos 120 años de vida que lleva de existencia plena El Carmelo de Begoña.

Divide esa historia en seis partes y cada una está formada por una serie de capítulos. Y añade, al final, cuatro apéndices, dedicados a enumerar los Prelados que han gobernado el Carmelo de Begoña, los religiosos fallecidos en dicho convento, el número de moradores durante este tiempo y un completo índice onomástico. Se cierra con un apéndice gráfico, en el que en distintas fotografías, encuadradas en cada sección en la que divide su obra, enriquecen el valor de esta historia. Cada sección viene precedida de un breve resumen del contenido de la misma, y el marco en el que se desarrolla. Los títulos de las mismas así como de los distintos capítulos son lo suficientemente claros para entender su contenido y a ello contribuyen los distintos epígrafes en que cada capítulo se siente enriquecido.

En resumen, una historia completa y detallada de la vida ad intra y ad extra de esa Comunidad a lo largo de su existencia en Bilbao. Y decimos detallada, porque en cuanto a su vida ad intra sabemos el horario que pauta su vida, las actividades dentro y fuera de la comunidad, los religiosos que la forman en las distintas etapas de su historia, los gastos y entradas de la comunidad, la vida del Colegio de Filosofía y Teología centrada, sobre todo, a formar a sus estudiantes, numerosos en algunas épocas, menos en otras y hasta la desaparición del mismo y finalmente los gozos y las alegrías que esta Comunidad, como todas las de este mundo, se ha sentido envuelta. Y este aspecto lo confirman esos tres apéndices primeros de los que hemos hablado. Y ad extra conocemos el entorno socio-político y eclesial en el que se desenvuelve su vida y de los que se siente afectada de una manera bastante fuerte.

Felicitamos al autor y a la Comunidad del Carmelo de Begoña por esta historia de la que pueden disfrutar. Al Autor fraternalmente le aconsejamos que modere algunos de sus juicios sobre distintos acontecimientos que se han producido en esos años, porque algunos son discutidos y discutibles, y personalmente pienso no responden a la verdad, vista desapasionadamente. Para evitar confusionismos, recordamos que Santa Teresa fue declarada Patrona de la Intendencia en el año 1915 por el Rey Alfonso XIII, y que proclamar a Teresa la Santa de la raza, fue así cantada desde 1922 en el himno oficial de ese centenario teresiano, y en 1929 el P. Gabriel de Jesús publica su libro, La santa de la raza. Vida gráfica de santa Teresa de Jesús. No pensamos que estos fraternos reparos resten un ápice al valor de conjunto de esta historia completa y detallada que nos brindan sus numerosas páginas escritas con seriedad y no disimulado afecto hacia esa Comunidad del Carmelo de Begoña que ha dejado su impronta en la vida cristiana de su entorno.

– Segundo Fernández.

Dioses, creencias y neuronas

NOGUÉS, R. Mª.,

Dioses, creencias y neuronas

Fragmenta editorial, Barcelona, 2011,

El libro que presentamos es la traducción castellana del libro aparecido en el 2007 en esa misma editorial, cuyo interés es evidente por la originalidad del enfoque. De hecho, el escolapio P. Ramón M. Nogués, doctor en biología y con amplios estudios en filosofía, teología y pedagogía, es catedrático emérito de la Universidad Autónoma de Barcelona y por ello especialmente cualificado para introducirnos en el moderno mundo de la neurobiología y su relación con la transcendencia. Su ultimo libro en efecto lleva por título Cervell i transcendencia («Cerebro y transcendencia») aparecido en la misma editorial en 2011

El autor introduce su ensayo de manera clara apuntando a la contraposición entre filosofía y ciencias humanas y religión en los tiempos modernos. En cambio, según él, la relación entre biología, neurología y antropología y religión está llegando a resultados positivos. En contraste con el movimiento del nuevo ateísmo» de corte anglosajón, uno de cuyos representantes Christopher Hitchens acaba de morir, y sin embargo con una abundante bibliografía en inglés, el escolapio expone su pensamiento en doce capítulos con gran pedagogía, teniendo en cuenta la general ignorancia de estos campos en el lector medio.

Resaltamos la utilidad del primer capítulo -«Panorama conceptual» en el que se nos explican las actuales nociones de Dios, fe, espiritualidad, creencias, y religiones. Hallamos ya una aproximación lejana no solo a la escolástica, sino incluso a los modernos tratados teológicos que no están en diálogo con la cultura actual, sobre todo de origen anglosajón. De notarse la idea de «espiritualidad» como «cultivo de la interioridad» que está cada vez más difundida en nuestra cultura global. En su visión de las religiones señala sobre todo el aspecto institucional. En todo ello el enfoque es fenomenológico. A partir del capítulo segundo entramos en materia típicamente neurológica con el significativo título «Cerebro y transcendencia», otra de las nociones básicas de este ensayo. Se examina con detalle el aspecto evolutivo del cerebro y su función de dar unidad a la experiencia humana. Todo lo cual está provocando un «huracán relativista», en medio de descubrimientos sobre las partes del cerebro y la progresiva aparición de ritos, emociones, razonamiento lógico, y decisiones, y una difícil distinción entre lo material y lo espiritual. Se trata de una «revolución de la esperanza» (Fromm), una victoria sobre el egoísmo (transcendencia) y una recuperación antropológica de la globalización.

Notamos las frecuentes citas de Antonio Damasio, un científico portugués radicado en Estados Unidos, con su interesante ensayo El error de Descartes, una defensa de la emoción que junto con la razón conduce a la decisión. Otro autor citado con admiración es el filósofo español José Antonio Marina. Nuestro autor apunta a la reconciliación entre fe y ciencia con oportunas distinciones, y puntualizando la famosa intervención del Papa en Regensburg. Así se puede pensar en una «neuroreligión» que no es una «neuro teología».

