Lectio lun, 31 de ene, 2022

Tiempo ordinario

Oración inicial

Señor: concédenos amarte con todo el corazón y que nuestro amor se extienda, también, a todos los hombres. Por nuestro Señor.

Texto:  Marcos 5, 1-20

Después de atravesar el lago de Genesaret, Jesús y sus discípulos llegaron a la otra orilla, a la región de los gerasenos. Apenas desembarcó Jesús, vino corriendo desde el cementerio un hombre poseído por un espíritu inmundo, que vivía en los sepulcros. Ya ni con cadenas podían sujetarlo; a veces habían intentado sujetarlo con argollas y cadenas, pero él rompía las cadenas y destrozaba las argollas; nadie tenía fuerzas para dominarlo. Se pasaba días y noches en los sepulcros o en el monte, gritando y golpeándose con piedras. Cuando aquel hombre vio de lejos a Jesús, se echó a correr, vino a postrarse ante él y gritó a voz en cuello: «¿Qué quieres tú conmigo, Jesús, Hijo de Dios altísimo? Te ruego por Dios que no me atormentes». Dijo esto porque Jesús le había mandado al espíritu inmundo que saliera de aquel hombre. Entonces le preguntó Jesús: «¿Cómo te llamas?» Le respondió: «Me llamo Legión, porque somos muchos». Y le rogaba con insistencia que no los expulsara de aquella comarca. Había allí una gran piara de cerdos, que andaban comiendo en la falda del monte. Los espíritus le rogaban a Jesús: «Déjanos salir de aquí para meternos en esos cerdos». Y él se lo permitió. Los espíritus inmundos salieron del hombre y se metieron en los cerdos; y todos los cerdos, unos dos mil, se precipitaron por el acantilado hacia el lago y se ahogaron. Los que cuidaban los cerdos salieron huyendo y contaron lo sucedido, en el pueblo y en el campo. La gente fue a ver lo que había pasado. Se acercaron a Jesús y vieron al antes endemoniado, ahora en su sano juicio, sentado y vestido. Entonces tuvieron miedo. Y los que habían visto todo, les contaron lo que le había ocurrido al endemoniado y lo de los cerdos. Ellos comenzaron a rogarle a Jesús que se marchara de su comarca.
Mientras Jesús se embarcaba, el endemoniado le suplicaba que lo admitiera en su compañía, pero él no se lo permitió y le dijo: «Vete a tu casa a vivir con tu familia y cuéntales lo misericordioso que ha sido el Señor contigo». Y aquel hombre se alejó de ahí y se puso a proclamar por la región de Decápolis lo que Jesús había hecho por él. Y todos los que lo oían se admiraban.

Reflexión

  • En el Evangelio de hoy, vamos a meditar un largo texto sobre la expulsión de un demonio que se llamaba Legión y que oprimía y maltrataba a una persona. Hoy, hay mucha gente que se sirve de estos textos del evangelio sobre la expulsión de los demonios, para dar miedo a la gente. ¡Es una lástima! Marco hace lo contrario. Como veremos, Marcos asocia la acción del poder del mal a cuatro cosas: a) al cementerio, o lugar de los muertos. ¡La muerte que mata la vida! b) Al puerco, que era considerado un animal impuro. ¡La impureza que separa de Dios! c) al mar, que era visto como símbolo del caos de antes de la creación. El caos que destruye la naturaleza. d) A la palabra Legión, nombre de los ejércitos del imperio romano. El imperio que oprime y explora a la gente. Y ahora Jesús vence el poder del mal en estos cuatro puntos. La victoria de Jesús tiene un enorme alcance para las comunidades de los años setenta, época en la que Marcos escribe su evangelio. ¡Las comunidades vivían perseguidas por las legiones romanas, cuya ideología manipulaba las creencias populares relativas a los demonios para dar miedo a la gente y conseguir la sumisión!
  • El poder del mal oprime, maltrata y aliena a las personas. Los versos iniciales describen la situación de la gente antes de la llegada de Jesús. Marcos describe el comportamiento del endemoniado, y asocia el poder del mal al cementerio y a la muerte. Es un poder sin rumbo, amenazador, descontrolado y destructor, que da miedo a todos. Priva a la persona de conciencia, de autocontrol y de autonomía.
  • Ante la simple presencia de Jesús el poder del mal se desmorona y se desintegra. En la manera de describir el primer contacto entre Jesús y el hombre poseído, Marcos acentúa ¡la desproporción total! El poder, que antes parecía tan fuerte, se derrite y se derrumbe ante Jesús. El hombre se cae de rodillas, pide que no se le expulse de la región y entrega hasta su nombre Legión. A través de este nombre, Marcos asocia el poder del mal al poder político y militar del imperio romano que dominaba el mundo a través de sus Legiones.
  • El poder del mal es impuro y no tiene autonomía ni consistencia. El demonio no tiene poder sobre sus propios movimientos. Sólo consigue ir dentro de los puercos con el permiso de Jesús. Una vez dentro de los puercos, éstos se precipitan a la mar. ¡Eran 2000 puercos! Según la opinión de la gente, el puerco era símbolo de impureza que impedía al ser humano relacionarse con Dios y sentirse acogido por El. El mar era símbolo del caos que existía antes de la creación y que, según la creencia de la época, amenazaba la vida. Este episodio de los cerdos que se precipitaban al mar es extraño y difícil de entender. Pero el mensaje es muy claro: ante Jesús, el poder del mal no tiene autonomía ni consistencia. ¡Quien cree en Jesús ya venció el poder del mal y no precisa tener miedo!
  • La reacción de la gente del lugar. Alertada por los porqueros que se ocupaban de los puercos, la gente del lugar acudió y vio al hombre libre del poder del mal “en su sano juicio”. ¡Pero entraron en los puercos! Por esto piden a Jesús que se aleje. Para ellos, los puercos son más importantes que el ser humano que acababa de recobrar su sano juicio.
  • Anunciar la Buena Nueva es anunciar “¡lo que el Señor ha hecho para ti!” El hombre liberado quiere “seguir a Jesús”, pero Jesús le dice: “Vete a tu casa, con los tuyos, y cuéntales lo que el Señor ha hecho contigo y que ha tenido compasión de ti.” Esta frase de Jesús, Marcos la dirige a las comunidades y a todos nosotros. Para la mayoría de nosotros “seguir a Jesús” significa: “¡Ve a tu casa y anuncia a los tuyos lo que el Señor te hizo!”

Para la reflexión personal

  • ¿Cuál es el punto de este texto que más te ha gustado o que más te ha llamado la atención? ¿Por qué?
  • El hombre curado quiere seguir a Jesús. Pero tiene que quedarse en casa y contar a todo el mundo lo que Jesús le hizo. ¿Té cuentas a los demás lo que el Señor hizo y hace por ti?

Oración final

¡Qué grande es tu bondad, Yahvé!
La reservas para tus adeptos,
se la das a los que a ti se acogen
a la vista de todos los hombres. (Sal 31,20)

Todos los derechos: www.ocarm.org

Lectio Dom, 30 de ene, 2022

Jesús une la Biblia con la vida

Jesús no agrada a la gente de Nazaret, y lo expulsan Lucas 4,21-30

Oración inicial

Señor Jesús, envía tu Espíritu, para que Él nos ayude a leer la Biblia en el mismo modo con el cual Tú la has leído a los discípulos en el camino de Emaús. Con la luz de la Palabra, escrita en la Biblia, Tú les ayudaste a descubrir la presencia de Dios en los acontecimientos dolorosos de tu condena y muerte. Así, la cruz, que parecía ser el final de toda esperanza, apareció para ellos como fuente de vida y resurrección.

Crea en nosotros el silencio para escuchar tu voz en la Creación y en la Escritura, en los acontecimientos y en las personas, sobre todo en los pobres y en los que sufren. Tu palabra nos oriente a fin de que también nosotros, como los discípulos de Emaús, podamos experimentar la fuerza de tu resurrección y testimoniar a los otros que Tú estás vivo en medio de nosotros como fuente de fraternidad, de justicia y de paz. Te lo pedimos a Ti, Jesús, Hijo de María, que nos has revelado al Padre y enviado tu Espíritu. Amén.

