Lectio vie, 10 sep 2021

Tiempo Ordinario

Oración inicial

Señor, tú que te has dignado redimirnos y has querido hacernos hijos tuyos, míranos siempre con amor de padre y haz que cuantos creemos en Cristo, tu Hijo, alcancemos la libertad verdadera y la herencia eterna. Por nuestro Señor.

Lectura del santo Evangelio según Lucas 6,39-42

Les añadió una parábola: «¿Podrá un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en el hoyo? No está el discípulo por encima del maestro. Será como el maestro cuando esté perfectamente instruido. ¿Cómo es que miras la brizna que hay en el ojo de tu hermano y no reparas en la viga que hay en tu propio ojo?¿Cómo puedes decir a tu hermano: `Hermano, deja que saque la brizna que hay en tu ojo’, si no ves la viga que hay en el tuyo? Hipócrita, saca primero la viga de tu ojo y entonces podrás ver para sacar la brizna que hay en el ojo de tu hermano.

Reflexión

  • El evangelio de hoy nos presenta unos pasajes del discurso que Jesús pronunció en la planicie después de una noche pasada en oración (Lc 6,12) y de haber llamado a los doce para que fueran sus apóstoles (Lc 6,13-14). Gran parte de las frases reunidas en este discurso fueron pronunciadas en otras ocasiones, pero Lucas, imitando a Mateo, las reúne aquí en este Sermón de la Planicie.
  • Lucas 6,39: La parábola del ciego que guía a otros ciego. Jesús cuenta una parábola a los discípulos: «¿Puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en el hoyo?” Parábola de una sola línea, pero que tiene mucha semejanza con las advertencias que, en el evangelio de Mateo, van dirigidas a los fariseos: “¡Ay de vosotros los ciegos!” (Mt 23,16.17.19.24.26) Aquí, en el contexto del evangelio de Lucas, esta parábola va dirigida a los animadores de las comunidades que se consideraban dueños de la verdad, superiores a los otros. Por esto, son guías ciegos.
  • Lucas 6,40: Discípulo – Maestro. “Ningún discípulo es mayor que el maestro; será como el maestro cuando esté perfectamente instruido”. Jesús es Maestro. No es profesor. El profesor da la clase, enseña diversas asignaturas, pero no convive. El maestro convive. Su materia es el mismo, su testimonio de vida, su manera de vivir aquello que enseña. La convivencia con el maestro tiene tres aspectos: (1) El maestro es el modelo o el ejemplo que hay que imitar (cf. Jn 13,13-15). (2) El discípulo no sólo contempla e imita, sino que además se compromete con el destino del maestro, con sus tentaciones (Lc 22,28), persecución (Mt 10,24-25), y muerte (Jn 11,16). (3) No sólo imita el modelo, no sólo asume el compromiso, sino que llega a identificarse: «Vivo, pero no soy yo, es Cristo quien vive en mí» (Gál 2,20). Este tercer aspecto es la dimensión mística del seguimiento de Jesús, fruto de la acción del Espíritu.
  • Lucas 6,41-42: La brizna en el ojo del hermano. “¿Cómo es que miras la brizna que hay en el ojo de tu hermano y no reparas en la viga que hay en tu propio ojo? ¿Cómo puedes decir a tu hermano: `Hermano, deja que saque la brizna que hay en tu ojo’, si no ves la viga que hay en el tuyo? Hipócrita, saca primero la viga de tu ojo y entonces podrás ver para sacar la brizna que hay en el ojo de tu hermano.»

En el Sermón de la Montaña, Mateo trata el mismo asunto y explica un poco mejor la parábola de la brizna en el ojo. Jesús pide una actitud creativa que nos haga capaces de ir al encuentro del otro sin juzgarlo, sin ideas preconcebidas y sin racionalizaciones, acogiendo al otro como hermano (Mt 7,1-5). Esta total apertura hacia el otro como hermano nacerá en nosotros sólo si sabremos relacionarnos con Dios en total confianza, como hijos con su padre (Mt 7,7-11).

Para la reflexión personal

  • Brizna o viga en el ojo. ¿Cómo me relaciono con los demás en casa y en familia, en el trabajo con los colegas, en la comunidad con los hermanos y hermanas?
  • Maestro y discípulo. ¿Cómo soy discípulo/a de Jesús?

Oración final

Señor, dichosos los que moran en tu casa y pueden alabarte siempre. Dichoso el que saca de ti fuerzas cuando piensa en las subidas. (Sal 84,5-6)

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Lectio jue, 9 sep 2021

Tiempo Ordinario

Oración inicial

Señor, tú que te has dignado redimirnos y has querido hacernos hijos tuyos, míranos siempre con amor de padre y haz que cuantos creemos en Cristo, tu Hijo, alcancemos la libertad verdadera y la herencia eterna. Por nuestro Señor.

Lectura del santo Evangelio según Lucas 6,27-38

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Amen a sus enemigos, hagan el bien a los que los aborrecen, bendigan a quienes los maldicen y oren por quienes los difaman. Al que te golpee en una mejilla, preséntale la otra; al que te quite el manto, déjalo llevarse también la túnica. Al que te pida, dale; y al que se lleve lo tuyo, no se lo reclames. Traten a los demás como quieran que los traten a ustedes; porque si aman sólo a los que los aman, ¿qué hacen de extraordinario? También los pecadores aman a quienes los aman. Si hacen el bien sólo a los que les hacen el bien, ¿qué tiene de extraordinario? Lo mismo hacen los pecadores. Si prestan solamente cuando esperan cobrar, ¿qué hacen de extraordinario? También los pecadores prestan a otros pecadores, con la intención de cobrárselo después. Ustedes, en cambio, amen a sus enemigos, hagan el bien y presten sin esperar recompensa. Así tendrán un gran premio y serán hijos del Altísimo, porque él es bueno hasta con los malos y los ingratos. Sean misericordiosos, como su Padre es misericordioso. No juzguen y no serán juzgados; no condenen y no serán condenados; perdonen y serán perdonados; den y se les dará: recibirán una medida buena, bien sacudida, apretada y rebosante en los pliegues de su túnica. Porque con la misma medida con que midan, serán medidos».

Reflexión

  • El evangelio de hoy nos presenta la segunda parte del “Sermón de la Planicie”. En la primera parte (Lc 6,20-26), Jesús se dirigía a los discípulos (Lc 6,20). En la segunda parte (Lc 6,27-49), se dirige a “los que me escucháis”, esto es, aquella multitud inmensa de pobres y de enfermos, llegada de todos los lados (Lc 6,17-19).
  • Lucas 6,27-30: ¡Amar a los enemigos! Las palabras que Jesús dirige a este pueblo son exigentes y difíciles: amar a los enemigos, no maldecir, ofrecer la otra mejilla a quien te hiera en una, no reclamar cuando alguien toma lo que es tuyo. Tomadas al pie de la letra, estas frases parecen favorecer a los ricos que roban. Pero ni siquiera Jesús las observó al pie de la letra. Cuando el soldado le hirió en la mejilla, no ofreció la otra, sino que reaccionó con firmeza: “Si hablé mal, ¡pruébalo! Y si no ¿por qué me golpeas?” (Jn 18,22-23). Entonces, ¿cómo entender estas palabras? Los versículos siguientes nos ayudan a entender lo que Jesús quiere enseñarnos.
  • Lucas 6,31-36: ¡La Regla de Oro! Imitar a Dios. Dos frases de Jesús ayudan a entender lo que él quiere enseñar. La primera frase es la así llamada Regla de Oro: «¡Y tratad a los hombres como queréis que ellos os traten!” (Lc 6,31). La segunda frase es: «¡Sed compasivo como vuestro Padre celestial es compasivo!» (Lc 6,36). Estas dos frases muestran que Jesús no quiere invertir sencillamente la situación, pues nada cambiaría. Quiere cambiar el sistema. Lo Nuevo que el quiere construir nace de la nueva experiencia de Dios como Padre lleno de ternura que ¡acoge a todos! Las palabras de amenaza contra los ricos no pueden ser ocasión para que los pobres se venguen. Jesús manda tener una actitud contraria: “¡Amar a vuestros enemigos!» El amor no puede depender de lo que recibimos del otro. El verdadero amor tiene que querer también el bien del otro, independientemente de que él o ella hagan por mí. El amor tiene que ser creativo, pues así es el amor de Dios para nosotros: «¡Sed compasivos como el Padre celestial es compasivo!». Mateo dice lo mismo con otras palabras: “Sed perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto” (Mt 5,48). Nunca nadie podrá llegar a decir: Hoy he sido perfecto como el Padre celestial es perfecto. He sido compasivo como el Padre celestial es compasivo”. Estaremos siempre por debajo del listón que Jesús puso ante nosotros.