Frente a la crítica ideológica de la religión de siglos pasados, Nogués propone una recuperación antropológica de la misma, que no es en manera alguna una recuperación sociológica en clave de poder. Se aborda el tema del lenguaje sobre Dios y de los modelos religiosos y se apunta a un Dios sin religión con expresiones poético-simbólicas. Las mismas creencias estarían en un proceso evolutivo hacia la hominización. Nogués alude a las posiciones de diversos científicos actuales que parecen tener ideas muy superficiales sobre religión (Boyer, Dawkins, Wilson…).

El capítulo octavo, «Neuroreligión», es quizás el centro de la aportación del autor que pasa a analizar la auto-transcendencia y el sentido del misticismo, analizando sus diversos tipos, y la descripción de las estructuras cerebrales relacionadas con la experiencia religiosa: los operadores cognitivos, los estados mentales místicos y su registro neurobiológico, y en fin las funciones mentales de la meditación.

A partir del capítulo noveno entrarnos en un diálogo más abierto con el mundo de la teología. El autor constata el desafío del pluralismo religioso actual que interpreta evolutivamente y propone para nuestro momento una «nueva época axiaI» inspirado en Jaspers. La globalización exige un nuevo «ethos»; se impone

la relativización y la secularización de las instituciones religiosas que pierden poder social. Los capítulos restantes enfocan más directamente el impacto de esta nueva situación cultural sobre el catolicismo. Los títulos son significativos: «Espirituales o religiosos?», «Sexo, género y religión», «Organización para servir o estructura de poder». Esta es sin duda la parte que puede suscitar mayores debates y controversias.

Creemos pues que la aparición en castellano de esta obra es una interesante contribución en un terreno fronterizo que exige gran competencia profesional. El autor logra explicar cantidad de nociones científicas con evidente conexión con la espiritualidad y la religión y propone su interpretación con una muy notable información sobre los temas. La critica del racionalismo clásico, el nuevo diálogo con la ciencia y concretamente con la neurobiología, el horizonte positivo que se vislumbra y los problemas que puede suscitar en la interpretación de la fe cristiana son pues elementos a resaltar en una obra que no dudamos tendrá una interesada acogida en los diversos medios de nuestra sociedad.

– Fernando Guillén Preckler.

Tiempo de crear

GONZÁLEZ BUELTA, B.,

Tiempo de crear.
Polaridades evangélicas

Sal Terrae, Santander 2009. 200 pp. 13,5 x 20 cm.

El autor es bien conocido por los lectores de la colección «El Pozo de Siquem», que ya cuenta con numerosos libros en su haber. Benjamín González Buelta ha sido maestro de novicios y superior provincial en

República Dominicana y ahora en Cuba, desde donde escribe el presente libro, que es, para su autor, un punto de llegada. Así lo explica: «Este libro viene a completar el camino ya expuesto en dos libros anteriores. En Orar en un mundo roto. Tiempo de transfiguración, presentaba la fragmentación interior a que estamos sometidos y cómo la experiencia de Dios es profundamente integradora de nuestro universo interior, al tiempo que nos integra plenamente en la realidad, nos transfigura a nosotros y transfigura la realidad ante nuestros ojos. En Ver o perecer. Mística de los ojos abiertos, describía la pedagogía contemplativa para crear una nueva sensibilidad que nos ayude a percibir con nuestros sentidos a Dios activo en el fondo de nuestra realidad. En este último libro, Tiempo de crear. Polaridades evangélicas, intento ayudar a comprometernos con creatividad en las múltiples fronteras de nuestro mundo, respondiendo a la propuesta que Dios nos hace desde el fondo de la vida misma, para crear juntamente con Él un futuro más humano para todos, sin exclusión alguna» (p. 27). Y prosigue situando el libro en su contexto vital: «Estas páginas se inspiran en la reflexión que la Vida consagrada en Cuba, muy intercongregacional e inserta en la Iglesia local, ha realizado bien enraizada dentro de las comunidades cristianas en las que vive su identidad y su misión. Todo mi agradecimiento para este pueblo profundamente creativo, cordial y digno, donde vivimos una de las fronteras más desafiantes de nuestro tiempo» (ibíd.). La cita ha sido muy larga pero merecía la pena. Nos da el tono de la obra y su interés interno de suscitar «creatividad» desde la óptica del Evangelio, es decir: intentando, por todos los medios (lícitos, evidentemente), producir síntesis, cohesión, concordia, unión, reunión, enlazamientos, anclajes y todo tipo de productos positivos que sirvan para unificar lo que antes podía estar o aparecer como dividido, fragmentado y sin solución; de ahí, el subtítulo: Polaridades evangélicas; y de ahí, los títulos de los capítulos, bien equilibrados y pensados: 1. Tiempo de crear: las dos alas del Espíritu; 2. La utopía y lo germinal; 3. Profecía y sabiduría; 4. Eficacia y gratuidad; 5. Lo comunitario y lo personal; 6. Mística y ascética; 7. Un proceso de creatividad evangélica: el cap. más breve y, como es lógico, el más abierto.

Como experto en escribir libros de espiritualidad, concretamente, para esta colección, el autor le tiene tomado el pulso a la redacción y la medida a la expresión; y así, todos los capítulos inician con un pequeño relato que comienza con las palabras «El reino de Dios se parece a…»; y todos los capítulos, excepto el primero, finalizan con un poema, de la mano del autor, para dejar al lector degustando las palabras y todo lo que hay detrás de ellas y no saben decir sino sólo sugerir… De este modo, todo encaja curiosamente a la perfección y logra el autor una simbiosis entre relato breve, ensayo y poesía, que la misma lectura da gusto en todo momento: para todos los gustos y, especialmente, para los gustos exigentes.