Lectura

a)     Clave de lectura:

En este 4 ̊ Domingo del Tiempo ordinario, la Liturgia nos pone delante el conflicto surgido entre Jesús y la gente de Nazaret. Sucedió un sábado, durante la celebración de la Palabra en la sala de la comunidad, tras la lectura que Jesús hizo de un texto del profeta Isaías. Jesús cita al profeta Isaías para presentar su plan de acción e, inmediatamente, añade un brevísimo comentario. En un primer momento, todos quedaron admirados y contentos. Pero, cuando se dieron cuenta del alcance y del significado del programa de Jesús respecto a sus vidas, se rebelan y quieren matarlo. Conflictos de este tipo se dan, incluso, hoy. Aceptamos al otro en la medida en que se comporta de acuerdo con nuestras ideas, pero, cuando el otro decide admitir en comunidad a personas que nosotros excluimos, surge el conflicto. Es lo que sucedió en Nazaret.

El Evangelio de este domingo comienza en el versículo 21, con un breve comentario de Jesús. Nos tomamos la libertad de incluir en el comentario los versículos precedentes, del 16 al 20. Esto nos permite tomar conciencia del texto de Isaías citado por Jesús y entender mejor el conflicto. Durante el curso de la lectura es bueno tener en  cuenta  dos cosas: “¿De qué modo actualiza Jesús el texto de Isaías? ¿Qué reacción produce entre la gente esta actualización del texto?”

b)     Una división del texto para ayudar en la lectura del mismo:

Lucas 4,16: Jesús llega a Nazaret y participa en la reunión de la comunidad Lucas 4,17-19: Jesús hace la lectura del Profeta Isaías

Lucas 4,20-21: Ante un público atento, Jesús une la Biblia con la vida de la gente Lucas 4,22: Reacción contradictoria del público

Lucas 4,23-24: Jesús critica la reacción de la gente

Lucas 4,25-27: Iluminación bíblica por parte de Jesús, citando a Elías y a Eliseo Lucas 4,28-30: Reacción furiosa por parte de la gente que quiere matar a Jesús

b) Texto:

En aquel tiempo, después de que Jesús leyó en la sinagoga un pasaje del libro de Isaías, dijo: “Hoy mismo se ha cumplido este pasaje de la Escritura que ustedes acaban de oír”. Todos le daban su aprobación y admiraban la sabiduría de las palabras que salían de sus labios, y se preguntaban: “¿No es éste el hijo de José?” Jesús les dijo: “Seguramente me dirán aquel refrán: ‘Médico, cúrate a ti mismo’ y haz aquí, en tu propia tierra, todos esos prodigios que hemos oído que has hecho en Cafarnaúm”.
Y añadió: “Yo les aseguro que nadie es profeta en su tierra. Había ciertamente en Israel muchas viudas en los tiempos de Elías, cuando faltó la lluvia durante tres años y medio, y hubo un hambre terrible en todo el país; sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías, sino a una viuda que vivía en Sarepta, ciudad de Sidón.
Había muchos leprosos en Israel, en tiempos del profeta Elíseo; sin embargo, ninguno de ellos fue curado sino Naamán, que era de Siria”. Al oír esto, todos los que estaban en la sinagoga se llenaron de ira, y levantándose, lo sacaron de la ciudad y lo llevaron hasta un barranco del monte, sobre el que estaba construida la ciudad, para despeñarlo. Pero él, pasando por en medio de ellos, se alejó de ahí.

Un momento de silencio orante

para que la Palabra de Dios pueda entrar en nosotros e iluminar nuestra vida.

Algunas preguntas

para ayudarnos en la meditación y en la oración.

  1. ¿Qué punto del texto te ha gustado más y te ha llamado la atención mayormente? ¿Por qué?
  2. ¿Qué día, en qué lugar, por medio de quién y cómo Jesús presenta su programa?
  3. ¿Cuál es el contenido del programa de Jesús? ¿Quiénes son los excluidos que él desea acoger?
  4. ¿Cómo actualiza Jesús el texto de Isaías?
  5. ¿Cuáles son las reacciones de la gente? ¿Por qué?
  6. ¿Será que el programa de Jesús es también nuestro programa? ¿Quiénes son los excluidos que hoy deberíamos acoger en nuestra comunidad?

Para aquéllos que quisieran profundizar mayormente este texto

a)     Contexto de entonces para situar el texto:

En el antiguo Israel, la gran familia, o clan, o la comunidad, era la base de la convivencia social. La protección de la familia y de las personas era la garantía para poseer la tierra, el vehículo principal de la tradición y la defensa de la identidad de la gente. Era un modo concreto de encarnar el amor de Dios en el amor del prójimo. Defender el clan, la comunidad, era lo mismo que defender la Alianza con Dios.

En tiempo de Jesús, una doble esclavitud marcaba la vida de la gente y estaba contribuyendo a la desintegración del clan, de la comunidad: (i) la esclavitud de la política del gobierno de Herodes Antipa (4 aC a 39 dC) y (ii) la esclavitud de la religión oficial. A causa del sistema de explotación y de represión de la política de Herodes

Antipa, política apoyada por el Imperio Romano, muchas personas no tenían morada   fija, excluidas del resto y sin trabajo (Lc 14,21; Mt 20,3.5-6). El clan, la comunidad, estaba debilitada por ello. Las familias y las personas estaban sin ayuda, sin defensa. La religión oficial, mantenida por las autoridades religiosas de la época, en vez de reforzar la comunidad, de modo que pudiera acoger a los excluidos, aumentaba aún más esta esclavitud. La Ley de Dios se usaba para legitimar la exclusión y la marginación de muchas personas: mujeres, niños, samaritanos, extranjeros, leprosos, poseídos por el demonio, publícanos, enfermos, mutilados, parapléjicos. ¡Todo esto era lo contrario de   la fraternidad que Dios soñó para todos! Así, ya fuera por la situación política y económica, como incluso por la ideología religiosa, todo conspiraba para debilitar la comunidad local e impedir la manifestación del Reino de Dios.

Jesús reacciona ante esta situación de su pueblo y presenta un programa para cambiar la situación. La experiencia que Jesús posee de Dios como Padre de amor, le da la posibilidad de valorar y de percibir lo que estaba equivocado en la vida de su pueblo.

b)     Comentario del texto:

Lucas 4,16: Jesús llega a Nazaret y participa en la reunión de la comunidad

Impulsado por el Espíritu Santo, Jesús fue hasta Galilea y comienza a anunciar la Buena Nueva del Reino de Dios (Lc 4,14). Andando por los pueblos y enseñando en las sinagogas, llega a Nazaret. Vuelve a la comunidad en la que, de pequeño, había participado durante treinta años en las reuniones semanales. El sábado siguiente a su llegada, según la costumbre, Jesús fue a la sinagoga para participar en la celebración y se levanta para leer.

Lucas 4,17-19: Jesús lee un pasaje del Profeta Isaías

En aquel tiempo eran dos las lecturas en las celebraciones del sábado. La primera se tomaba de la Ley de Dios, del Pentateuco, y era fija. La segunda se tomaba de los libros históricos o profetas, y era elegida por el lector. El lector podía elegir. Jesús eligió el texto del profeta Isaías que presenta un resumen de la misión del Siervo de Dios, y que reflejaba la situación del pueblo de Galilea en tiempo de Jesús. En nombre de Dios, Jesús toma posición para defender la vida de su pueblo, asume como suya la misión   del Siervo de Dios, y usando las palabras de Isaías, declara, delante de todos: “El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para anunciar a los pobres la Buena Nueva, me ha enviado a proclamar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, para dar la libertad a los oprimidos y proclamar año de gracia del Señor” (Is 61,1-2).

Tomando de nuevo la antigua tradición de los profetas, proclama “un año de gracia del Señor”. Esta última expresión era lo mismo que proclamar un año jubilar. O sea, Jesús invita al pueblo de su ciudad a comenzar de nuevo, a rehacer la historia, desde las  raíces (Dt 15,1-11; Lev 25,8-17).

Lucas 4,20-21: Ante un público atento, Jesús une la Biblia con la vida de la gente

Terminada la lectura, Jesús devuelve el libro al servidor y se sienta. Jesús no es aún el coordinador de la comunidad, es laico, y como tal, participa en la celebración, como todos los demás. Había estado ausente de la comunidad durante varias semanas, luego se había unido al movimiento de Juan Bautista y se había hecho bautizar por él en el Jordán (Lc 3,21-22). Además, transcurrió más de cuarenta días en el desierto reflexionando sobre su misión (Lc 4, 1-2). Aquel sábado, tras su vuelta a la comunidad, Jesús es invitado a leer. Todos están atentos y curiosos: “¿Qué dirá?” El comentario de Jesús es muy breve, más aún, brevísimo. Actualiza el texto, lo une a la vida de la gente, diciendo: “Esta Escritura que acabáis de oír se ha cumplido hoy”.