En el evangelio de Lucas, la Regla de Oro dice: «¡Y todo lo que ustedes desearían de los demás, háganlo con ellos” y añade: “Pues en esto consisten la Ley y los Profetas» (Mt 7,12). Prácticamente todas las religiones del mundo tienen la misma Regla de oro con formulaciones diversas. Señal de que aquí se expresa una intuición o un deseo universal que nace del fondo del corazón humano.

  • Lucas 6,37-38: Porque con la medida con que midáis se os medirá. “No juzguéis y no seréis juzgados, no condenéis y no seréis condenados; perdonad y seréis perdonados. Dad y se os dará; una medida buena, apretada, remecida, rebosante pondrán en el halda de vuestros vestidos. Porque con la medida con que midáis se os medirá”. Son cuatro consejos: dos de forma negativa: no juzgar, no condenar; y dos de forma positiva: perdonar y dar con medida abundante. Cuando dice “y se os dará”, Jesús alude al tratamiento que Dios quiere tener con nosotros. Pero cuando nuestra manera de tratar a los otros es mezquina, Dios no puede usar la medida abundante y rebosante que a El le gustaría usar.

Celebrar la visita de Dios. El Sermón de la Planicie o Sermón del Monte, desde su comienzo, lleva a los oyentes a optar, a una opción a favor de los pobres. En el Antiguo Testamento, varias veces, Dios colocó a la gente ante la misma opción de bendición o de maldición. La gente tenía la libertad de escoger. «Te puse delante la vida o la muerte, la bendición o la maldición. Escoge, por tanto, la vida, para que vivas tú y tu descendencia» (Dt 30,19). No es Dios quien condena, sino que la gente misma según la opción que hará entre la vida y la muerte, entre el bien y el mal. Estos momentos de opción son los momentos de la visita de Dios a su gente (Gén 21,1; 50,24-25; Ex 3,16; 32,34; Jer 29,10; Sal 59,6; Sal 65,10; Sal 80,15, Sal 106,4). Lucas es el único evangelista que emplea esta imagen de la visita de Dios (Lc 1,68. 78; 7,16; 19,44; He 15,16). Para Lucas Jesús es la visita de Dios que coloca a la gente ante la posibilidad de escoger la bendición o la maldición: “¡Bienaventurados vosotros los pobres!» y «¡Ay de vosotros, los ricos!» Pero la gente no reconoce la visita de Dios (Lc 19,44).

Para la reflexión personal

  • ¿Será que miramos la vida y a las personas con la misma mirada de Jesús?
  • ¿Qué quiere decir hoy “ser misericordioso como el Padre celestial es misericordioso»?

Oración final

Tú me escrutas, Yahvé, y me conoces; sabes cuándo me siento y me levanto, mi pensamiento percibes desde lejos; de camino o acostado, tú lo adviertes, familiares te son todas mis sendas. (Sal 139,1-3)

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Lectio mié, 8 sep 2021

Tiempo Ordinario

Oración inicial

Señor, tú que te has dignado redimirnos y has querido hacernos hijos tuyos, míranos siempre con amor de padre y haz que cuantos creemos en Cristo, tu Hijo, alcancemos la libertad verdadera y la herencia eterna. Por nuestro Señor.

Lectura del santo Evangelio según Mateo 1,1-16.18-23

Cristo vino al mundo de la siguiente manera: Estando María, su madre, desposada con José, y antes de que vivieran juntos, sucedió que ella, por obra del Espíritu Santo, estaba esperando un hijo. José, su esposo, que era hombre justo, no queriendo ponerla en evidencia, pensó dejarla en secreto. Mientras pensaba en estas cosas, un ángel del Señor le dijo en sueños: «José, hijo de David, no dudes en recibir en tu casa a María, tu esposa, porque ella ha concebido por obra del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y tú le pondrás el nombre de Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados». Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que había dicho el Señor por boca del profeta Isaías: He aquí que la virgen concebirá y dará a luz un hijo, a quien pondrán el nombre de Emmanuel, que quiere decir Dios-con-nosotros.

Reflexión

  • 8 de sep, fiesta de la natividad de nuestra Señora, el evangelio nos presenta la genealogía o el carné de identidad de Jesús. Por medio de una lista de nombres de los antepasados, el evangelista cuenta a las comunidades quién es Jesús y cómo Dios actúa de forma sorprendente para cumplir en él su promesa. Nuestros carnés de identidad llevan nuestro nombre y el nombre de nuestro país. Algunas personas, para decir quiénes son, recuerdan también todos los nombres de los antepasados de la familia. Otras se avergüenzan de algunos de ellos, y se esconden detrás de apariencias que engañan. El carné de identidad de Jesús tiene muchos nombres. En la lista de estos nombres hay una gran novedad. En aquel tiempo, las genealogías traían a menudo los nombres de hombres. Por esto extraña el que Mateo coloque a cinco mujeres entre los antepasados de Jesús: Tamar, Raab, Ruth, la mujer de Urías y María. ¿Por qué escogió exactamente a estas cinco mujeres y no a otras? Esta es la pregunta que el evangelio de Mateo deja en nuestra cabeza.
  • Mateo 1,1-17: La larga lista de nombres – el comienzo y el final de la genealogía. En el comienzo y en el final de la genealogía, Mateo deja claro cuál es la identidad de Jesús: él es el Mesías, hijo de David e hijo de Abrahán. Como descendiente de David, Jesús es la respuesta de Dios a las expectativas del pueblo judío (2 Sam 7,12- 16). Como descendente de Abrahán, es una fuente de bendición y de esperanza, para todas las naciones de la tierra (Gén 12, 13). Así, tanto los judíos como los paganos que formaban parte de las comunidades de Siria y de Palestina, en la época de Mateo, ambos podían ver sus esperanzas realizadas en Jesús.

Al elaborar la lista de los antepasados de Jesús, Mateo adoptó un esquema de 3 x 14 generaciones (Mt 1,17). El número 3 es el número de la divinidad. El número 14 es dos veces 7, que es el número de la perfección. En aquel tiempo, era común interpretar o calcular la acción de Dios a través de números y fechas. Por medio de estos cálculos simbólicos, Mateo revela la presencia de Dios a lo largo de generaciones y expresa la convicción de las comunidades: Jesús apareció en el templo establecido por Dios. Con su llegada la historia alcanza su pleno cumplimiento.

  • El mensaje de las cinco mujeres citadas en la genealogía. Jesús es la respuesta de Dios a las expectativas tanto de judíos como de paganos, sí, pero lo es de una forma totalmente sorprendente. En las historia de las cuatro mujeres del AT, citadas en la genealogía, existe algo anormal. Las cuatro eran extranjeras, concibieron a sus hijos fuera de los patrones normales del comportamiento de la época y no satisficieron las exigencias de las leyes de la pureza en el tiempo de Jesús. Tamar, una cananea, viuda, se vistió de prostituta para obligar a Judá a que fuera fiel a la ley y a darle un hijo (Gén 38,1-30). Raab, una cananea, prostituta de Jericó, hizo alianza con los israelitas. Los ayudó a entrar en la Tierra Prometida y profesó su fe en Dios libertador del Éxodo (Js 2,1-21). Betsabé, una hitita, mujer de Urías, fue seducida, violentada y fue puesta encinta por el rey David, que, además de esto, mandó matar a su marido (2 Sam 11,1-27). Rut, una moabita, viuda pobre, optó por quedar con Noemí y adhirió al Pueblo de Dios (Rut 1,16-18). Aconsejada por la suegra Noemí, Rut imitó a Tamar y pasó la noche en la era, junto a Booz, forzándolo a que observara la ley y a que le diera un hijo. De la relación entre los dos nació Obed, el abuelo del rey David (Rut 3,1-15; 4,13-17). Estas cuatro mujeres cuestionan los patrones de comportamiento impuestos por la sociedad patriarcal. Asimismo, sus iniciativas poco convencionales darán continuidad al linaje de Jesús y traerán la salvación de Dios para todo el pueblo. Fue a través de ellas que Dios realizó su plan y envió al Mesías prometido. ¡Realmente, la manera de actuar de Dios sorprende y hace pensar! Al final, el lector o la lectora queda con una pregunta: ¿Y María? ¿Existe también en ella alguna irregularidad? ¿Cuál?” La respuesta nos la da la historia de San José que sigue en el texto (Mt 1,18-23).
  • Mateo 1,18-23: San José era justo. La irregularidad en María es que ella quedó embarazada antes de convivir con José, su esposo prometido, que era un hombre justo. Jesús dice: “Si vuestra justicia no es mayor que la justicia de los fariseos y de los escribas, no vais a poder entrar en el Reino de los cielos”. Si José hubiese sido justo según la justicia de los fariseos, hubiera tenido que denunciar a María y ella hubiera sido apedreada. Jesús hubiera muerto. Gracias a la verdadera justicia de José, Jesús pudo nacer.