Si hacemos una mirada a vuelo de pájaro relacionando los títulos de los capítulos, las metáforas del inicio de los relatos y el tema de los poemas finales, nos queda del siguiente modo:

Cap. 1º: …las dos alas del Espíritu; relato: «El reino de Dios se parece a las aves…», porque se trata de volar con dos alas (imposible con una sola), y si una está rota, habrá que curarla, para poder reemprender el vuelo y lanzarse a las polaridades evangélicas; no tiene poema.

Cap. 2º: Utopía y lo germinal; relato: «…a un roble sacudido por el huracán», cristiano fuerte (enraizado), zarandeado por el huracán (cambios sociales) durante «lo germinal», el nacimiento de algo nuevo (utopía evangélica); poema: «Pan y Palabra», cuyas últimas palabras son: «Yo busco una palabra / que sea pan / en el desierto» (recuerda a la obra de Merton, Pan en el desierto, sobre el alimento de los Salmos para el monje).

Cap. 3º: Profecía y sabiduría; relato: «…a un joven que se enfrenta con su pequeña tabla de “surfing” a la ola gigante»; «…el joven [el religioso], para jugar y crear la belleza de su baile, utiliza la misma fuerza de la ola que lo amenaza», baila y juega, dos acciones-símbolo caras a Miguel Márquez, aplicadas a la Vida consagrada (VC), en un inteligente y arriesgado (y, por ello, apasionante) diálogo entre profecía y sabiduría; poema: «Jeremías», qué mejor que ilustrar el diálogo de Jeremías con Dios, lleno de vacilación, de confianza y de vida a la vez. Cap. 4º: Eficacia y gratuidad; relato: «…a un niño recién nacido»: la vida (la consagrada, p.e.) tiene todo el potencial desde el inicio, pero necesita tiempo para germinar y también gratuidad (en el amor, que siempre viene primero) para ser eficaz (en las obras, que siempre vienen después); poema: «Tiempo de poda», todo un símbolo del binomio poda-crecimiento.

Cap. 5º: Lo comunitario y lo personal; relato: «…a una sinfonía [comunidad] que está compuesta por muchas notas [personas] diferentes»; buen equilibrio personalista, entre el Tú, el Yo y el Nosotros, sin malabarismos, con realismo y también esperanza; poema: «Todos», con las palabras: no «revelan todo su secreto / cuando alguien les llama: / “mío”, “tuyo”, “nuestro”. / ¡Su nombre es “todos”!». A eso aspira la VC.

Cap. 6º: Mística y ascética; relato: «…a una bailarina», de nuevo la acción de bailar pensada para el ámbito de la vida consagrada; acción llena de ascesis (entrenamiento) y de mística (o éxtasis, en la categoría explicada por López Quintás); poema: «Necesito», porque necesito «presencia» y «ausencia», «saber de ti» y «el no saber», «el día claro» y «la noche oscura», «la palabra» y «el silencio», «el gozo» y «el dolor»…

Cap. 7º: Proceso de creatividad evangélica; relato: «…a la puerta pequeña que un albañil sabio abre en silencio durante la noche», el menos directo de los relatos, el más simbólico y el más abierto al futuro, que siempre es incierto y arriesgado. Y qué mejor que acabar el libro con el poema: «Cada mañana», al despertar, siempre puedo crear…

– Ignacio Husillos Tamarit.

Gaudete et exultate – síntesis de la exhortación apostólica

Síntesis de la Exhortación Apostólica del Santo Padre Francisco:

GAUDETE ET EXSULTATE

SOBRE EL LLAMADO A LA SANTIDAD EN EL MUNDO ACTUAL

  1. «Alegraos y regocijaos» (Mt5,12), dice Jesús a los que son perseguidos o humillados por su causa. El Señor lo pide todo, y lo que ofrece es la verdadera vida, la felicidad para la cual fuimos creados. Él nos quiere santos y no espera que nos conformemos con una existencia mediocre, aguada, licuada. En realidad, desde las primeras páginas de la Biblia está presente, de diversas maneras, el llamado a la santidad. Así se lo proponía el Señor a Abraham: «Camina en mi presencia y sé perfecto» (Gn17,1).
  2. No es de esperar aquí un tratado sobre la santidad, con tantas definiciones y distinciones que podrían enriquecer este importante tema, o con análisis que podrían hacerse acerca de los medios de santificación. Mi humilde objetivo es hacer resonar una vez más el llamado a la santidad, procurando encarnarlo en el contexto actual, con sus riesgos, desafíos y oportunidades. Porque a cada uno de nosotros el Señor nos eligió «para que fuésemos santos e irreprochables ante él por el amor» (Ef1,4).

CAPÍTULO PRIMERO: EL LLAMADO A LA SANTIDAD

LOS SANTOS QUE NOS ALIENTAN Y ACOMPAÑAN

  1. Los santos que ya han llegado a la presencia de Dios mantienen con nosotros lazos de amor y comunión.

LOS SANTOS DE LA PUERTA DE AL LADO

  1. No pensemos solo en los ya beatificados o canonizados. Dios quiso entrar en una dinámica popular, en la dinámica de un pueblo.
  2. Me gusta ver la santidad en el pueblo de Dios paciente: en esta constancia para seguir adelante día a día, veo la santidad de la Iglesia militante. La santidad «de la puerta de al lado»; «la clase media de la santidad».