Lucas 4,22: Reacción contradictoria del público

Por parte de la gente la reacción es doble. En primer lugar, una actitud atenta de admiración y de aclamación. Luego, inmediatamente, una reacción de desconfianza. Dicen: “¿Acaso no es éste el hijo de José?” ¿Por qué están escandalizados? Jesús habla de acoger a los pobres, a los ciegos, a los prisioneros, a los oprimidos. Pero ellos no aceptan su propuesta. Y así, en el mismo momento en que Jesús presenta su proyecto: acoger a los excluidos, ¡él mismo es excluido!

Pero el motivo también es otro. Es importante notar los detalles en las citas que el Evangelio de Lucas hace del Antiguo Testamento. En el segundo domingo de Adviento, al comentar Lucas 3,4-6, Lucas presenta un cita más larga de Isaías para poder mostrar que las apertura a los paganos estaba ya prevista por los profetas. Aquí sucede algo semejante. Jesús cita el texto de Isaías hasta donde dice: «y proclamar año de gracia del Señor», y corta el resto de la frase, que dice “y un día de venganza de nuestro Dios, para consolar a todos los afligidos» (Is 62,2b). La gente de Nazaret contesta el hecho de que haya omitido la frase sobre la venganza contra los opresores del pueblo. Ellos querían que el Día de la venida del reino fuese un día de venganza contra los opresores del pueblo. Los afligidos habrían visto así restablecidos sus derechos. Pero en este caso, el advenimiento, la venida del Reino no habría traído una cambio real del sistema injusto. Jesús no acepta este modo de pensar, no acepta la venganza. Su experiencia de Dios, Padre, le ayudaba mejor a entender el significado exacto de las profecías. Su reacción, contraria a la de la gente de Nazaret, nos hace ver que la antigua imagen de Dios, como juez severo y vengativo, era más fuerte que la Buena Noticia de Dios, Padre amoroso que acoge a los excluidos.

Lucas 4,23-24: Jesús critica la reacción de la gente

Jesús interpreta la reacción de la gente y la considera una forma de envidia: “Médico, cúrate a ti mismo. Todo lo que hemos oído que ha sucedido en Cafarnaún, ¡hazlo también aquí en tu patria!” Jesús era conocido en toda la Galilea (Lc 4,14) y a la gente de Nazaret no le gustaba el hecho de que Jesús, un hijo de su tierra, hiciera cosas buenas en la tierra de los otros y no en su propia tierra. Pero, la reacción tiene una causa más profunda. Incluso si Jesús hubiera hecho las mismas cosas que en Cafarnaún, la gente no habría creído en él. Ellos conocían a Jesús: “¿Quién es éste para enseñarnos? ¿No es el hijo de José?” (Lc 4,22). “¿No es él el carpintero?” (cfr Mc 6,3-4) Hasta hoy, tantas veces lo mismo: cuando un laico o una laica predican en la iglesia, muchos no aceptan, salen y dicen: “Él es como nosotros: ¡no sabe nada!” No pueden creer que Dios pueda hablar mediante personas más comunes. Marcos añade que Jesús quedó extrañado de la incredulidad de su pueblo (Mc 3,6).

Lucas 4,25-27: Iluminación bíblica por parte de Jesús, citando a Elías y a Eliseo

Para confirmar que su misión era verdaderamente la de acoger a los excluidos, Jesús se sirve de dos pasajes de la Biblia muy conocidos, la historia de Elías y la de Eliseo. Ambos ponen de relieve la cerrazón mental de la gente de  Nazaret,  y  son  una  crítica  de  la misma. En tiempos  de  Elías eran muchas las  viudas en Israel, pero  Elías fue enviado  a una vida extranjera de Sarepta (1 Re 17,7-16). En tiempos de Eliseo eran muchos los leprosos en  Israel,  más  Eliseo fue enviado  a ocuparse de un extranjero de Siria (2  Re 5,14). De nuevo, he aquí que aparece en todo esto la preocupación de Lucas que desea mostrar que la apertura hacia  los  paganos  viene  de  Jesús  mismo.  Jesús  tuvo  las mismas dificultades que tenían las comunidades en tiempos de Lucas.

Lucas 4,28-30: Reacción furiosa por parte de la gente que quiere matar a Jesús

El uso de estos dos pasajes de la Biblia produce entre la gente todavía más rabia. La comunidad de Nazaret llega hasta el punto de querer matar a Jesús. Pero él mantiene la calma. La rabia de los otros no consigue desviarlo de su camino. Lucas indica cómo es difícil superar la mentalidad de privilegio y de cerrazón hacia los otros. Hoy sucede lo mismo. Muchos de nosotros, católicos, crecemos con la mentalidad que nos impulsa a creer que somos mejores que los otros y que para alcanzar la salvación deben ser como nosotros. Jesús no pensaba así.

c)     Ampliando las informaciones:

El significado del año jubilar

En el año 2000, el Papa Juan Pablo II invitó a los católicos a celebrar el jubileo. La celebración de fechas importantes forman parte de la vida. Hace descubrir el  entusiasmo del comienzo, lo reaviva. En la Biblia, “el Año Jubilar” era una ley  importante. Al comienzo, cada siete años se decretaba que las tierras vendidas o hipotecadas volvieran al clan de sus orígenes. Cada uno debía poder volver a su propiedad. Así se impedía la formación de latifundios y a las familias se les garantizaba la supervivencia. Existía la obligación de vender la tierra, de rescatar a los esclavos y de perdonar las deudas (cf. Dt 15,1-18). No era fácil celebrar el año jubilar cada siete años (cf Jeremías 34,8-16). Después del exilio se comenzó a celebrar cada setenta veces siete años, es decir, cada cincuenta años (Lev 25,8-17). El objetivo del Año Jubilar era, y continua siendo: restablecer los derechos de los pobres, acoger a los excluidos y reintegrarlos en la convivencia. El jubileo era un  instrumento  legal para volver  al sentido profundo de la Ley de Dios. Era una ocasión para revisar el camino recorrido, para descubrir y corregir errores y volver a comenzar todo de nuevo. Jesús comienza su predicación proclamando un nuevo jubileo, un “Año de Gracia de parte del Señor”.

Oración del Salmo 72 (71)

Oración final

“¡Él librará al pobre que clama!”
Confía, oh Dios, tu juicio al rey, al hijo de rey tu justicia:
que gobierne rectamente a tu pueblo,
a tus humildes con equidad.
Produzcan los montes abundancia,
justicia para el pueblo los collados.
Defenderá a los humildes del pueblo,
salvará a la gente pobre
y aplastará al opresor. Durará tanto como el sol,
como la luna de edad en edad;
caerá como lluvia en los retoños,
como rocío que humedece la tierra.
Florecerá en sus días la justicia,
prosperidad hasta que no haya luna;
dominará de mar a mar, desde el Río al confín de la tierra.
Ante él se doblará la Bestia,
sus enemigos morderán el polvo;
los reyes de Tarsis y las islas traerán consigo tributo.
Los reyes de Sabá y de Seba todos pagarán impuestos;
ante él se postrarán los reyes,
le servirán todas las naciones.
Pues librará al pobre suplicante,
al desdichado y al que nadie ampara;
se apiadará del débil y del pobre, salvará la vida de los pobres.
La rescatará de la opresión y la violencia, considerará su sangre valiosa;
que viva y le den el oro de Sabá.
Sin cesar rogarán por él,
todo el día lo bendecirán.
La tierra dará trigo abundante,
que ondeará en la cima de los montes;
sus frutos florecerán como el Líbano, sus espigas como la hierba del campo
¡Que su fama sea perpetua, que dure tanto como el sol!
¡Que sirva de bendición a las naciones, y todas lo proclamen dichoso!
¡Bendito Yahvé, Dios de Israel, el único que hace maravillas!
¡Bendito su nombre glorioso por siempre, la tierra toda se llene de su gloria!
¡Amén! ¡Amén!