Para la reflexión personal

  • Cuándo me presento a los demás, ¿qué digo de mí y de mi familia?
  • Si el evangelista coloca apenas estas cinco mujeres al lado de más de cuarenta hombres, sin duda, quiere comunicar un mensaje. ¿Cuál es este mensaje? ¿Qué nos dice todo esto sobre la identidad de Jesús? ¿Qué nos dice sobre nosotros mismos?

Oración final

Alábente, Yahvé, tus creaturas, bendígante tus fieles; cuenten la gloria de tu reinado, narren tus proezas. (Sal 145,10-11)

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Lectio mar, 7 sep 2021

Tiempo Ordinario

Oración inicial

Señor, tú que te has dignado redimirnos y has querido hacernos hijos tuyos, míranos siempre con amor de padre y haz que cuantos creemos en Cristo, tu Hijo, alcancemos la libertad verdadera y la herencia eterna. Por nuestro Señor.

Lectura del santo Evangelio según Lucas 6,12-19

Por aquellos días, Jesús se retiró al monte a orar y se pasó la noche en oración con Dios. Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, eligió a doce de entre ellos y les dio el nombre de apóstoles. Eran Simón, a quien llamó Pedro, y su hermano Andrés; Santiago y Juan; Felipe y Bartolomé; Mateo y Tomás; Santiago, el hijo de Alfeo, y Simón, llamado el Fanático; Judas, el hijo de Santiago, y Judas Iscariote, que fue el traidor. Al bajar del monte con sus discípulos y sus apóstoles, se detuvo en un llano. Allí se encontraba mucha gente, que había venido tanto de Judea y Jerusalén, como de la costa, de Tiro y de Sidón. Habían venido a oírlo y a que los curara de sus enfermedades; y los que eran atormentados por espíritus inmundos quedaban curados. Toda la gente procuraba tocarlo, porque salía de él una fuerza que sanaba a todos.

Reflexión

  • El evangelio de hoy trae dos asuntos: la elección de los doce apóstoles (Lc 6,12-16) y la multitud enorme de gente queriendo encontrarse con Jesús (Lc 6,17-19). El evangelio de hoy nos invita a reflexionar sobre los Doce que fueron escogidos para convivir con Jesús, como apóstoles. Los primeros cristianos recordaron y registraron los nombres de estos Doce y de algunos otros hombres y mujeres que siguieron a Jesús y que después de la resurrección fueron creando comunidades para el mundo. Hoy también, todo el mundo recuerda el nombre de algún catequista o profesora que fue significativo/a para su formación cristiana.
  • Lucas 6,12-13: La elección de los 12 apóstoles. Antes de proceder a la elección de los doce apóstoles, Jesús pasó una noche entera en oración. Rezó para saber a quién escoger y escogió a los Doce, cuyos nombres están en los evangelios y que recibirán el nombre de apóstol. Apóstol significa enviado, misionero. Fueron llamados para realizar una misión, la misma que Jesús recibió del Padre (Jn 20,21). Marcos concretiza más y dice que Dios los llamó para estar con él y enviarlos en misión (Mc 3,14).
  • Lucas 6,14-16: Los nombres de los 12 apóstoles. Con pequeñas diferencias los nombres de los Doce son iguales en los evangelios de Mateo (Mt 10,2-4), Marcos (Mc 3,16-19) y Lucas (Lc 6,14-16). Gran parte de estos nombres vienen del AT. Por ejemplo, Simeón es el nombre de uno de los hijos del patriarca Jacob (Gén 29,33). Santiago es el mismo nombre que Jacob (Gén 25,26). Judas es el nombre de otro hijo de Jacob (Gén 35,23). Mateo también tenía el nombre de Levi (Mc 2,14), que fue otro hijo de Jacob (Gén 35,23). De los doce apóstoles, siete tienen el nombre que vienen del tiempo de los patriarcas: dos veces Simón, dos veces Santiago, dos veces Judas, y una vez ¡Levi! Esto revela la sabiduría y la pedagogía del pueblo. A través de los nombres de patriarcas y matriarcas, dados a sus hijos e hijas, mantuvieron viva la tradición de los antiguos y ayudaron a sus hijos a no perder la identidad. ¿Qué nombres les damos hoy a nuestros hijos e hijas?
  • Lucas 6,17-19: Jesús baja de la montaña y la multitud lo busca. Al bajar del monte con los doce, Jesús encuentra a una multitud inmensa de gente que trataba de oír su palabra y tocarle, porque de él salía una fuerza de vida. En esta multitud había judíos y extranjeros, gente de Judea y también de Tiro y Sidón. Y la gente estaba desorientada, abandonada. Jesús acoge a todos los que le buscan. Judíos y paganos. ¡Este es uno de los temas preferidos por Lucas!
  • Estas doce personas, llamadas por Jesús para formar la primera comunidad, no eran santas. Eran personas comunes, como todos nosotros. Tenías sus virtudes y sus defectos. Los evangelios informan muy poco sobre la forma de ser o el carácter de cada una de ellas. Pero lo poco que informan es motivo de consolación para nosotros.

– Pedro era una persona generosa e entusiasta (Mc 14,29.31; Mt 14,28-29), pero a la hora del peligro y de la decisión, su corazón sigue encogido y se vuelve atrás (Mt 14,30; Mc 14,66-72). Llega a ser satanás para Jesús (Mc 8,33). Jesús le dio el apellido de Piedra (Pedro). Pedro, por si mismo, no era Piedra. Se volvió piedra (roca), porque Jesús rezó por él (Lc 22,31-32).

  • Santiago y Juan estaban dispuestos a sufrir con Jesús y por Jesús (Mc 10,39), pero eran muy violentos (Lc 9, 54). Jesús los llama “hijos del trueno” (Mc 3,17). Juan parecía tener ciertos celos. Quería Jesús sólo para su grupo (Mc 9,38).
  • Felipe tenía una forma de ser acogedora. Sabía poner a los demás en contacto con Jesús (Jn 1,45-46), pero no era muy práctico en resolver los problemas (Jn 12,20- 22; 6,7). A veces era medio ingenuo. Hubo momentos en que Jesús perdió la paciencia con él: “Pero Felipe, ¿tanto tiempo que estoy contigo, y aún no me conoces?” (Jn 14,8-9)
  • Andrés, hermano de Pedro y amigo de Felipe, era más práctico. Felipe recurre a él para resolver los problemas (Jn 12,21-22). Fue Andrés el que le llamó a Pedro (Jn 1,40-41), y fue Andrés el que encontró al niño con los cinco panes y los dos peces (Jn 6,8-9).
  • Bartolomé parece haber sido el mismo que Natanael. Este era del barrio, y no podía admitir que nada bueno pudiera venir de Nazaret (Jn 1,46).
  • Tomás fue capaz de sustentar su opinión, una semana entera, contra el testimonio de todos los demás (Jn 20,24-25). Pero cuando vio que estaba equivocado, no tuvo miedo en reconocer su error (Jn 20,26-28). Era generoso, dispuesto a morir con Jesús (Jn 11,16).
  • Mateo o Levi era publicano, cobrador de impuestos, como Zaqueo (Mt 9,9; Lc 19,2). Eran personas comprometidas con el sistema opresor de la época.
  • Simón, por el contrario, parece haber sido del movimiento que se oponía radicalmente al sistema que el imperio romano imponía al pueblo judío. Por eso tenía el apellido de Zelota (Lc 6,15). El grupo de los Zelotas llegó a provocar una rebelión armada contra los romanos.
  • Judas era lo que se ocupaba del dinero del grupo (Jn 13,29). Llegó a traicionar a Jesús.
  • Santiago de Alfeo y Judas Tadeo, de estos dos los evangelios sólo informan del nombre.

Para la reflexión personal

  • Jesús pasó la noche entera en oración para saber qué escoger, y escogió a estos doce. ¿Cuál es la lección que sacas de aquí?
  • ¿Recuerdas los nombres de las personas que están en el origen de la comunidad a la que perteneces? ¿Qué más recuerda de ellas: el contenido que te enseñaron o el testimonio que te dieron?