EL SEÑOR LLAMA

  1. No se trata de desalentarse cuando uno contempla modelos de santidad que le parecen inalcanzables.

TAMBIÉN PARA TI

  1. ¿Eres consagrada o consagrado? Sé santo viviendo con alegría tu entrega. ¿Estás casado? Sé santo amando y ocupándote de tu marido o de tu esposa, como Cristo lo hizo con la Iglesia. ¿Eres un trabajador? Sé santo cumpliendo con honradez y competencia tu trabajo al servicio de los hermanos. ¿Eres padre, abuela o abuelo? Sé santo enseñando con paciencia a los niños a seguir a Jesús. ¿Tienes autoridad? Sé santo luchando por el bien común y renunciando a tus intereses personales.
  2. En la Iglesia, santa y compuesta de pecadores, encontrarás todo lo que necesitas para crecer hacia la santidad.

TU MISIÓN EN CRISTO

  1. Cada santo es una misión; es un proyecto del Padre para reflejar y encarnar, en un momento determinado de la historia, un aspecto del Evangelio.
  2. «La santidad no es sino la caridad plenamente vivida» (Benedicto XVI).

LA ACTIVIDAD QUE SANTIFICA

  1. No es sano amar el silencio y rehuir el encuentro con el otro, desear el descanso y rechazar la actividad, buscar la oración y menospreciar el servicio.
  2. Esto no implica despreciar los momentos de quietud, soledad y silencio ante Dios.

MÁS VIVOS, MÁS HUMANOS

  1. No tengas miedo de la santidad. No te quitará fuerzas, vida o alegría. Todo lo contrario, porque llegarás a ser lo que el Padre pensó cuando te creó.
  2. No tengas miedo de apuntar más alto. No tengas miedo de dejarte guiar por el Espíritu Santo. en la vida «existe una sola tristeza, la de no ser santos» (León Bloy).

CAPÍTULO SEGUNDO: DOS SUTILES ENEMIGOS DE LA SANTIDAD

EL GNOSTICISMO ACTUAL

Una mente sin Dios y sin carne

  1. En definitiva, se trata de una superficialidad vanidosa: mucho movimiento en la superficie de la mente, pero no se mueve ni se conmueve la profundidad del pensamiento.
  2. Esto puede ocurrir dentro de la Iglesia: pretender reducir la enseñanza de Jesús a una lógica fría y dura que busca dominarlo todo.

Una doctrina sin misterio

  1. Aun cuando la existencia de alguien haya sido un desastre, aun cuando lo veamos destruido por los vicios o las adicciones, Dios está en su vida.

Los límites de la razón

  1. San Juan Pablo II les advertía de la tentación de desarrollar «un cierto sentimiento de superioridad respecto a los demás fieles».

EL PELAGIANISMO ACTUAL

Una voluntad sin humildad

  1. Cuando algunos de ellos se dirigen a los débiles diciéndoles que todo se puede con la gracia de Dios, en el fondo suelen transmitir la idea de que todo se puede con la voluntad humana; Dios te invita a hacer lo que puedas y a pedir lo que no puedas:«Dame lo que me pides y pídeme lo que quieras» (San Agustín).

Una enseñanza de la Iglesia muchas veces olvidada

  1. La Iglesia enseñó reiteradas veces que no somos justificados por nuestras obras o por nuestros esfuerzos, sino por la gracia del Señor que toma la iniciativa.

Los nuevos pelagianos

  1. Muchas veces, en contra del impulso del Espíritu, la vida de la Iglesia se convierte en una pieza de museo o en una posesión de pocos. Es quizás una forma sutil de pelagianismo.

El resumen de la Ley

  1. «Porque toda la ley se cumple en una sola frase, que es: Amarás a tu prójimo como a ti mismo» (Ga5,14).

CAPÍTULO TERCERO: A LA LUZ DEL MAESTRO

  1. «¿Cómo se hace para llegar a ser un buen cristiano?», la respuesta es sencilla: es necesario hacer, cada uno a su modo, lo que dice Jesús en el sermón de las Bienaventuranzas.

A CONTRACORRIENTE

«Felices los pobres de espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos»

  1. Esta pobreza de espíritu está muy relacionada con aquella «santa indiferencia» que proponía san Ignacio de Loyola, en la cual alcanzamos una hermosa libertad interior.
  2. Ser pobre en el corazón, esto es santidad.

«Felices los mansos, porque heredarán la tierra»

  1. Para santa Teresa de Lisieux «la caridad perfecta consiste en soportar los defectos de los demás, en no escandalizarse de sus debilidades».
  2. Reaccionar con humilde mansedumbre, esto es santidad.

«Felices los que lloran, porque ellos serán consolados»

  1. El mundo nos propone lo contrario: se gastan muchas energías por escapar de las circunstancias donde se hace presente el sufrimiento.
  2. Saber llorar con los demás, esto es santidad.

«Felices los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos quedarán saciados»

  1. La palabra «justicia» puede ser sinónimo de fidelidad a la voluntad de Dios con toda nuestra vida, pero si le damos un sentido muy general olvidamos que se manifiesta especialmente en la justicia con los indefensos.

Buscar la justicia con hambre y sed, esto es santidad.

«Felices los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia»

  1. El Catecismo nos recuerda que esta ley se debe aplicar «en todos los casos»,[1] de manera especial cuando alguien «se ve a veces enfrentado con situaciones que hacen el juicio moral menos seguro, y la decisión difícil».
  2. Mirar y actuar con misericordia, esto es santidad.

«Felices los de corazón limpio, porque ellos verán a Dios»

  1. En las intenciones del corazón se originan los deseos y las decisiones más profundas que realmente nos mueven.
  2. Mantener el corazón limpio de todo lo que mancha el amor, esto es santidad.