Señor Jesús, te damos gracia por tu Palabra que nos ha hecho ver mejor la voluntad del Padre. Haz que tu Espíritu ilumine nuestras acciones y nos comunique la fuerza para seguir lo que Tu Palabra nos ha hecho ver. Haz que nosotros como María, tu Madre, podamos no sólo escuchar, sino también poner en práctica la Palabra. Tú que vives y reinas con el Padre en la unidad del Espíritu Santo por todos los siglos de los siglos. Amén.

Todos los derechos: www.ocarm.org

Lectio sáb, 29 de ene, 2022

Tiempo ordinario

Oración inicial

Dios todopoderoso y eterno: ayúdanos a llevar una vida según tu voluntad, para que podamos dar en abundancia frutos de buenas obras en nombre de tu Hijo predilecto. Que vive y reina contigo.

Lectura del santo Evangelio según Marcos 4,35-41

Un día, al atardecer, Jesús dijo a sus discípulos: “Vamos a la otra orilla del lago”. Entonces los discípulos despidieron a la gente y condujeron a Jesús en la misma barca en que estaba. Iban además otras barcas. De pronto se desató un fuerte viento y las olas se estrellaban contra la barca y la iban llenando de agua. Jesús dormía en la popa, reclinado sobre un cojín. Lo despertaron y le dijeron: “Maestro, ¿no te importa que nos hundamos?” Él se despertó, reprendió al viento y dijo al mar: “¡Cállate, enmudece!” Entonces el viento cesó y sobrevino una gran calma. Jesús les dijo: “¿Por qué tenían tanto miedo? ¿Aún no tienen fe?” Todos se quedaron espantados y se decían unos a otros: “¿Quién es éste, a quien hasta el viento y el mar obedecen?”

Reflexión

  • El evangelio de hoy describe la borrasca en el lago y Jesús que duerme en la barca. A veces nuestras comunidades se sienten como un barquito perdido en el mar de la vida, sin mucha esperanza de poder llegar al puerto. Jesús parece estar durmiendo en nuestra barca, pues no aparece ningún poder divino para salvarnos de las dificultades y de la persecución. En vista de esta situación de desesperación, Marcos recoge diversos episodios que revelan como Jesús está presente en medio de la comunidad. En las parábolas se revela el misterio del Reino presente en las cosa de la vida (Mc 4,1-34). Ahora comienza a revelar el misterio del Reino presente en el poder que Jesús ejerce a favor de los discípulos, a favor de la gente y, sobretodo, a favor de los excluidos y marginados. Jesús vence el mar, símbolo del caos (Mc 4,35- 41). ¡En él actúa un poder creador! Jesús vence y expulsa al demonio (Mc 5,1-20). En él actúa ¡el poder de la vida! ¡Es el Jesús vencedor! Las comunidades no tienen que temer (Mc 5,21-43). Es éste el motivo del pasaje de la borrasca aplacada que meditamos en el evangelio de hoy.
  • Marcos 4,35-36: El punto de partida: “Vamos para el otro lado”. Fue un día pesado, de mucho trabajo. Terminado el discurso de las parábolas (Mc 4,1-34), Jesús dice: “¡Pasemos a la otra orilla!” Le llevan en la barca, como estaba, la barca de donde había hecho el discurso de las parábolas. De tan cansado que estaba, Jesús se pone a dormir sobre un cabezal. Este es el cuadro inicial que Marcos nos pinta. Un cuadro bonito, y bien humano.
  • Marcos 4,37-38: La situación desesperada: “¿No te importa que perezcamos?” El lago de Galilea está rodeado de montañas. A veces, por entre las hendiduras de las rocas, el viento cae encima del lago y provoca repentinas tempestades. Viento fuerte, mar agitado, ¡barca llena de agua! Los discípulos eran pescadores experimentados. Si piensan que se van a hundir, entonces la situación es ¡realmente peligrosa! Jesús ni siquiera se despierta, sigue durmiendo. Este sueño profundo no es sólo señal de un gran cansancio. Es también expresión de confianza tranquila que tiene en Dios. El contraste entre la actitud de Jesús y los discípulos ¡es grande!
  • Marcos 4,39-40: La reacción de Jesús: “¿Cómo no tenéis fe?” Jesús se despierta, no por causa de las olas, sino por causa del grito desesperado de los discípulos. Primero, se dirige al mar y dice: “¡Calla, enmudece!” Y luego el mar se aplaca. Enseguida se dirige a los discípulos y dice: “¿Por qué estáis con tanto miedo? ¿Cómo no tenéis fe?” La impresión que se tiene es que no es preciso aplacar el mar, pues no había ningún peligro. Es como cuando uno llega a una casa y el perro, al lado del dueño, empieza a ladrar. No hay que tener miedo porque está el dueño que controla la situación. El episodio de la tempestad calmada evoca el éxodo, cuando la gente, sin miedo, pasaba en medio de las aguas del mar (Ex 14,22). Evoca al profeta Isaías que decía a la gente: “¡Si atraviesas las aguas, yo estaré contigo!” (Is 43,2) Jesús rehace el éxodo y realiza la profecía anunciada por el Salmo 107(106),25-30.
  • Marcos 4,41: El no saber de los discípulos: “¿Quién es éste hombre?” Jesús aplaca el mar y dice: “¿Cómo es que no tenéis fe?” Los discípulos no saben qué responder y se preguntan: “¿Quién es éste que hasta el mar y el viento le obedecen?” ¡Jesús parece un extraño para ellos! A pesar de haber estado tanto tiempo con él, no saben bien quién es. ¿Quién es este hombre? Con esta pregunta en la cabeza, las comunidades siguen la lectura del evangelio. Y hasta hoy, es ésta la misma pregunta que nos lleva a continuar la lectura de los Evangelios. Es el deseo de conocer siempre y mejor el significado de Jesús para nuestra vida.
  • ¿Quién es Jesús? Marcos  comienza su evangelio diciendo: “Inicio de la Buena Nueva  de Jesucristo, Hijo de Dios” (Mc 1,1). Al final, en la hora de la  muerte,  un  soldado pagano declara: “Verdaderamente, ¡este hombre era Hijo de Dios!” (Mc 15,39) Al comienzo y al final del Evangelio, Jesús es llamado Hijo de  Dios. Entre el comienzo y    el fin, aparecen muchos otros nombres de Jesús. He  aquí la lista:  Mesías o Cristo (Mc 1,1; 8,29; 14,61; 15,32); Señor (Mc 1,3; 5,19; 11,3); Hijo amado (Mc 1,11; 9,7); Santo de Dios (Mc 1,24); Nazareno (Mc 1,24; 10,47; 14,67; 16,6); Hijo del Hombre (Mc 2,10.28; 8,31.38; 9,9.12.31; 10,33.45; 13,26; 14,21.21.41.62); Novio (Mc 2,19); Hijo de Dios (Mc 3,11); Hijo del Dios altísimo (Mc 5,7); Carpintero (Mc 6,3); Hijo de María (Mc 6,3); Profeta (Mc 6,4.15; 8,28); Maestro (frecuente); Hijo de David (Mc 10,47.48; 12,35-37); Bendito (Mc 11,9); Hijo (Mc 13,32); Pastor (Mc 14,27); Hijo del Dios bendito (Mc 14, 61); Rey de los judíos (Mc 15,2.9.18.26); Rey de Israel (Mc 15,32).

Cada nombre, título o atributo es un intento de expresar lo que Jesús significaba para las personas. Pero un nombre, por más bonito que sea, nunca llega a revelar el misterio de una persona, mucho menos de la persona de Jesús. Además de esto, algunos de estos nombres dados a Jesús, inclusive los más importantes y los más tradicionales, son cuestionados y puestos en duda por el Evangelio de Marcos. Así que, en la medida en que avanzamos en la lectura del evangelio, Marcos nos obliga a revisar nuestras ideas y a preguntarnos, cada vez de nuevo: “En definitiva, ¿quién es Jesús para mí, para nosotros?” Cuanto más se avanza en la lectura de Marcos, tanto más se quiebran los títulos y los criterios. Jesús no cabe en ninguno de estos nombres, en ningún esquema, en ningún título. ¡El es el mayor! Poco a poco el lector, la lectora se rinde y desiste de querer enmarcar a Jesús en un concepto conocido o en una idea hecha de antemano, y lo acepta así como se presenta. El amor seduce, la cabeza, ¡no!