Oración final

Alaben su nombre entre danzas, haciendo sonar tambores y cítaras. Porque Yahvé se complace en su pueblo, adorna de salvación a los desvalidos. (Sal 149,3-4)

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Lectio lun, 6 sep 2021

Tiempo Ordinario

Oración inicial

Señor, tú que te has dignado redimirnos y has querido hacernos hijos tuyos, míranos siempre con amor de padre y haz que cuantos creemos en Cristo, tu Hijo, alcancemos la libertad verdadera y la herencia eterna. Por nuestro Señor.

Lectura del santo Evangelio según Lucas 6,6-11

Un sábado, Jesús entró en la sinagoga y se puso a enseñar. Había allí un hombre que tenía la mano derecha paralizada. Los escribas y fariseos estaban acechando a Jesús para ver si curaba en sábado y tener así de qué acusarlo. Pero Jesús, conociendo sus intenciones, le dijo al hombre de la mano paralizada: «Levántate y ponte ahí en medio». El hombre se levantó y se puso en medio. Entonces Jesús les dijo: «Les voy a hacer una pregunta: ¿Qué es lo que está permitido hacer en sábado: el bien o el mal, salvar una vida o acabar con ella?» Y después de recorrer con la vista a todos los presentes, le dijo al hombre: «Extiende la mano». Él la extendió y quedó curado. Los escribas y fariseos se pusieron furiosos y discutían entre sí lo que le iban a hacer a Jesús.

 

Reflexión

  • Contexto. Nuestro pasaje presenta a Jesús curando a un hombre que tenía una mano seca. A diferencia del contexto de los cap. 3-4 en los que Jesús aparece solo, aquí Jesús aparece rodeado de sus discípulos y de las mujeres que lo acompañaban. En los primeros tramos de este camino encontrará el lector diversos modos de escuchar la palabra de Jesús por parte de los que lo siguen que en definitiva podrían sintetizarse en dos experiencias que reclaman a su vez dos tipos de aproximación a Jesús: el de Pedro (5,1-11) y el del centurión (7,1-10). El primero encuentra a Jesús que, después de la pesca milagrosa, lo invita a ser pescador de hombres, y cae después de rodillas ante Jesús: “Aléjate de mí, Señor, que soy un hombre pecador” (5,8). El segundo no tiene ninguna comunicación directa con Jesús: ha oído hablar muy bien sobre Jesús y le envía intermediarios para pedirle la curación de su criado que está muriendo; pide algo no para sí, sino para una persona muy querida. La figura de Pedro representa la actitud del que, sintiéndose pecador, pone su obrar bajo el influjo de la Palabra de Jesús. El centurión, mostrando su solicitud por el criado, aprende a escuchar a Dios. Pues bien, la curación del hombre que tiene una mano seca se coloca entre estas vías o actitudes que caracterizan la itinerancia de la vida de Jesús. El hecho milagroso se produce en un contexto de debate o controversia: las espigas arrancadas en sábado y una curación también en sábado, precisamente la mano seca. Entre las dos discusiones, la palabra de Jesús juega un papel crucial: “El Hijo del hombre es señor del sábado” (6,5). Yendo a nuestro pasaje, preguntémonos qué significa esta mano seca? Es símbolo de la salvación del hombre que es conducido a su situación original, la de la creación. Además, la mano derecha expresa el obrar humano. Jesús devuelve a este día de la semana, el sábado, su más profundo sentido: es el día de la alegría, de la restauración, y no de la limitación. El sábado que Jesús presenta es el sábado mesiánico, no el sábado legalista; las curaciones realizadas por él son signos del tiempo mesiánico, de la restauración y liberación del hombre.
  • Dinámica del milagro. Lucas pone ante Jesús a un hombre con una mano sin fuerza, seca, paralizada. Nadie se interesa por pedir su curación y menos aún el directamente interesado. Pero la enfermedad no era sólo un problema individual, sino que sus efectos repercuten en toda la comunidad. En nuestro relato no emerge tanto el problema de la enfermedad sino más bien su relación con el sábado. Jesús es criticado porque ha curado en sábado. La diferencia con los fariseos consiste en que éstos, en el día de sábado, no actúan en base al mandamiento del amor que es la esencia de la ley. Jesús, después de ordenar al hombre ponerse en el centro de la asamblea, hace una pregunta decisiva: “¿es lícito o no curar en sábado?”. Los espacios para la respuesta son reducidos: curar o no curar, o sea, curar o destruir (v.9). Imaginémonos la dificultad de los fariseos: había que excluir que en sábado se pudiese hacer el mal o conducir al hombre a la perdición y menos aún curar ya que ayudar en sábado estaba permitido sólo en casos de extrema necesidad. Los fariseos se sienten provocados, lo cual excita su agresividad. Aparece como evidente que la intención de Jesús al curar en sábado es procurar el bien del hombre, en primer lugar el que está enfermo. Esta motivación de amor nos invita a reflexionar sobre nuestro comportamiento y a fundamentarlo en el de Jesús, que salva. Jesús no presta atención sólo a la curación del enfermo, sino que está también interesado por la de sus adversarios: corarlos de su torcida actitud al observar la ley; observar el sábado sin reanimar al prójimo de sus enfermedades no está en conformidad con lo que Dios quiere. Para el evangelista, la función del sábado es hacer el bien, salvar como Jesús hace en su vida terrena.

Para la reflexión personal

  • ¿Te sientes urgido las palabras de Jesús? ¿Cómo te comprometes en tu servicio a la vida? ¿Sabes crear condiciones para que el otro viva mejor?
  • ¿Sabes poner en el centro de tu atención a todos los hombres y a sus necesidades?

Oración final

Se alegrarán los que se acogen a ti, gritarán alborozados por siempre; tú los protegerás, en ti disfrutarán los que aman tu nombre. (Sal 5,12)

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Lectio Dom, 5 sep 2021

Curación del sordomudo

Jesús vuelve a dar al pueblo el don de la Palabra Marcos 7,31-37

Oración inicial

Señor Jesús, envía tu Espíritu, para que Él nos ayude a leer la Biblia en el mismo modo con el cual Tú la has leído a los discípulos en el camino de Emaús. Con la luz de la Palabra, escrita en la Biblia, Tú les ayudaste a descubrir la presencia de Dios en los acontecimientos dolorosos de tu condena y muerte. Así, la cruz, que parecía ser el final de toda esperanza, apareció para ellos como fuente de vida y resurrección.

Crea en nosotros el silencio para escuchar tu voz en la Creación y en la Escritura, en los acontecimientos y en las personas, sobre todo en los pobres y en los que sufren. Tu palabra nos oriente a fin de que también nosotros, como los discípulos de Emaús, podamos experimentar la fuerza de tu resurrección y testimoniar a los otros que Tú estás vivo en medio de nosotros como fuente de fraternidad, de justicia y de paz. Te lo pedimos a Ti, Jesús, Hijo de María, que nos has revelado al Padre y enviado tu Espíritu. Amén.

Lectura

a)     Una clave de lectura:

La liturgia de este domingo nos pone delante a Jesús que cura un sordomudo en la tierra de la Decápolis y recibe del pueblo este elogio: “¡Todo lo ha hecho bien; a los sordos hace oír y a los mudos hablar!” Este elogio se inspira en algunas frases de Isaías (Is 29,8-19; 35,5-6; 42,7) y demuestra que el pueblo estaba viendo en Jesús la venida de los tiempos mesiánicos. Jesús mismo había usado esta frase para responder a los discípulos de Juan: “Id y contad a Juan lo que habéis oído y visto: Los ciegos ven, los sordos oyen, los mudos hablan” (Mat 11,4-5).

Los primeros cristianos usaban la Biblia para aclarar e interpretar las acciones y conductas de Jesús. Hacían esto para expresar su fe de que Jesús era el Mesías, aquél que debía realizar la promesa y para poder entender mejor todo lo que Jesús había hecho y enseñado en aquellos pocos años que Jesús había pasado en medio de ellos en Palestina.

b)     Una división del texto para ayudar a la lectura:

Marcos 7,31: descripción geográfica: Jesús está en un territorio fuera de la Judea Marcos 7,32: la situación del hombre: sordomudo

Marcos 7, 33-34: el gesto de Jesús para curar al hombre

Marcos 7,35: el resultado de la acción sanadora de Jesús Marcos 7,36 la recomendación del silencio no es obedecida Marcos 7,37: el elogio del pueblo

c)     El texto:

En aquel tiempo, salió Jesús de la región de Tiro y vino de nuevo, por Sidón, al mar de Galilea, atravesando la región de Decápolis. Le llevaron entonces a un hombre sordo y tartamudo, y le suplicaban que le impusiera las manos. Él lo apartó a un lado de la gente, le metió los dedos en los oídos y le tocó la lengua con saliva. Después, mirando al cielo, suspiró y le dijo: «¡Effetá!» (que quiere decir «¡Abrete!»). Al momento se le abrieron los oídos, se le soltó la traba de la lengua y empezó a hablar sin dificultad.
Él les mandó que no lo dijeran a nadie; pero cuanto más se lo mandaba, ellos con más insistencia lo proclamaban; y todos estaban asombrados y decían: «¡Qué bien lo hace todo! Hace oír a los sordos y hablar a los mudos».