«Felices los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios»

  1. No es fácil construir esta paz evangélica que no excluye a nadie sino que integra también a los que son algo extraños, a las personas difíciles y complicadas.

Sembrar paz a nuestro alrededor, esto es santidad.

«Felices los perseguidos a causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos»

  1. Las persecuciones no son una realidad del pasado, porque hoy también las sufrimos, sea de manera cruenta, como tantos mártires contemporáneos, o de un modo más sutil, a través de calumnias y falsedades.

Aceptar cada día el camino del Evangelio aunque nos traiga problemas, esto es santidad.

EL GRAN PROTOCOLO

  1. «Porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui forastero y me hospedasteis, estuve desnudo y me vestisteis, enfermo y me visitasteis, en la cárcel y vinisteis a verme» (Mt 25,35-36).

Por fidelidad al Maestro

  1. Cuando encuentro a una persona durmiendo a la intemperie, en una noche fría, puedo sentir que ese bulto es un imprevisto que me interrumpe, un delincuente ocioso, un estorbo en mi camino, un aguijón molesto para mi conciencia, un problema que deben resolver los políticos, y quizá hasta una basura que ensucia el espacio público. O puedo reaccionar desde la fe y la caridad, y reconocer en él a un ser humano con mi misma dignidad, a una creatura infinitamente amada por el Padre. ¡Eso es ser cristianos!

Las ideologías que mutilan el corazón del Evangelio

  1. Lamento que a veces las ideologías nos lleven a dos errores nocivos. Por una parte, el de los cristianos que separan estas exigencias del Evangelio de su relación personal con el Señor, de la unión interior con él, de la gracia.
  2. También es nocivo e ideológico el error de quienes viven sospechando del compromiso social de los demás, considerándolo algo superficial, mundano, secularista, inmanentista, comunista, populista. La defensa del inocente que no ha nacido, por ejemplo, debe ser clara, firme y apasionada. Pero igualmente sagrada es la vida de los pobres que ya han nacido, que se debaten en la miseria.
  3. Suele escucharse que, frente al relativismo y a los límites del mundo actual, sería un asunto menor la situación de los migrantes, por ejemplo. Algunos católicos afirman que es un tema secundario al lado de los temas «serios» de la bioética.
  4. No se trata de un invento de un Papa o de un delirio pasajero.

El culto que más le agrada

  1. Quien de verdad quiera dar gloria a Dios con su vida, quien realmente anhele santificarse para que su existencia glorifique al Santo, está llamado a obsesionarse, desgastarse y cansarse intentando vivir las obras de misericordia.
  2. El consumismo hedonista puede jugarnos una mala pasada. También el consumo de información superficial y las formas de comunicación rápida y virtual pueden ser un factor de atontamiento que se lleva todo nuestro tiempo y nos aleja de la carne sufriente de los hermanos.

***

  1. La fuerza del testimonio de los santos está en vivir las bienaventuranzas y el protocolo del juicio final. Recomiendo vivamente releer con frecuencia estos grandes textos bíblicos, recordarlos, orar con ellos, intentar hacerlos carne. Nos harán bien, nos harán genuinamente felices.

CAPÍTULO CUARTO: ALGUNAS NOTAS DE LA SANTIDAD

 EN EL MUNDO ACTUAL

  1. No me detendré a explicar los medios de santificación que ya conocemos: los distintos métodos de oración, los preciosos sacramentos de la Eucaristía y la Reconciliación, la ofrenda de sacrificios, las diversas formas de devoción, la dirección espiritual, y tantos otros. Solo me referiré a algunos aspectos del llamado a la santidad que espero resuenen de modo especial.
  2. Son cinco grandes manifestaciones del amor a Dios y al prójimo que considero de particular importancia, debido a algunos riesgos y límites de la cultura de hoy. En ella se manifiestan: la ansiedad nerviosa y violenta que nos dispersa y nos debilita; la negatividad y la tristeza; la acedia cómoda, consumista y egoísta; el individualismo, y tantas formas de falsa espiritualidad sin encuentro con Dios que reinan en el mercado religioso actual.
  3. AGUANTE, PACIENCIA Y MANSEDUMBRE
  4. ALEGRÍA Y SENTIDO DEL HUMOR
  5. AUDACIA Y FERVOR
  6. EN COMUNIDAD
  7. EN ORACIÓN CONSTANTE

CAPÍTULO QUINTO: COMBATE, VIGILANCIA Y DISCERNIMIENTO

  1. La vida cristiana es un combate permanente. Se requieren fuerza y valentía para resistir las tentaciones del diablo y anunciar el Evangelio. Esta lucha es muy bella, porque nos permite celebrar cada vez que el Señor vence en nuestra vida.

EL COMBATE Y LA VIGILANCIA

  1. No se trata solo de un combate contra el mundo y la mentalidad mundana, que nos engaña, nos atonta y nos vuelve mediocres sin compromiso y sin gozo. Tampoco se reduce a una lucha contra la propia fragilidad y las propias inclinaciones. Es también una lucha constante contra el diablo. Jesús mismo festeja nuestras victorias.

Algo más que un mito

  1. Entonces, no pensemos que es un mito, una representación, un símbolo, una figura o una idea. Ese engaño nos lleva a bajar los brazos, a descuidarnos y a quedar más expuestos. Él no necesita poseernos. Nos envenena con el odio, con la tristeza, con la envidia, con los vicios. Y así, mientras nosotros bajamos la guardia, él aprovecha para destruir nuestra vida, nuestras familias y nuestras comunidades.