Para la reflexión personal

  • Las aguas del mar de la vida, ¿te han amenazado alguna vez? ¿Qué te salvó?
  • ¿Cuál era el mar agitado en el tiempo de Jesús? ¿Cuál era el mar agitado en la época en que Marcos escribió el evangelio? ¿Cuál es, hoy, el mar agitado para nosotros?

Oración final

Crea en mí, oh Dios, un corazón puro,
renueva en mi interior un espíritu firme;
no me rechaces lejos de tu rostro,
no retires de mí tu santo espíritu.
(Sal 51,12-13)

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Lectio vie, 28 de ene, 2022

Oración inicial

Dios todopoderoso y eterno: ayúdanos a llevar una vida según tu voluntad, para que podamos dar en abundancia frutos de buenas obras en nombre de tu Hijo predilecto. Que vive y reina contigo. Amen.

Lectura del santo Evangelio según Marcos 4,26-34

Jesús dijo a la multitud: “El Reino de Dios se parece a lo que sucede cuando un hombre siembra la semilla en la tierra; que pasan las noches y los días, y sin que él sepa cómo, la semilla germina y crece; y la tierra, por si sola, va produciendo el fruto: primero los tallos, luego las espigas y después los granos en las espigas. Y cuando ya están maduros los granos, el hombre echa mano de la hoz, pues ha llegado el tiempo de cosecha”.
Les dijo también: “¿Con que compararemos el reino de Dios? ¿Con que parábola lo podremos representar? Es como una semilla de mostaza que, cuando se siembra, es la más pequeña de las semillas; pero una vez sembrada, crece y se convierte en el mayor de los arbustos y hecha ramas tan grandes, que los pájaros pueden anidar a su sombra”. Y con otras muchas parábolas semejantes les estuvo exponiendo su mensaje, de acuerdo con lo que ellos podían entender. Y no les hablaba si no en parábolas; pero a sus discípulos les explicaba todo en privado.

Reflexión

  • Es precioso ver como Jesús, evo, busca en la vida y en los acontecimientos elementos e imágenes que puedan ayudar a la multitud a percibir y experimentar la presencia del Reino. En el evangelio de hoy Jesús, de nuevo, cuenta dos pequeñas historias que acontecen todos los días en la vida de todos nosotros: “La historia de la semilla que crece por si sola” y “La historia del grano de mostaza que crece y se vuelve grande”.
  • La historia de la semilla que crece por si sola. El agricultor que planta conoce el proceso: semilla, hilito verde, hoja, espiga, trigo. No usa la hoz antes de tiempo. Sabe esperar. Pero no sabe como la tierra, la lluvia, el sol y la semilla tienen esta fuerza de hacer crecer una planta desde la nada hasta la fruta. Así es el Reino de Dio. Sigue un proceso, tiene etapas e plazos, crece. Va aconteciendo. Produce fruto en un tiempo determinado. Pero nadie sabe explicar su fuerza misteriosa. Nadie es dueño. ¡Solo Dios!
  • La historia del grano de mostaza que crece y se vuelve grande. La semilla de mostaza es pequeña, pero crece y, al final, los pajaritos hacen el nido entre sus ramas. Así es el Reino. Comienza bien pequeño, crece y alarga sus ramos para que los pajarillos hagan sus nidos. Empezó con Jesús y unos pocos discípulos. Jesús fue perseguido y calumniado, preso y crucificado. Pero creció y sus ramas se fueron extendiendo. La parábola deja una pregunta en el aire, pregunta que tendrá una respuesta más adelante en el evangelio: ¿Quiénes son los pajarillos? El texto sugiere que se trata de los paganos que podrán entrar en la comunidad y participar en el Reino.
  • El motivo que llevaba Jesús a enseñar por medio de parábolas. Jesús contaba muchas parábolas. ¡Y sacaba todo de la vida de la gente! Así ayudaba a las personas a descubrir las cosas de Dios en la vida de cada día. Volvía lo cotidiano transparente. Ya que lo extraordinario de Dios se esconde en las codas ordinarias y comunes de la vida de cada día. La gente entendía las cosas de la vida. En las parábolas recibía la llave para abrirla y encontrar los signos de Dios.

Para la reflexión personal

  • Jesús no explica las parábolas. Cuenta las historias y provoca en nosotros la imaginación y la reflexión del hallazgo. ¿Qué descubrió usted en estas dos parábolas?
  • El que la vida se vuelva transparente es el objetivo de las parábolas. A lo largo de los años, ¿la vida de usted se ha vuelto más transparente o ha ocurrido lo contrario?

Oración final

Piedad de mí, oh Dios,
por tu bondad, por tu inmensa ternura
borra mi delito,
lávame a fondo de mi culpa,
purifícame de mi pecado. (Sal 51,3-4)

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Lectio jue, 27 de ene, 2022

Oración inicial

Dios todopoderoso y eterno: ayúdanos a llevar una vida según tu voluntad, para que podamos dar en abundancia frutos de buenas obras en nombre de tu Hijo predilecto. Que vive y reina contigo. Amen.

Lectura del santo Evangelio según Marcos 4,21-25

Jesús dijo a la multitud: “¿Acaso se enciende una vela para meterla debajo de una olla o debajo de la cama? ¿No es para ponerla en el candelero? Porque si algo está escondido, es para que se descubra; y si algo se ha ocultado, es para que salga a la luz. El que tenga oídos para oír, que oiga”. Siguió hablándoles y les dijo: “Pongan atención a lo que están oyendo. La misma medida que utilicen para tratar a los demás, esa misma se usará para tratarlos a ustedes, y con creces. Al que tiene, se le dará; pero al que tiene poco, aun eso poco se le quitará”.

Reflexión

  • La lámpara que ilumina. En aquel tiempo no había suministro eléctrico. Imaginemos lo que sigue. La familia está en casa. Empieza a oscurecer. El padre se levanta, enciende una lámpara y la coloca debajo de una caja o de una cama. ¿Qué dirán los demás? Gritarán: “¡Padre! ¡Ponla encima de la mesa!” Esta es la historia que Jesús cuenta. No explica. Apenas dice: Quien tenga oídos para oír, que oiga. La Palabra de Dios es la lámpara que debe ser encendida en la oscuridad de la noche. Si se queda dentro del libro de la Biblia, cerrado, es como la lámpara puesta debajo de una caja o de una cama. Cuando enlaza con la vida y es vivida en comunidad, entonces está colocada encima de la mesa e ¡ilumina!
  • Prestar atención a los preconceptos. Jesús pide a los discípulos que tomen conciencia de los preconceptos con que escuchan la enseñanza que él ofrece. Deben prestar atención a las ideas con que miran a Jesús. Si el color de los ojos es verde, todo parece verde. Si fuera azul, todo parecería azul. Si la idea con la que miro a Jesús está equivocada, todo lo que pienso sobre Jesús estará amenazado de error. Si pienso que el Mesías, ha de ser un rey glorioso, no voy a entender nada de lo que Jesús enseña y lo voy a entender todo de manera equivocada.
  • Parábolas: una nueva manera de enseñar y de hablar sobre Dios. La forma que Jesús tenía de enseñar era, sobre todo, por medio de parábolas. Tenía una capacidad muy grande de encontrar imágenes bien sencillas para comparar las cosas de Dios con las cosas de la vida que la gente conocía y experimentaba en su lucha diaria para la supervivencia. Esto supone dos cosas: estar dentro de las cosas de la vida, y estar dentro de las cosas del Reino de Dios.
  • La enseñanza de Jesús era diversa de la enseñanza de los escribas. Era una Buena Nueva para los pobres, porque Jesús revelaba un nuevo rostro de Dios, en el que el pueblo se reconocía y se alegraba. “Padre yo te alabo porque has escondido estas cosas a sabios y entendidos y las has revelado a los pequeños. ¡Sí, Padre, así te pareció bien! (Mt 11,25-28)”.

Para la reflexión personal

  • Palabra de Dios, lámpara que ilumina. ¿Qué lugar ocupa la Biblia en mi vida? ¿Qué luz recibo de ella?
  • ¿Cuál es la imagen de Jesús que está en mí? ¿Quién es Jesús para mí y quién soy yo para Jesús?

Oración final

Gustad y ved lo bueno que es Yahvé,
dichoso el hombre que se acoge a él. (Sal 34,9)

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Lectio mié, 26 de ene, 2022

Tiempo ordinario

Oración inicial

Dios todopoderoso y eterno: ayúdanos a llevar una vida según tu voluntad, para que podamos dar en abundancia frutos de buenas obras en nombre de tu Hijo predilecto. Que vive y reina contigo. Amen.