 Un momento de silencio orante

para que la Palabra de Dios pueda entrar en nosotros e iluminar nuestra vida.

Algunas preguntas

para ayudarnos en la meditación y en la oración.

  1. ¿Cuál es la conducta de Jesús frente al sordomudo y de frente al pueblo? ¿Cómo entiendes tú los gestos de Jesús: le puso los dedos en los oídos y con saliva le tocó la lengua; mirando después al cielo, emitió un suspiro y dijo: «Effetá»?
  2. ¿Como entender la preocupación de Jesús que lleva al hombre lejos de la gente?
  3. ¿Por qué Jesús prohíbe la divulgación? ¿Cómo entender la desobediencia del pueblo al mandato de Jesús?
  4. ¿Qué otros textos del Antiguo Testamento y del Nuevo Testamento se evocan o subyacen en el fondo de este texto?

Otras informaciones sobre el Evangelio de Marcos

i)     Comentario al texto

Marco 7,31: Jesús en la tierra de la Decápolis

El episodio de la curación del sordomudo es poco conocido. Marcos no dice claramente dónde se encuentra Jesús. Da a entender que está fuera de la Palestina, en tierra de paganos, atravesando una región llamada Decápolis: Decapolis significa, literalmente Diez ciudades. Era pues una región de diez ciudades al sudeste de Galilea, cuya población era pagana, marcada por la cultura helenista.

Marcos 7,32: Un sordomudo es llevado a Jesús.

Aun cuando no estaba en su propia tierra, Jesús es conocido como uno que puede curar enfermos. Por esto el pueblo le lleva un hombre sordo que habla con dificultad. Se trata de una persona que no puede comunicarse con los otros. Es la imagen de muchas personas que hoy viven masificadas en las grandes ciudades en completa soledad, sin la posibilidad de comunicación

Marcos 7,33-34: Una curación diferente

El modo de curar es diferente. El pueblo deseaba que Jesús impusiese simplemente las manos sobre el enfermo. Pero Jesús va mucho más allá de la petición. Jesús lleva al hombre lejos de la gente, pone los dedos en los oídos y con la saliva le toca la lengua y miró al cielo, suspiró profundamente y dijo: «Effetá», que significa “¡Ábrete”! El dedo en los oídos recuerda la frase de los magos de Egipto que decían: “Aquí está el dedo de Dios” (Ex 8,15) y también la frase del salmista: “¡Abriste mis oídos!” (Sal 40,7). El toque de la lengua con la saliva restablece en ella la facultad de hablar. En la opinión del pueblo de aquel tiempo, la saliva tenía un poder medicinal. La mirada hacia lo alto indica que la curación viene de Dios. El gemido es un modo de súplica.

Marcos 7,35: El resultado de la curación

En el mismo instante, los oídos del sordo se abrieron, la lengua se soltó y el hombre comenzó a hablar correctamente. ¡Jesús desea que el pueblo abra los oídos y suelte la lengua! ¡También hoy! En muchos lugares, a causa del comportamiento del poder religioso, el pueblo está callado y no habla. Es muy importante que el pueblo pueda recuperar la palabra dentro de la Iglesia para poder expresar su experiencia de Dios y así enriquecerse todos, incluso el clero.

Marcos 7,36: Jesús no quiere publicidad

Jesús ordena que no cuenten lo que ha sucedido. Algunas veces se exagera la importancia que el evangelio de Marcos atribuye a la prohibición de divulgar la curación, como si Jesús tuviese un secreto que debía mantener. De hecho, algunas veces Jesús ordena no divulgar la curación (Mc 1,44; 5,43; 7,36; 8,26). Él pide silencio, pero obtiene el resultado contrario.

Cuanto más prohíbe, tanto más la Buena Nueva se difunde (Mc 1,28.45; 3,7-8; 7,36-37). Por otra parte, en la mayoría de los casos, o sea en todas las otras veces que Jesús obra un milagro, no pide silencio. Es más, una vez pide publicidad (Mc 5,19).

Marcos 7,37: El elogio del pueblo

Todo el pueblo quedó admirado y dijo: “¡Todo lo hizo bien!” Esta afirmación hace recordar la creación: “Dios vio que todo lo que había hecho era muy bueno” Gén 1,31). A pesar de la prohibición, las personas que asisten a la curación empiezan a proclamar lo que habían visto, resumiendo la Buena Noticia de Jesús con estas palabras: “¡Todo lo ha hecho bien!” Es inútil prohibir hablar. ¡La fuerza interna de la Buena Nueva es tan grande que se divulga por sí misma! ¡ Quien ha hecho la experiencia de Jesús, lo cuenta a los demás lo quieran o no!

ii)     Información sobre las divisiones dentro del Evangelio de Marcos

1ª Clave: El Evangelio de Marcos ha sido escrito para ser leído y escuchado en comunidad. Cuando lees un libro estando solo, puedes interrumpir siempre y volver atrás para enlazar una cosa con otra. Pero cuando estás en comunidad y alguno está leyendo el Evangelio delante de todos, no puedes gritar: “¡Párate. Lee otra vez! ¡No he entendido bien!” Un libro para ser escuchado en celebraciones comunitarias tiene un modo diverso de dividir el tema, de otro libro escrito para ser leído de modo individual.

2ª Clave: El Evangelio de Marcos es una narración.

Una narración es como un río. Recorriendo el río en barca, no se perciban las divisiones de las aguas. El río no tiene divisiones. Es un solo fluir, desde el principio hasta el fin. En el río, las divisiones las haces tú a partir de la orilla. Por ejemplo, puedes decir: “ ¡Qué bello espacio de río el que va de aquella casa en la curva, hasta aquella palmera que está tres curvas después!” Pero en el agua no se ve ninguna división. La narración de Marcos fluye como un río. Sus divisiones las encuentran los oyentes en la orilla, o sea en los lugares por los que Jesús pasa, en las personas que Él encuentra, en los caminos que recorre. Estas indicaciones en las márgenes ayudan a los oyentes a no perderse en medio de tantas palabras y acciones de Jesús y sobre Jesús. El cuadro geográfico ayuda al lector, o lectora, a caminar con Jesús, paso a paso, de la Galilea hasta Jerusalén, del lago hasta el calvario.

3ª Clave: El Evangelio de Marcos ha sido escrito para ser leído de una sola vez

Los hebreos así leían los libros pequeños del Antiguo Testamento. Por ejemplo, en la noche de Pascua leían de una sola vez todo el libro del Cantar de los Cantares. Algunos expertos creen que el Evangelio de Marcos ha sido escrito para ser leído de una sola vez todo entero en la noche de Pascua. Ahora bien, a fin de que los oyentes no se cansaran, la lectura debía tener sus divisiones, sus pausas. Porque, cuando una narración es larga, como la del Evangelio de Marcos, su lectura debe interrumpirse de vez en cuando. Se debe tener pausas en algunos momentos. Si no, los oyentes se pierden. Estas pausas ya estaban previstas por el mismo autor de la narración. Estaban señaladas con pequeños sumarios entre una lectura larga y otra. Estos sumarios son como bisagras que recogían lo que se había leído antes y abrían el camino a lo que venía después. Esto permite pararse y empezar de nuevo, sin interrumpir la secuencia de la narración. Eso ayuda al oyente a situarse dentro del río de la narración que fluye. El Evangelio de Marcos tiene muchas de estas pausas que permiten descubrir y seguir el recorrido de la Buena Noticia de Dios que Jesús reveló y que Marcos nos cuenta. En total hay seis bloques de lecturas más largas, intercaladas de pequeños bisagras o sumarios, donde es fácil hacer una breve pausa.

Basándonos en estas tres claves, presentamos aquí una división del Evangelio de Marcos. Otros lo dividen diversamente. Cada división tiene su marca distintiva y su valor. El valor de una división es aquél de abrir uno de los muchos modos de entrar en el texto, de ayudarnos a descubrir algo de la Buena Nueva de Dios y de llevarnos a percibir el camino que Jesús abrió para nosotros hacia Dios y hacia los hermanos.