Despiertos y confiados

  1. Nuestro camino hacia la santidad es también una lucha constante. Quien no quiera reconocerlo se verá expuesto al fracaso o a la mediocridad. Para el combate tenemos las armas poderosas que el Señor nos da: la fe que se expresa en la oración, la meditación de la Palabra de Dios, la celebración de la Misa, la adoración eucarística, la reconciliación sacramental, las obras de caridad, la vida comunitaria, el empeño misionero.

La corrupción espiritual

  1. «No nos entreguemos al sueño». Porque quienes sienten que no cometen faltas graves contra la Ley de Dios, pueden descuidarse en una especie de atontamiento o adormecimiento.

EL DISCERNIMIENTO

  1. ¿Cómo saber si algo viene del Espíritu Santo o si su origen está en el espíritu del mundo o en el espíritu del diablo? La única forma es el discernimiento, que no supone solamente una buena capacidad de razonar o un sentido común, es también un don que hay que pedir. Si lo pedimos confiadamente al Espíritu Santo, y al mismo tiempo nos esforzamos por desarrollarlo con la oración, la reflexión, la lectura y el buen consejo, seguramente podremos crecer en esta capacidad espiritual.

Una necesidad imperiosa

  1. Todos, pero especialmente los jóvenes, están expuestos a un zappingconstante. Sin la sabiduría del discernimiento podemos convertirnos fácilmente en marionetas a merced de las tendencias del momento.

Siempre a la luz del Señor

  1. El discernimiento no solo es necesario en momentos extraordinarios, o cuando hay que resolver problemas graves. Nos hace falta siempre: muchas veces esto se juega en lo pequeño, en lo que parece irrelevante.

Un don sobrenatural

  1. Si bien el Señor nos habla de modos muy variados en medio de nuestro trabajo, a través de los demás, y en todo momento, no es posible prescindir del silencio de la oración detenida para percibir mejor ese lenguaje, para interpretar el significado real de las inspiraciones que creímos recibir.

Habla, Señor

  1. Solo quien está dispuesto a escuchar tiene la libertad para renunciar a su propio punto de vista parcial o insuficiente, a sus costumbres, a sus esquemas.
  2. No se trata de aplicar recetas o de repetir el pasado.

La lógica del don y de la cruz

  1. Hace falta pedirle al Espíritu Santo que nos libere y que expulse ese miedo que nos lleva a vedarle su entrada en algunos aspectos de la propia vida. Esto nos hace ver que el discernimiento no es un autoanálisis ensimismado, una introspección egoísta, sino una verdadera salida de nosotros mismos hacia el misterio de Dios, que nos ayuda a vivir la misión a la cual nos ha llamado para el bien de los hermanos.

***

  1. Quiero que María corone estas reflexiones, porque ella vivió como nadie las bienaventuranzas de Jesús. Ella es la que se estremecía de gozo en la presencia de Dios, la que conservaba todo en su corazón y se dejó atravesar por la espada. Es la santa entre los santos, la más bendita, la que nos enseña el camino de la santidad y nos acompaña. Ella no acepta que nos quedemos caídos y a veces nos lleva en sus brazos sin juzgarnos. Conversar con ella nos consuela, nos libera y nos santifica. La Madre no necesita de muchas palabras, no le hace falta que nos esforcemos demasiado para explicarle lo que nos pasa. Basta musitar una y otra vez: «Dios te salve, María…».
  2. Espero que estas páginas sean útiles para que toda la Iglesia se dedique a promover el deseo de la santidad. Pidamos que el Espíritu Santo infunda en nosotros un intenso anhelo de ser santos para la mayor gloria de Dios y alentémonos unos a otros en este intento. Así compartiremos una felicidad que el mundo no nos podrá quitar.

El acompañamiento espiritual

SASTRE GARCÍA, J.,

El acompañamiento espiritual

DDB, Bilbao, 2008, 40 pp.

En estos últimos años el acompañamiento espiritual ha resurgido con nuevos horizontes y nuevas forma. No en vano se observa que ha cambiado de nombre. Antes se hablaba de dirección espiritual, hoy de acompañamiento. Y no es cuestión de palabras sino también de realidades. La imagen de los discípulos de Emaús es muy sugestiva, todos somos discípulos de Jesús y todos podemos ser acompañantes.

El autor es muy conocido en este tema. Son abundantes las publicaciones que han salido a la luz pública con su nombre. Estas páginas (40) ofrecen una idea exacta de lo que es el acompañamiento espiritual en el momento presente de la Iglesia.

– Lucio del Burgo.

El cielo en la tierra

SANCHO, F.J.,

El cielo en la tierra.
El secreto de Isabel de la Trinidad

Desclée de Brouwer, Bilbao, 2006, 133 pp.

Con retraso presenta Revista de Espiritualidad este libro sobre Isabel de la Trinidad, que apareció en la celebración del centenario de la muerte de la Beata. El Autor, especialista en estudios de espiritualidad cristiana, en especial de la espiritualidad carmelitana, nos ofrece en las páginas de su libro, un estudio claro, objetivo, acertado de la espiritualidad que caracteriza a Isabel de la Trinidad y lo hace desde la preocupación de hacer llegar al hombre el mensaje de que puede ser feliz, y animarle a buscar esa felicidad. Para ello nos presenta como guía a Isabel de la Trinidad.