Lectura del santo Evangelio según Marcos 4,1-20

En aquel tiempo, Jesús se puso a enseñar otra vez junto al lago, y se reunió una muchedumbre tan grande, que Jesús tuvo que subir en una barca; ahí se sentó, mientras la gente estaba en tierra, junto a la orilla. Les estuvo enseñando muchas cosas con parábolas y les decía:
“Escuchen. Salió el sembrador a sembrar. Cuando iba sembrando, unos granos cayeron en la vereda; vinieron los pájaros y se los comieron. Otros cayeron en terreno pedregoso, donde apenas había tierra; como la tierra no era profunda, las plantas brotaron enseguida; pero cuando salió el sol, se quemaron, y por falta de raíz, se secaron. Otros granos cayeron entre espinas; las espinas crecieron, ahogaron las plantas y no las dejaron madurar. Finalmente, los otros granos cayeron en tierra buena; las plantas fueron brotando y creciendo y produjeron el treinta, el sesenta o el ciento por uno”. Y añadió Jesús: “El que tenga oídos para oír, que oiga”.
Cuando se quedaron solos, sus acompañantes y los Doce le preguntaron qué quería decir la parábola. Entonces Jesús les dijo: “A ustedes se les ha confiado el secreto del Reino de Dios; en cambio, a los que están fuera, todo les queda oscuro; así, por más que miren, no verán; por más que oigan, no entenderán; a menos que se arrepientan y sean perdonados ”.
Y les dijo a continuación: “Si no entienden esta parábola, ¿cómo van a comprender todas las demás? ‘El sembrador’ siembra la palabra. ‘Los granos de la vereda’ son aquellos en quienes se siembra la palabra, pero cuando la acaban de escuchar, viene Satanás y se lleva la palabra sembrada en ellos.
‘Los que reciben la semilla en terreno pedregoso’, son los que, al escuchar la palabra, de momento la reciben con alegría; pero no tienen raíces, son inconstantes, y en cuanto surge un problema o una contrariedad por causa de la palabra, se dan por vencidos. ‘Los que reciben la semilla entre espinas’ son los que escuchan la palabra; pero por las preocupaciones de esta vida, la seducción de las riquezas y el deseo de todo lo demás, que los invade, ahogan la palabra y la hacen estéril.
Por fin, ‘los que reciben la semilla en tierra buena’ son aquellos que escuchan la palabra, la aceptan y dan una cosecha: unos, de treinta; otros, de sesenta; y otros, de ciento por uno”. 

Reflexión

  • Sentado en una barca, Jesús enseña a la multitud. En estos versos, Marcos describe de qué forma Jesús enseñaba a la gente: en la playa, sentado en la barca, mucha gente alrededor para escuchar. Jesús no era una persona culta (Jn 7,15). No había cursado una escuela superior en Jerusalén. Venía del interior, del campo, de Nazaret. Era un desconocido, medio campesino, medio artesano. Sin pedir permiso a las autoridades, empezó a enseñar a la gente. Hablaba de forma muy distinta. Al pueblo le gustaba oírle.
  • Por medio de las parábolas, Jesús ayudaba el pueblo a percibir la presencia misteriosa del Reino en las cosas de la vida. Una parábola es una comparación. Se usan cosas conocidas y visibles de la vida para explicar las cosas invisibles y desconocidas del Reino de Dios. Por ejemplo, el pueblo de Galilea entendía de siembra, terreno, lluvia, sol, sal, flores, cosecha, pesca, etc. Y son exactamente estas cosas conocidas las que Jesús usa en las parábolas para explicar el misterio del Reino.
  • La parábola de la semilla retrata la vida de los campesinos. En aquel tiempo, no era fácil vivir de la agricultura. El terreno era muy pedregoso. Había mucho matorral. Poca lluvia, mucho sol. Además de esto, muchas veces la gente acortaba el camino y pasando por los campos pisaba las plantas (Mc 2,23). Asimismo, a pesar de todo esto, cada año, el agricultor sembraba y plantaba, confiando en la fuerza de la semilla, en la generosidad de la naturaleza.
  • ¡El que tenga oído para oír, que oiga”! (Mc 4,3). Ahora, al final termina diciendo: “El que tenga oído para oír, que oiga.” El camino para llegar a comprender la parábola es la búsqueda: “¡Traten de entender!” La parábola no dice todo inmediatamente, sino que lleva a pensar y hace descubrir desde la experiencia que los oyentes tienen de la siembra. Suscita creatividad y participación. No es una doctrina que ya llega pronta para ser enseñada y decorada. La parábola no da agua embotellada, entrega la fuente. El agricultor que escucha dice: “La semilla en el terreno, ¡yo sé que es! Pero Jesús dice que esto tiene que ver con el Reino de Dios. ¿Qué será?” ¡Y uno se puede imaginar las largas conversaciones de la gente! La parábola se mezcla con la gente y lleva a escuchar la naturaleza y a pensar en la vida.
  • Jesús explica la parábola a los discípulos. En casa, a solas con Jesús, los discípulos quieren saber el significado de la parábola. No entendían. Jesús se percató de su ignorancia (Mc 4,13) y respondió por medio de una frase difícil y misteriosa. Dice a los discípulos: “Ustedes están en el secreto del Reino de Dios, pero a los de afuera se les hace parábolas, de modo que por mucho que miren, no verán; y por más que oigan, no entenderán; no se convertirán ni serán perdonados”. Esta frase hace que la gente se pregunte: Al final, ¿de qué sirve la parábola? ¿Para aclarar o para esconder? ¿Será que Jesús usa parábolas para que la gente continúe en su ignorancia y no llegue a convertirse? ¡Cierto que no! Pues en otro lugar Marcos dice que Jesús usaba parábolas “según la capacidad de los oyentes” (Mc 4,33).
  • ¡La parábola revela y esconde al mismo tiempo! Revela para “los de dentro”, que aceptan a Jesús como Mesías, Rey grandioso. Ellos entienden las imágenes de la parábola, pero no llegan a entender su significado.
  • La explicación de la parábola, parte por parte. Una por una, Jesús explica las partes de la parábola, desde la siembra y el terreno, hasta la cosecha. Algunos estudiosos piensan que esta explicación se amplificó después. Sería una explicación hecha por alguna comunidad. ¿Es muy posible! Pues en el capullo de la parábola está la flor de la explicación. Capullo y flor, ambos, tienen la misma origen que es Jesús. Por esto, podemos seguir la reflexión y descubrir otras cosas bonitas dentro de la parábola. Una vez, alguien preguntó en una comunidad: “Jesús dijo que debemos ser sal. ¿Para qué sirve la sal?” Discutieron y al final encontraran más de diez finalidades para la sal. Aplicaron todo esto a la vida de la comunidad y descubrieron que ser sal es difícil y exigente. ¡La parábola funcionó! Lo mismo vale para la siembra. Todos tienen alguna experiencia de sembrar.

Para la reflexión personal

  • ¿Qué experiencia tienes de sembrar? ¿Cómo te ayuda a entender mejor la Buena Nueva?
  • ¿Qué tipo de terreno soy yo?

Oración final

Consulté a Yahvé y me respondió:
me libró de todos mis temores.
Los que lo miran quedarán radiantes,
no habrá sonrojo en sus semblantes. (Sal 34,5-6)

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Lectio mar, 25 de ene, 2022

Tiempo ordinario

Oración inicial

Dios todopoderoso, que gobiernas a un tiempo cielo y tierra, escucha paternalmente la oración de tu pueblo, y haz que los días de nuestra vida se fundamenten en tu paz. Por nuestro Señor. Amen.

Lectura del santo Evangelio según Marcos 16,15-18

En aquel tiempo, se apareció Jesús a los Once y les dijo: “Vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio a toda creatura. El que crea y se bautice, se salvará; el que se resista a creer, será condenado. Estos son los milagros que acompañarán a los que hayan creído: arrojarán demonios en mi nombre, hablarán lenguas nuevas, cogerán serpientes en sus manos, y si beben un veneno mortal, no les hará daño; impondrán las manos a los enfermos y éstos quedarán sanos”. 