Introducción: Mc 1,1-13: Comienzo de la Buena Nueva Prepara el anuncio

Sumario: 1,14-15

1ª lectura: Mc 1,16-3,16 : Crece la Buena Nueva Aparece el conflicto

Sumario: 3,7-12

2ª lectura: Mc 3-13-6,6: Crece el conflicto Aparece el Misterio

Sumario: 6,7-13

3ª lectura: Mc 6,14-8,21: Crece el Misterio Aparece el no entendimiento

Sumario: 8,22-26

4ª lectura: Mc 8,27-10,45: Crece el no entendimiento Aparece luz obscura de la Cruz

Sumario: 10,46-52

5ª lectura: Mc 11,1-13,32: Crece la luz obscura de la Cruz Aparecen la rotura y la muerte

Sumario: 13,33-37

6ª lectura: Mc 14,1-15,39: Crecen la rotura y la muerte Aparece la victoria sobre la muerte

Sumario: 15,40-41

Conclusión: Mc 15,42-16,20: Crece la victoria sobre la muerte Reaparece la Buena Nueva

En esta división los títulos son importantes. Indican el soplo del Espíritu Santo, de la inspiración, que recorre todo el Evangelio. Cuando un artista se siente inspirado, trata de expresar esta inspiración en una obra de arte. La poesía o la imagen que resulta lleva en sí esta inspiración. La inspiración es como una fuerza eléctrica que corre invisible entre los hilos y enciende las lámparas en nuestras casas. Así, la inspiración corre invisible en las palabras de la poesía o en la forma de las imágenes para revelar o encender dentro de nosotros una luz igual o casi igual a la que brilló en el artista. Es por este motivo por el que las obras de arte nos atraen tanto. Lo mismo sucede cuando leemos o meditamos el Evangelio de Marcos. El mismo Espíritu o la Inspiración que mueve a Marcos a escribir el texto, queda presente en el hilo de las palabras de su Evangelio. A través de su lectura atenta y orante, este Espíritu entra en acción y comienza a obra en nosotros. Así, poco a poco, descubrimos el rostro de Dios que se reveló en Jesús y que Marcos nos comunica en su libro.

Salmo 131

Abandono filial
Mi corazón, Yahvé, no es engreído, ni son mis ojos altaneros.
No doy vía libre a la grandeza, ni a prodigios que me superan.
No, me mantengo en paz y silencio, como niño en el regazo materno.
¡Mi deseo no supera al de un niño!
¡Espera, Israel, en Yahvé desde ahora y por siempre!

Oración final

Señor Jesús, te damos gracia por tu Palabra que nos ha hecho ver mejor la voluntad del Padre. Haz que tu Espíritu ilumine nuestras acciones y nos comunique la fuerza para seguir lo que Tu Palabra nos ha hecho ver. Haz que nosotros como María, tu Madre, podamos no sólo escuchar, sino también poner en práctica la Palabra. Tú que vives y reinas con el Padre en la unidad del Espíritu Santo por todos los siglos de los siglos. Amén

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Lectio sáb, 4 sep 2021

Tiempo Ordinario

Oración inicial

Dios todopoderoso, de quien procede todo bien, siembra en nuestros corazones el amor de tu nombre, para que, haciendo más religiosa nuestra vida, acrecientes el bien en nosotros y con solicitud amorosa lo conserves. Por nuestro Señor.

Lectura del santo Evangelio según Lucas 6,1-5

Un sábado, Jesús iba atravesando unos sembrados y sus discípulos arrancaban espigas al pasar, las restregaban entre las manos y se comían los granos. Entonces unos fariseos les dijeron: «¿Por qué hacen lo que está prohibido hacer en sábado?».
Jesús les respondió: «¿Acaso no han leído lo que hizo David una vez que tenían hambre él y sus hombres? Entró en el templo y tomando los panes sagrados, que sólo los sacerdotes podían comer, comió de ellos y les dio también a sus hombres».
Y añadió: «El Hijo del hombre también es dueño del sábado».

Reflexión

  • El evangelio de hoy nos habla del conflicto alrededor de la observancia del sábado. La observancia del sábado era una ley central, uno de los Diez Mandamientos. Ley muy antigua que fue revalorizada en la época del cautiverio. En el cautiverio, la gente tenía que trabajar siete días por semana de sol a sol, sin condiciones de reunirse para escuchar y meditar la Palabra de Dios, para rezar juntos y para compartir su fe, sus problemas y su esperanza. De allí surgió la necesidad urgente de parar por lo menos un día por semana para reunirse y animarse mutuamente en aquella condición tan dura del cautiverio. De lo contrario, perderían la fe. Fue así que renació y fue reestablecida con vigor la observancia del sábado.
  • Lucas 6,1-2: La causa del conflicto. En un día de sábado, los discípulos pasan por las plantaciones y se abren camino arrancando espigas. Mateo 12,1 dice que ellos tenían hambre (Mt 12,1). Los fariseos invocan la Biblia para decir que esto es trasgresión de la ley del sábado: «¿Por que hacéis lo que no es lícito el sábado?» (Cf. Ex 20,8-11).
  • Lucas 6,3-4: La respuesta de Jesús. Inmediatamente, Jesús responde recordando que el mismo David hizo también cosas prohibidas, pues tiró los panes sagrados del templo y los dio de comer a los soldados que tenían hambre (1 Sam 21,2-7). Jesús conocía la Biblia y la invocaba para mostrar que los argumentos de los demás no tenían fundamento. En Mateo, la respuesta de Jesús es más completa. No sólo invoca la historia de David, sino que suscita también la legislación que permite que los sacerdotes trabajen el sábado y cita la frase del profeta Oseas: “Misericordia quiero y no sacrificio”. Cita un texto histórico, un texto legislativo y un texto profético (cf. Mt 12,1-18). En aquel tiempo, no había Biblias impresas como tenemos hoy en día. En cada comunidad sólo había una única Biblia, escrita a mano, que quedaba en la sinagoga. Si Jesús conocía tan bien la Biblia, es señal de que él, durante los 30 años de su vida en Nazaret, tiene que haber participado intensamente en la vida de la comunidad, donde todos los sábados se leían las Escrituras. Nos falta mucho a nosotros para que tengamos esa misma familiaridad con la Biblia y la misma participación en la comunidad.
  • Lucas 6,5: La conclusión para todos nosotros. Y Jesús termina con esta frase: ¡El Hijo del Hombre es señor del sábado! Jesús, como hijo de Hombre que vive en la intimidad con Dios, descubre el sentido de la Biblia, no de fuera a dentro, sino de dentro a fuera, esto es, descubre el sentido a partir de la raíz, a partir de su intimidad con el autor de la Biblia que es Dios mismo. Por esto, se dice señor del sábado. En el evangelio de Marcos, Jesús relativiza la ley del sábado diciendo: “El hombre está hecho por el sábado, y no el sábado por el hombre” (Mc 2,27).

Para la reflexión personal

  • ¿Cómo pasas el domingo, nuestro sábado? ¿Vas a misa por obligación, para evitar el pecado o para estar con Dios?
  • Jesús conocía la Biblia casi de memoria. ¿Y yo? ¿Qué representa la Biblia para mí?

Oración final

¡Que mi boca alabe a Yahvé, que bendigan los vivientes su nombre sacrosanto para siempre jamás! (Sal 145,21)

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Lectio vie, 3 sep 2021

Tiempo Ordinario

Oración inicial

Dios todopoderoso, de quien procede todo bien, siembra en nuestros corazones el amor de tu nombre, para que, haciendo más religiosa nuestra vida, acrecientes el bien en nosotros y con solicitud amorosa lo conserves. Por nuestro Señor.

Lectura del santo Evangelio según Lucas 5,33-39

En aquel tiempo, los fariseos y los escribas le preguntaron a Jesús: «¿Por qué los discípulos de Juan ayunan con frecuencia y hacen oración, igual que los discípulos de los fariseos, y los tuyos, en cambio, comen y beben?».
Jesús les contestó: «¿Acaso pueden ustedes obligar a los invitados a una boda a que ayunen, mientras el esposo está con ellos? Vendrá un día en que les quiten al esposo, y entonces sí ayunarán».
Les dijo también una parábola: «Nadie rompe un vestido nuevo para remendar uno viejo, porque echa a perder el nuevo, y al vestido viejo no le queda el remiendo del nuevo. Nadie echa vino nuevo en odres viejos, porque el vino nuevo revienta los odres y entonces el vino se tira y los odres se echan a perder. El vino nuevo hay que echarlo en odres nuevos y así se conservan el vino y los odres. Y nadie, acabando de beber un vino añejo, acepta uno nuevo, pues dice: ‘El añejo es mejor’ «.