El título del libro es lo suficientemente clarificador. El cielo en la tierra expresa el valor nuclear que constituyó la fuente perenne de felicidad que Isabel vivió, en medio de dolores, sufrimientos, enfermedades y que ella un día encontró. “Creo que he encontrado mi cielo en la tierra, pues el cielo es Dios y Dios es mi alma”(C.122). Es el secreto que termina dando sentido a todo en su vida: descubrirse habitada por el mismo cielo, al estar habitada por el mismo Dios. De ahí su espiritualidad dominada por la fuerte experiencia de la presencia de la Trinidad en su alma, cultivada a través de la oración, del silencio y de la soledad. El Autor coherente con la idea principal que tiene presente en la redacción de su libro, termina con estas palabras: “El testimonio existencial de Isabel, junto con su doctrina, nos aseguran que es posible ser feliz, porque la verdadera felicidad está al alcance de la mano; de la mano de todos y cada uno de los hombres. Es en tu propio interior donde puedes encontrar todos los elementos necesarios para asegurarte una felicidad duradera” (p.129).

El Autor nos ofrece dos apéndices complementarios. l)Una breve cronología de Isabel. 2) Una bibliografía de ella y sobre ella.

– Segundo Fernández.

María de San José, Salazar. La humanista colaboradora de Santa Teresa. Perseguida

PÉREZ GARCÍA, MARÍA DE LA CRUZ,

María de San José, Salazar.
La humanista colaboradora de Santa Teresa.
Perseguida.

Burgos, Monte Carmelo, 2009, 374 pp.

La madre María de San José está de moda, después de siglos de silencio. Los cronistas de la congregación española de los carmelitas descalzos fueron avaros en darnos noticias sobre su personalidad y su significación en el Carmelo teresiano. Ahora, ha recibido su recompensa. Se han publicado sus obras completas, se estudia su personalidad y se agiganta su figura. Esta es la última biografía que sale al mercado. Y es que la figura vale la pena por ser una de las personalidades más relevantes de la Reforma de santa Teresa en sus orígenes, muy apreciada por la madre fundadora hasta el punto de quererla como sucesora y heredera, y así lo interpretó ella. Además, sus obras escritas han sido apreciadas en el mundo de las letras

¿Qué decir de esta nueva biografía? Que es bienvenida porque está escrita con cariño y logra comunicarlo a los lectores; presenta la vida de la protagonista en un lenguaje muy cercano, sencillo y comprensible. La redacción está fundada en fuentes históricas de primera mano, más de lo que aparece a primera vista en estas páginas. Creo que el lector puede avanzar con tranquilidad viviendo con la autora los distintos avatares de la madre María de San José. Lo que veo muy destacado es su actitud y protagonismo en la Reforma de santa Teresa y la conciencia que tuvo María de San José de ser la “heredera” principal del movimiento teresiano, y su implicación en la defensa de esa herencia a la que consagró la vida después de muerta la madre Teresa y cómo fue capaz de sacrificarse por ella.

Y, por otra parte, la reacción de los herederos masculinos que la redujeron injustamente al silencio, le quitaron la libertad y la expusieron a la muerte. Todo muy triste, y que aparece bien expresado en esta nueva biografía. Pediría a los lectores ilustrados que no se fijen en muchos detalles de la vida que son discutidos y lea la historia sin aplicar demasiado la lupa de aumento, porque la autora hace juicios sobre la protagonista que no aceptarán todos. Además, noto que la metodología falla en algunas ocasiones. Por ejemplo, faltan referencias a las páginas de las obras de donde toma los textos; cuando usa el MHCT, falta el título del documento; da la impresión a veces de que son citas de segunda mano; cita los Escritos de María de San José (sus Obras completas), pero sin referencia a cada una de las obras. En las citas de la Santa, sobre todo en las Cartas, faltan los números marginales, etc.

Espero que todos los debates de familia en los que está metida María de San José interesen no sólo a la familia del Carmelo, sino a otros muchos lectores. Felicito a la autora por el empeño puesto en entregarnos esta nueva biografía de una gran persona y una ejemplar carmelita descalza.

– Daniel de Pablo Maroto.

Jesús, hoy. Una espiritualidad de libertad radical

NOLAN, A.,

Jesús, hoy.
Una espiritualidad de libertad radica
l

Sal Terrae, Santander, 2007, 263 pp.

“Este es un libro maravillosamente fresco y vibrante. En un mundo hambriento de espiritualidad, nos ofrece una espiritualidad, que está fundada en la vida de Jesús, que es Su espiritualidad y, por encima de todo, es una espiritualidad de libertad radical” Así comienza T. Radcliffe en el Prólogo. En el libro de Nolan, «¿Quién es este hombre?» Jesús, antes del cristianismo, el autor subrayó el contexto político de la misión de Jesús.

“No nos tomamos a Jesús en serio”. Éstas son las primeras palabras de la introducción. La propuesta que nos hará el autor es que nos tomemos a Jesús en serio y vivamos en nuestro tiempo, prestando atención a lo que pasa en nuestro mundo, ya que esto es lo que nos enseñó Jesús (Mt 16, 3-4). Hacer esta opción conlleva el “leer los signos de nuestro tiempo con honradez y sinceridad”.

El centro, pues, de este libro es la espiritualidad teniendo muy presente a Jesús. Nolan define la espiritualidad de Jesús como una “espiritualidad de libertad radical”, y que esto es hoy muy revelante.

En la contraportada y en la introducción se nos presenta el objetivo de esta obra. En el presente libro, continuación del primero, se centra en la espiritualidad de Jesús y su pertinencia para nosotros hoy. Después de escrutar los signos de los tiempos, Nolan esboza los elementos de la espiritualidad de Jesús y muestra cómo las lecciones que de ahí se desprenden podrían promover una comunión mayor con Dios y con toda su creación.