Reflexión

  • Las señales que acompañan el anuncio de la Buena Nueva. Al final Jesús aparece a los once discípulos y los reprende por no haber creído en las personas que decían haberle visto resucitado. De nuevo, Marcos se refiere a la resistencia de los discípulos en creer en el testimonio de quienes experimentaron la resurrección de Jesús. ¿Por qué será? Probablemente, para enseñar dos cosas. Primero, que la fe en Jesús pasa por la fe en las personas que dan testimonio de él. Segundo, que nadie debe desanimarse, cuando la falta de fe nace en el corazón. ¡Hasta los once discípulos tuvieron dudas!
  • Enseguida, Jesús les da la misión de anunciar la Buena Nueva a toda criatura. La exigencia que plantea es ésta: creer y ser bautizado. A los que tienen el valor de creer en la Buena Nueva y que son bautizados, Jesús promete las siguientes señales: echarán demonios, hablarán en nuevas lenguas, tomarán con sus manos serpientes y si beben algún veneno no les hará daño. Esto acontece hasta el día de hoy:
  • echar demonios: es combatir el poder del mal que daña la vida. La vida de mucha gente mejora por el hecho de haber entrado en la comunidad y por haber empezado a vivir la Buena Nueva de la presencia de Dios en su vida;
  • hablar en nuevas lenguas: es comenzar a comunicarse con los demás de una forma nueva. A veces encontramos a una persona que nunca vimos antes y que nos parece hemos conocido desde hace mucho tiempo. Es porque hablamos la misma lengua, la lengua del amor;
  • el veneno no hace daño: hay mucha gente que envenena la convivencia. Mucho cotilleo que estropea la relación entre las personas. Quien vive en presencia de Dios sale adelante y consigue no ser molestado por este terrible veneno;
  • curar a los enfermos: en cualquier rincón del mundo, donde aparece una conciencia más clara y más viva de la presencia de Dios, aparece también un cuidado especial hacia las personas excluidas y marginadas, sobre todo hacia los enfermos. Aquello que más favorece la curación es que la personas se siente acogida y amada;
  • a través de la comunidad, Jesús continúa su misión. Jesús que vivió en Palestina y que allí acogió a los pobres de su tiempo, revelando el amor del Padre, es el mismo Jesús que continúa vivo en medio de nosotros, en nuestras comunidades. A través de nosotros, continúa su misión para revelar la Buena Nueva del Amor de Dios a los pobres. Hasta hoy, acontece la resurrección, que nos lleva a cantar: «¿Quién nos separará, quién nos separará del amor de Cristo, quién nos separará?» (cf. Rom 8,38- 39). Ningún poder de este mundo es capaz de neutralizar la fuerza que viene de la fe en la resurrección (Rom 8,35-39). Una comunidad que quiere ser testigo de la Resurrección tiene que ser signo de vida, tiene que luchar contra las fuerzas de la muerte, para que el mundo sea un lugar favorable a la vida, tiene que creer que otro mundo es posible. Sobre todo aquí en América Latina, donde la vida de la gente corre peligro a causa del sistema de muerte que nos fue impuesto, las comunidades deben ser una prueba viva de la esperanza que vence el mundo, ¡sin miedo a ser feliz!

Para una reflexión personal

  • Echar demonios, hablar en lenguas nuevas, vencer el veneno de las serpientes, imponer las manos a los enfermos: ¿has realizado algunas de estas señales?
  • A través de nosotros y de nuestra comunidad Jesús continúa su misión. En nuestra comunidad ¿consigue realizar esta misión? ¿Cómo? ¿De qué manera?

Oración final

¡Alabad a Yahvé, todas las naciones, ensalzadlo, pueblos todos!
Pues sólido es su amor hacia nosotros,
la lealtad de Yahvé dura para siempre. (Sal 117,1-2)

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Lectio lun, 24 de ene, 2022

Tiempo ordinario

Oración inicial

Dios todopoderoso y eterno: ayúdanos a llevar una vida según tu voluntad, para que podamos dar en abundancia frutos de buenas obras en nombre de tu Hijo predilecto. Que vive y reina contigo. Amen.

Lectura del santo Evangelio según Marcos 3,22-30

En aquel tiempo, los escribas que habían venido de Jerusalén, decían acerca de Jesús: «Este hombre está poseído por Satanás, príncipe de los demonios, y por eso los echa fuera». Jesús llamó entonces a los escribas y les dijo en parábolas: «¿Cómo puede Satanás expulsar a Satanás? Porque si un reino está dividido en bandos opuestos no puede subsistir. Una familia dividida tampoco puede subsistir. De la misma manera, si Satanás se rebela contra sí mismo y se divide, no podrá subsistir, pues ha llegado su fin. Nadie puede entrar en la casa de un hombre fuerte y llevarse sus cosas, si primero no lo ata. Sólo así podrá saquear la casa. Yo les aseguro que a los hombres se les perdonarán todos sus pecados y todas sus blasfemias. Pero el que blasfeme contra el Espíritu Santo nunca tendrá perdón; será reo de un pecado eterno». Jesús dijo esto, porque lo acusaban de estar poseído por un espíritu inmundo.

Reflexión

  • El conflicto crece. Existe una secuencia progresiva en el evangelio de Marcos. En la medida en que la Buena Nueva se afianza entre la gente y es aceptada, en esta misma medida crece la resistencia de parte de las autoridades religiosas. El conflicto comienza a crecer y arrastra y envuelve a grupos de personas. Por ejemplo, los parientes de Jesús piensan que se ha vuelto loco (Mc 3,20-21) y los escribas, que habían venido de Jerusalén, piensan que es un endemoniado (Mc 3,22).
  • Conflicto con las autoridades. Los escribas calumnian a Jesús. Dicen que está poseído y que expulsa a los demonios con la ayuda de Belcebú, el príncipe de los demonios. Ellos habían venido de Jerusalén, que distaba más de 120 km, para observar bien el comportamiento de Jesús. Querían defender la Tradición en contra de las novedades que Jesús enseñaba a la gente (Mc 7,1). Pensaban que su enseñanza iba en contra de la buena doctrina. La respuesta de Jesús tiene tres partes.
  • Primera parte: la comparación de la familia dividida. Jesús usa la comparación de familia dividida y de reino dividido para denunciar lo absurdo de la calumnia. Decir que Jesús expulsa los demonios con la ayuda del príncipe de los demonios significa negar la evidencia. Es lo mismo que decir que el agua está seca y que el sol es oscuridad. Los doctores de Jerusalén calumniaban porque no sabían explicar los beneficios que Jesús realizaba para el pueblo. Estaban con miedo a perder el liderazgo.
  • Segunda parte: la comparación del hombre fuerte. Jesús  compara el demonio con un hombre fuerte. Nadie, de no ser una persona más fuerte, podrá robar en casa de un hombre fuerte. Jesús es el más fuerte. Por esto consigue entrar en la casa y sujetar al hombre fuerte. Consigue expulsar los demonios. Jesús sujeta al hombre fuerte y ahora roba en su casa, eso es libera a las personas que estaban bajo el poder del mal. El profeta Isaías había usado ya la misma comparación para describir la venida del mesías (Is 49,24-25). Lucas añade que la expulsión del demonio es una señal evidente de que el Reino de Dios ha llegado (Lc 11,20).
  • Tercera parte: el pecado contra el Espíritu Santo. Todos los pecados son perdonados, menos el pecado contra el Espíritu Santo. ¿Qué es el pecado contra el Espíritu Santo? Es decir: “¡El espíritu que lleva Jesús a que expulse el demonio, viene del mismo demonio!” Quién habla así se vuelve incapaz de recibir el perdón. ¿Por qué? Aquel que se tapa los ojos, ¿puede ver? ¡No puede! Aquel que tiene la boca cerrada, ¿puede comer? ¡No puede! Aquel que no cierra el paraguas de la calumnia, ¿puede recibir la lluvia del perdón? ¡No puede! El perdón pasaría de lado y no lo alcanzaría. No es que Dios no quiera perdonar. ¡Dios quiere perdonar siempre! Pero es el pecador que rechaza el perdón.

Para la reflexión personal

  • Las autoridades religiosas se encierran en sí mismas y niegan la evidencia. ¿Me ha ocurrido a mí encerrarme en mi mismo/a contra la evidencia de los hechos?
  • La calumnia es el arma de los débiles. ¿Has tenido experiencia en este punto?