 Reflexión

  • En el Evangelio de hoy vamos a ver de cerca un conflicto entre Jesús y las autoridades religiosas de la época, escribas y fariseos (Lc 5,3). Esta vez el conflicto es entorno al ayuno. Lucas relata varios conflictos entorno a las prácticas religiosas de la época: el perdón de los pecados (Lc 5,21-25), comer con pecadores (Lc 5,29-32), el ayuno (Lc 5,33-36), además de los conflictos entorno a la observancia del sábado (Lc 6,1-5 e Lc 6,6-11).
  • Lucas 5,33: Jesús no insiste en la práctica del ayuno. Aquí, el conflicto es entorno a la práctica del ayuno. El ayuno es una costumbre muy antigua, practicada por casi todas las religiones. Jesús mismo lo practicó durante cuarenta días (Mt 4,2). Pero él no insiste con los discípulos para que hagan lo mismo. Les deja la libertad de actuar. Por esto, los discípulos de Juan Bautista y de los fariseos, que estaban obligados a ayunar, quieren saber porqué motivo Jesús no insiste en el ayuno.
  • Lucas 5,34-35: Mientras el novio está con ellos no precisan ayunar. Jesús responde con una comparación. Mientras el novio está con ellos, esto es, durante la fiesta de las bodas, éstos no precisan ayunar. Durante el tiempo en que él, Jesús, está con sus discípulos, es fiesta de bodas. Pero el día vendrá en que el novio no estará. En ese día, si quieren, pueden ayunar. Jesús alude a su muerte. Sabe y siente que si continúa por este camino de libertad, las autoridades van a querer matarle. En el Antiguo Testamento, varias veces, Dios mismo se presenta como siendo el novio de la gente (Is 49,15; 54,5.8; 62,4-5; Os 2,16-25). En el Nuevo Testamento, Jesús es visto como el novio de su pueblo, de su gente (Ef 5,25). El Apocalipsis presenta el convite para la celebración de las nupcias del Cordero con su esposa, la Jerusalén celestial (Ap 19,7-8; 21,2.9).
  • Lucas 5,36-39: ¡Vino nuevo en pellejos nuevos! Estas palabras sueltas sobre el remiendo nuevo en paño viejo y sobre el vino nuevo en pellejos viejos deben entenderse como una luz que arroja su claridad sobre los diversos conflictos, relatados por Lucas, antes y después de la discusión entorno al ayuno. Aclaran la actitud de Jesús con relación a todos los conflictos con las autoridades religiosas. Colocados en términos de hoy serían conflictos como éstos: bodas de personas divorciadas, amistad con prostitutas y homosexuales, comulgar sin estar casado/a por la iglesia, faltar a la misa los domingos, no hacer ayuno el Lectio divina vie santo, etc. No se pone remiendo nuevo a un vestido viejo, porque a la hora de lavarlo, el remiendo nuevo se encoge y el vestido se desgarra aún más. Nadie pone vino nuevo en pellejo viejo, porque el vino nuevo por la fermentación hace estallar el pellejo viejo.

¡Vino nuevo en pellejo nuevo! La religión defendida por las autoridades religiosas era como ropa vieja, como pellejo viejo. O lo uno, o lo otro. No se debe combinar lo nuevo que Jesús trae con costumbres antiguas. ¡O lo uno, o lo otro! El vino nuevo que Jesús trae hace estallar el pellejo viejo. Hay que saber separar las cosas. Muy probablemente Lucas trae estas palabras de Jesús para orientar a las comunidades de los años ‟80. Había un grupo de judeo-cristianos que querían reducir la novedad de Jesús al tamaño del judaísmo de antes. Jesús no está en contra de lo que es “viejo”. Lo que él no quiere es que lo “viejo” se imponga y así empiece a manifestarse. Sería lo mismo que reducir, en la Iglesia católica, el mensaje del Concilio Vaticano II a lo que se vivía en la Iglesia antes del concilio, como hoy mucha gente parece estar queriendo hacer.

Para la reflexión personal

  • ¿Cuáles son los conflictos entorno a las prácticas religiosas que, hoy, traen sufrimiento a las personas y son motivo de mucha discusión y polémica? ¿Cuál es la imagen de Dios que está por detrás de todas estas ideas preconcebidas, normas y prohibiciones?
  • ¿Cómo entender hoy la frase de Jesús: “No colocar remiendo del paño nuevo en vestido viejo”? ¿Qué mensaje sacas de todo esto para tu vida y para tu comunidad?

Oración final

Encomienda tu vida a Yahvé, confía en él, que actuará; hará brillar como luz tu inocencia y tu honradez igual que el mediodía. (Sal 37,5-6)

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Lectio jue, 2 sep 2021

Tiempo Ordinario

Oración inicial

Dios todopoderoso, de quien procede todo bien, siembra en nuestros corazones el amor de tu nombre, para que, haciendo más religiosa nuestra vida, acrecientes el bien en nosotros y con solicitud amorosa lo conserves. Por nuestro Señor.

Lectura del santo Evangelio según Lucas 5,1-11

En aquel tiempo, Jesús estaba a orillas del lago de Genesaret y la gente se agolpaba en torno suyo para oír la palabra de Dios. Jesús vio dos barcas que estaban junto a la orilla. Los pescadores habían desembarcado y estaban lavando las redes. Subió Jesús a una de las barcas, la de Simón, le pidió que la alejara un poco de tierra, y sentado en la barca, enseñaba a la multitud.
Cuando acabó de hablar, dijo a Simón: «Lleva la barca mar adentro y echen sus redes para pescar». Simón replicó:
«Maestro, hemos trabajado toda la noche y no hemos pescado nada; pero, confiado en tu palabra, echaré las redes». Así lo hizo y cogieron tal cantidad de pescados, que las redes se rompían. Entonces hicieron señas a sus compañeros, que estaban en la otra barca, para que vinieran a ayudarlos. Vinieron ellos y llenaron tanto las dos barcas, que casi se hundían.
Al ver esto, Simón Pedro se arrojó a los pies de Jesús y le dijo: «¡Apártate de mí, Señor, porque soy un pecador!». Porque tanto él como sus compañeros estaban llenos de asombro al ver la pesca que habían conseguido. Lo mismo les pasaba a Santiago y a Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón.
Entonces Jesús le dijo a Simón: «No temas; desde ahora serás pescador de hombres». Luego llevaron las barcas a tierra y, dejándolo todo, lo siguieron.