Con la sencillez y la claridad que le caracterizan, Nolan nos presenta el corazón mismo del evangelio iluminando de manera admirable la situación de nuestro mundo y haciendo que arda en el corazón del lector el fuego de la pasión de Jesús. Jesús, hoy, es un libro lleno de sabiduría, fruto maduro de la vida mística y profética de su autor.

El contenido del libro está desarrollado en cuatro partes. En la Primera Parte, Albert esboza su propia lectura de los signos de nuestro tiempo. En la Segunda, examina la espiritualidad de Jesús y en la Tercera y Cuarta, se fija en lo que implica en la práctica vivir en el contexto actual una espiritualidad inspirada por Jesús.

Este libro está dirigido a los cristianos y no cristianos, a los que no van a la iglesia, a los que buscan una espiritualidad revelante, a los que se adhieren a las creencias y prácticas religiosas y a los que no practican. A todos les habla Nolan de su convencimiento de que la espiritualidad de Jesús “es extraordinariamente relevante para el drama sin precedentes del mundo actual”.

Albert Nolan, nacido en Sudáfrica, dominico, ha sido profesor de teología, ha realizado tareas pastorales entre los pobres y ha sido durante años capellán universitario. En 1984 fue elegido Maestro General de la Orden Dominicana, pero él declinó el nombramiento para seguir en su país combatiendo el apartheid. La editorial Sal Terrae ha publicado sus dos anteriores libros:

«¿Quién es este hombre?» Jesús, antes del cristianismo, que le hizo mundialmente conocido y que ha visto ya ocho ediciones, y Dios en Sudáfrica. El desafío del Evangelio.

– Eusebio Gómez Navarro.

El camino espiritual de Juan de la Cruz

MERI CUCART, C.,

El camino espiritual de Juan de la Cruz

San Pablo, Madrid, 2008, 184 pp.

Esta colección “El camino espiritual de…” pretende introducir al creyente en la experiencia religiosa de cada místico. La llamada a la santidad de todo bautizado pasa por la identificación con Jesucristo. En este sentido los místicos son auténticos pedagogos, son los más indicados para introducir a los creyentes en la amistad con Dios.

El autor está convencido que “San Juan de la Cruz es un don de Dios para la Iglesia y para el mundo. Su figura, sus escritos son fuente de agua viva que refresca el caminar del ser humano en su peregrinar hacia Dios. Siempre nuevo en su profundidad de unión de amor. Transparencia de Dios” (p. 169).

El libro está dividido en tres partes. En la primera, comenta la vida de San Juan de la Cruz, sus momentos más significativos. En la segunda parte, expone el camino espiritual según el Santo Carmelita, es decir, la unión del ser humano con Dios. La tercera parte es un comentario a una de las obras mayores del Santo, es decir, “Llama de amor viva”. Las últimas páginas están dedicadas a la bibliografía, lo más significativo sobre el tema.

Dios, Fe, Esperanza, Amor, Unión… son palabras fundamentales para entender el itinerario de Juan de la Cruz. Al mismo tiempo es la mejor contribución del Santo a la Iglesia de nuestros días. No se va por las ramas sino que toca las raíces más profundas de la religiosidad, por eso se le escucha en todas las iglesias cristianas y en muchas religiones.

– Lucio del Burgo.

Mística y Eucaristía.

A.A.V.V.

Mística y Eucaristía.
Beber en las fuentes de la plenitud

Cites, Ávila, 2008, 162 p.

El libro está dirigido por Francisco Javier Sancho, Director del Cites. En las primeras páginas se anuncia la intención que les ha llevado a la publicación: “pretende poner en manos de los lectores de este libro una luz y un estímulo para ahondar cada día más en la experiencia de la presencia alentadora de Cristo en este sacramento admirable” (R. Cuartas, Presentación, p.9).

El primer estudio es de Jesús García Burillo, obispo de Ávila que estudia el tema: “Eucaristía y Vida Cristiana”. Unas páginas densas sobre la Cena del Señor y sus relaciones con la comunidad cristiana. “La Iglesia ha nacido del misterio de Cristo y por tanto también tiene su origen en la celebración de la última Cena” (p.60).

El segundo trabajo que se presenta es de Rómulo Cuartas Londoño. El tema es: “Humanidad de Cristo y Eucaristía en la experiencia de Santa Teresa de Jesús”. Después de un análisis pormenorizado del tema concluye: “La permanencia de Jesús en la Eucaristía es para ayudarnos en nuestras flaquezas, ayuda tanto más necesaria cuanto mayor es la debilidad” (p.98).

La tercera conferencia que se presenta es de José Vicente Rodríguez, “San Juan de la Cruz, alma eucarística y cantor del Misterio”. El autor nos transmite muchas anécdotas eucarísticas del Santo. En este sentido nos ofrece unas deliciosas páginas. Termina con estas palabras: “Ser altar, y con referencia insobornable a la Eucaristía, ser altar con las cualidades que lo quiere Juan de la Cruz es el mejor fruto y la mejor disposición para la Eucaristía” (p. 125).

El cuarto estudio es de Francisco Javier Sancho; “Espiritualidad eucarística. Eucaristía y vida en Edith Stein”. El autor afirma: hemos perdido de vista lo que verdaderamente está aconteciendo en la Eucaristía” (p. 131). Y más adelante escribe: “En este artículo no vamos a resolver estas dudas… Simplemente y modestamente, y desde un personaje real y cercano en el tiempo, pretendemos ayudarnos en la comprensión y la vivencia del sacramento” (p. 133). Este personaje real y cercano es Edith Stein. “La Eucaristía es para nosotros garantía de que en el exilio no estamos abandonados. Jesús viene diariamente a nosotros y nos da parte en todo lo que es suyo” (Teresa Benedicta de la Cruz).

– Lucio del Burgo.