Reflexión

  • El evangelio de hoy cuenta cómo Pedro fue llamado por Jesús. El evangelio de Marcos coloca el llamado de los primeros discípulos al comienzo del ministerio público de Jesús (Mc 1,16-20). Lucas lo coloca después de que la fama de Jesús se había extendido por toda la región (Lc 4,14). Jesús había curado a mucha gente (Lc 4,40) y había predicado en las sinagogas de todo el país (Lc 4,44). El pueblo lo buscaba y la multitud lo apretaba por todos los lados para escuchar la Palabra de Dios (Lc 5,1). Lucas hace más comprensible el llamado. Primero, Pedro puede escuchar las palabras de Jesús a la gente. Enseguida, presencia la pesca milagrosa. Después de esta doble experiencia sorprendente, llega el llamado de Jesús. Pedro escucha, deja todo y se vuelve “pescador de hombres”.
  • Lucas 5,1-3: Jesús enseña desde el barco. La gente busca a Jesús para oír la Palabra de Dios. Y es tanta la gente a su alrededor que Jesús queda como apretado por todos los lados. Jesús le pide ayuda a Simón Pedro y a algunos compañeros que habían vuelto de la pesca. Entra con ellos en el barco y desde allí responde a lo que el pueblo le pide, comunicándole la Palabra de Dios. Sentado, Jesús toma postura y autoridad de un maestro, pero habla desde un barco de un pescador. La novedad consiste en que el Señor no sólo enseña en una sinagoga para un público seleccionado, sino en cualquier lugar donde la gente quiere escucharle, hasta en la playa misma.
  • Lucas 5,4-5: «¡Por tu palabra echaré las redes!» Terminada la instrucción a la gente, Jesús se dirige a Simón y le anima a pescar de nuevo. En la respuesta de Simón se nota frustración, cansancio y desaliento: «¡Maestro, hemos estado bregando toda la noche y no hemos pescado nada!». Pero, con confianza en la palabra de Jesús, vuelven a echar las redes. ¡La palabra de Jesús tiene más fuerza que la experiencia frustrante de la noche!
  • Lucas 5,6-7: El resultado es sorprendente. La pesca es tan abundante que las redes casi se rompen y los barcos están a punto de hundirse. Simón necesita la ayuda de Juan y de Santiago, que están en otro barco. Nadie consigue ser completo, si está solo. Las comunidades deben ayudarse entre sí. El conflicto entre las comunidades, tanto en el tiempo de Lucas como hoy, tiene que ser superado en vista de un objetivo común, que es la misión. La experiencia de la fuerza transformadora de la Palabra de Jesús es el eje alrededor del cual las diferencias se asumen y superan.
  • Lucas 5,8-11: «¡Serás pescador de hombres!» La experiencia de la proximidad de Dios en Jesús le hace percibir a Simón quién es: «¡Aléjate de mí, Señor, que soy un hombre pecador!» Ante Dios ¡todos somos pecadores! Pedro y los compañeros tienen miedo y, al mismo tiempo, se sienten atraídos. Dios es un misterio fascinante: da miedo y, al mismo tiempo, atrae. Jesús aleja el miedo: «¡No tengas miedo!» Llama a Pedro y le compromete en la misión, mandando a que sea pescador de hombres. Pedro experimenta, bien concretamente, que la Palabra de Jesús es como la Palabra de Dios. Es capaz de hacer acontecer lo que afirma. En Jesús aquellos rudos trabajadores hicieron la experiencia de poder, cobraron valor y confianza. Entonces, «dejándolo todo, ¡le siguieron!». Hasta entonces, sólo Jesús anunciaba la Buena Nueva del Reino. Ahora otras personas van siendo llamadas e implicadas en la misión. Esa manera que Jesús tiene de trabajar en equipo es una Buena Nueva para el pueblo.
  • El episodio de la pesca en el lago manifiesta la atracción y la fuerza de la Palabra de Jesús. Atrae a la gente (Lc 5,1). Lleva a Pedro a ofrecer su barco a Jesús para que hable (Lc 5,3). La Palabra de Jesús es tan fuerte que vence la resistencia de Pedro, lleva a lanzar de nuevo la red y hace que acontezca la pesca milagrosa (Lc 5,4-6). Vence en Pedro la voluntad de alejarse de Jesús y lo atrae para que sea «pescador de gente!» (Lc 5,10) ¡Y así la Palabra de Dios actúa hasta nuestros días!

Para la reflexión personal

  • ¿Dónde y cómo acontece hoy la pesca milagrosa, realizada en atención a la Palabra de Jesús?
  • Ellos largaron todo y siguieron a Jesús. ¿Yo que tengo que largar para poder seguir a Jesús?

Oración final

¿Quién subirá al monte de Yahvé?, ¿quién podrá estar en su santo recinto? El de manos limpias y puro corazón, el que no suspira por los ídolos ni jura con engaño. (Sal 24,3-4)

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Lectio mié, 1 sep 2021

Tiempo Ordinario

Oración inicial

Dios todopoderoso, de quien procede todo bien, siembra en nuestros corazones el amor de tu nombre, para que, haciendo más religiosa nuestra vida, acrecientes el bien en nosotros y con solicitud amorosa lo conserves. Por nuestro Señor.

Lectura del santo Evangelio según Lucas 4,38-44

En aquel tiempo, Jesús salió de la sinagoga y entró en la casa de Simón. La suegra de Simón estaba con fiebre muy alta y le pidieron a Jesús que hiciera algo por ella. Jesús, de pie junto a ella, mandó con energía a la fiebre, y la fiebre desapareció. Ella se levantó enseguida y se puso a servirles.
Al meterse el sol, todos los que tenían enfermos se los llevaron a Jesús y él, imponiendo las manos sobre cada uno, los fue curando de sus enfermedades. De muchos de ellos salían también demonios que gritaban: «¡Tú eres el Hijo de Dios!». Pero él les ordenaba enérgicamente que se callaran, porque sabían que él era el Mesías.
Al día siguiente se fue a un lugar solitario y la gente lo andaba buscando. Cuando lo encontraron, quisieron retenerlo, para que no se alejara de ellos; pero él les dijo: «También tengo que anunciarles el Reino de Dios a las otras ciudades, pues para eso he sido enviado». Y se fue a predicar en las sinagogas de Judea. 

 

Reflexión

  • El evangelio de hoy nos habla de cuatro asuntos distintos: la curación de la suegra de Pedro (Lc 4,38-39), la curación de muchos enfermos, la noche después del sábado (Lc 4, 40-41), la oración de Jesús en un lugar desierto (Lc 4,42) y su insistencia en la misión (Lc 4,43-44). Con pequeñas diferencias Lucas sigue y adapta las informaciones que sacó del evangelio de Marcos.
  • Lucas 4,38-39: Jesús restaura la vida para el servicio. Después de participar en la celebración del sábado, en la sinagoga, Jesús entra en casa de Pedro y cura su suegra. La curación hace que ella se ponga inmediatamente de pie. Una vez recuperadas la salud y la dignidad, la suegra de Pedro se pone al servicio de las personas. Jesús no solamente cura, sino que cura para que la persona se ponga al servicio de la vida.
  • Lucas 4,40-41: Jesús acoge y cura a los marginados. Al caer de la tarde, en la hora en que la primera estrella aparece en el cielo, terminado el sábado, Jesús acoge y cura a los enfermos y a los poseídos que la gente había traído. Enfermos y poseídos eran las personas más marginadas en aquella época. No tenían a quien recurrir. Quedaban a la merced de la caridad pública. Además de esto, la religión las consideraba impuras. No podían participar en la comunidad. Era como si Dios las rechazara y las excluyera. Jesús las acoge y las cura imponiéndoles las manos. Así aparece en qué consiste la Buena Nueva de Dios y lo que quiere hacer en la vida de la gente: acoger a los marginados y a los excluidos y reintegrarlos en la convivencia. “Salían también demonios de muchos, gritando y diciendo: ”Tú eres el Hijo de Dios.» Pero él les conminaba y no les permitía hablar, porque sabían que él era el Cristo”. En aquel tiempo, el título Hijo de Dios no había adquirido ni la densidad ni la profundidad que el título tiene hoy para nosotros. Significaba que la gente reconocía en Jesús una presencia toda especial de Dios. Jesús no dejaba hablar a los demonios. No quería una propaganda fácil por medio del impacto de expulsiones espectaculares.
  • Lucas 4,42a: Permanecer unido al Padre por la oración. “Al hacerse de día salió y se fue a un lugar solitario. La gente le andaba buscando y, llegando hasta él, trataban de retenerle para que no les dejara”. Aquí Jesús aparece rezando. Hace un esfuerzo muy grande para tener el tiempo y el ambiente para rezar. Se levanta de en medio de los otros y se va hacia un lugar desierto, para poder estar a solas con Dios. Muchas veces, los evangelios nos hablan de Jesús en el silencio (Lc 3,21-22; 4,1-2.3-12; 5,15-16; 6,12; 9,18; 10,21; 5,16; 9,18; 11,1; 9,28;23,34; Mt 14,22-23; 26,38; Jn 11,41-42; 17,1-26; Mc 1,35; Lc 3,21-22). A través de la oración mantiene viva en sí la conciencia de su misión.
  • Lucas 4,42b-44: Mantener viva la conciencia de la misión y no quedarse en el resultado. Jesús se vuelve conocido. La gente le va detrás y no quiere que se vaya. Jesús no hace caso a lo que le piden y dice: «También a otras ciudades tengo que anunciar la Buena Nueva del Reino de Dios, porque a esto he sido enviado.” Jesús tiene muy clara su misión. No se encierra en el resultado ya obtenido, sino que quiere mantener bien viva la conciencia de su misión. Es la misión recibida del Padre lo que le orienta a la hora de tomar decisiones. ¡Porque a esto he sido enviado! Y aquí en el texto esta conciencia tan viva aparece como fruto de la oración.

Para la reflexión personal

  • Jesús sacaba tiempo para poder rezar y estar a solas con el Padre. ¿Yo hago lo mismo para rezar y estar a solas con Dios?
  • Jesús mantenía viva la conciencia de su misión. Como cristiano o cristiana que soy, ¿tengo conciencia de alguna misión o vivo sin misión?

Oración final

Esperamos anhelantes a Yahvé, él es nuestra ayuda y nuestro escudo; en él nos alegramos de corazón y en su santo nombre confiamos. (Sal 33,20-21)

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