Oración final

Yahvé ha dado a conocer su salvación, ha revelado su justicia a las naciones;
¡Aclama a Yahvé, tierra entera,
gritad alegres, gozosos, cantad! (Sal 98,2.4)

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Lectio Dom, 23 de ene, 2022

Jesús presenta el programa de su misión en la comunidad de Nazaret

Lucas 1, 1-4; 4,14-21

Oración inicial

Shadai, Dios de la montaña, que haces de nuestra frágil vida la roca de tu morada,
conduce nuestra mente
a golpear la roca del desierto,
para que brote el agua para nuestra sed.
La pobreza de nuestro sentir
nos cubra como un manto en la obscuridad de la noche y abra el corazón para acoger el eco del Silencio
para que el alba
envolviéndonos en la nueva luz matutina nos lleve
con las cenizas consumadas por el fuego de los pastores del Absoluto que han vigilado por nosotros junto al Divino Maestro,
el sabor de la santa memoria.

 Lectio

a)     El texto:

Muchos han tratado de escribir la historia de las cosas que pasaron entre nosotros, tal y como nos las trasmitieron los que las vieron desde el principio y que ayudaron en la predicación. Yo también, ilustre Teófilo, después de haberme informado minuciosamente de todo, desde sus principios, pensé escribírtelo por orden, para que veas la verdad de lo que se te ha enseñado. (Después de que Jesús fue tentado por el demonio en el desierto), impulsado por el Espíritu, volvió a Galilea. Iba enseñando en las sinagogas; todos lo alababan y su fama se extendió por toda la región. Fue también a Názaret, donde se había criado. Entró en la sinagoga, como era su costumbre hacerlo los sábados, y se levantó para hacer la lectura. Se le dio el volumen del profeta Isaías, lo desenrolló y encontró el pasaje en que estaba escrito: El espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para llevar a los pobres la buena nueva, para anunciar la liberación a los cautivos y la curación a los ciegos, para dar libertad a los oprimidos y proclamar el año de gracia del Señor.
Enrolló el volumen, lo devolvió al encargado y se sentó. Los ojos de todos los asistentes a la sinagoga estaban fijos en él. Entonces comenzó a hablar, diciendo: “Hoy mismo se ha cumplido este pasaje de la Escritura que acaban de oír”

b)     Comentario:

Acompañada por un breve sumario que ilustra la actividad de Jesús y su persona, la escena que el pasaje (Lc 4,14-21) propone para estudiar, está ambientada en la sinagoga de Nazaret, en día de sábado. El regreso de Jesús, cuya fama se ha extendido por todos los rincones de la Galilea, por donde ha ido por la potencia del Espíritu Santo, expresa una intención precisa. En lo conciso de sus expresiones, Lucas trata de dar una interpretación salvífica a los acontecimientos, iluminando los aspectos más relevantes. Con el enseñar Jesús en las sinagogas, trata de decir su origen hebreo y el deseo de entrar en el corazón del culto para convertir en vida aquella ley que Dios había entregado a su pueblo y para ofrecerse como cumplimiento de la esperanza de Israel.

A la pregunta sobreentendida en la narración ¿Es Jesús un Profeta?, la respuesta se hace siempre más evidente, según los criterios de discernimiento que Israel usa para verificar si un profeta es enviado o no de Yahveh: hay correspondencia entre lo que enseña y las enseñanzas de la ley, sus obras corresponden a los mandatos de Dios, las profecías sobre el futuro se cumplen todas. En Nazaret, Jesús se presenta como profeta – y de hecho se compara a Elías y Eliseo – aunque no se define así, conforme a su estilo, que rechaza toda definición de él mismo.

c)     Momento de silencio:

Dejamos que la voz del Verbo resuene en nosotros

Meditatio

a)     algunas preguntas:

Hacer investigaciones precisas de cada circunstancia: ¿Estamos siempre de carrera en nuestro vivir diario? ¿Anidamos en el corazón el deseo de investigar cuidadosamente el significado de cuanto acontece?
– Me ha enviado para anunciar a los pobres la buena nueva: ¿Pienso siempre que los pobres son los otros y que yo formo parte de los que tienen y sabe, y por tanto no tengo necesidad de nadie?
Hoy se ha cumplido esta Escritura: ¿Qué Escritura conocemos tan bien, como para reconocerla en nuestro hoy?

b)     Clave de lectura: Contexto histórico

El episodio de la sinagoga de Nazaret es incluso un marco programático que nos da después la clave de lectura de lo que sucederá en el curso del evangelio lucano. El enganche al Profeta Isaías es fundamental, porque se revela la continuidad de la   historia humana de Dios. El desarrollo de los gestos de Jesús, puestos en paralelo, se alzó y abrió́ el libro, (v.17), cerró el libro y se sentó́ (v.20), da a la narración un carácter litúrgico, conocido, pero nuevo  al mismo  tiempo. En la homilía que  actualiza la profecía emerge la novedad. Hoy, palabra determinante en Lucas, expresa la propuesta cumplida por  Dios en Cristo. Y delante a este hoy, las reacciones inmediatas serán de estupor y asombro, de maravilla y escándalo hasta el rechazo ya envuelto en la pregunta que seguirá a la proclamación de Jesús, pregunta suspendida en el aire, que no recibe respuesta: ¿No es este el hijo de José́? (v.22). El contraste con la Palabra proclamada por un hombre que tiene sobre sí el Espíritu del Señor, consagrado con la unción, enviado para una misión específica que tiene sabor mesiánico: llevar el alegre anuncio, enviar, proclamar impone un conflicto de identidad.

Contexto literario

El episodio no tiene una precisa correspondencia en los sinópticos. La visita de Jesús a Nazaret en Mateo 13,53-58 y en Marcos 6,1-6a se limita al interrogativo sobre la procedencia de Jesús y a su rechazo. No hay una descripción del rito en la sinagoga, ni de las palabras dichas por Jesús para interpretar y actualizar la Palabra sagrada. La concordancia está, más allá de la diversidad de los contextos, en el rechazo de Jesús por parte de los Nazarenos.

Con el discurso de Jesús en Nazaret,  Lucas intenta  introducir e  iluminar todo el misterio público de Jesús. Isaías 61,1-2 contiene en síntesis los grandes temas que caracterizan su evangelio y los que le son más queridos: el Espíritu Santo, la unción mesiánica, la liberación escatológica, el gozo mesiánico, la intervención divina en favor de los pobres y de los oprimidos, la proclamación del año de gracia. Aquel programa  que en Marcos se ha inaugurado con la proclamación : “El tiempo se ha cumplido, el Reino de Dios está cerca, convertíos y creed al evangelio” (Mc 1,14-15) y en Mateo se desarrolla en el discurso de la Montaña (Mt 5,1-48), en Lucas se ofrece en el centro del culto hebraico: lo que se cumple no es el tiempo, sino la Escritura. Se le propone a quien lee, la necesidad de “caminar” junto a Cristo, imitándolo  por el camino de la conformidad a  la  voluntad del Padre. Jerusalén, meta de un largo viaje (Lc 9,51-18,14), que conduce a Jesús al momento decisivo de su vida, es punto de llegada de su quehacer terreno (Lc 24) y punto de partida de la vida de la Iglesia naciente (Acta 1-2).

Género literario

Se puede reconocer en el pasaje una pequeña unidad literaria. La intervención redaccional de Lucas, que parte de datos tradicionales sigue un intento propio. El diseño unitario de las dos partes demuestra claridad en el interior y delineación precisa al exterior. Para Lucas son inseparables las áreas de preguntas: ¿Quién es Jesús? y ¿A quién está destinada su obra? Es muy fuerte la relación entra palabra y acción, acción

dramática de un anuncio que se actualiza en la vida. El episodio intenta introducir el ministerio público de Jesús casi limitádolo a aquellas actividades que rozan los confines de su pertenencia a Israel. El Espíritu que desciende abundantemente sobre Jesús: en  el nacimiento (1,35), en el bautismo (3,22), durante la tentación (4,1) y al comienzo de su misión (4,14), es el Espíritu del que habla Isaías (v.18) que aclara la acción de Dios. Una acción que no tiene confines étnicos y que no busca notoriedad, sino que se dirige a los que están necesitados de salvación: pobres, prisioneros, ciegos, oprimidos, para inaugurar el tiempo de gracia del Señor. El profeta enviado por Dios está libre de toda pretensión limitante y obligante. De un culto sinagogal incapaz de acoger la Palabra antigua que se cumple hoy, se pasa al culto del seguimiento por los caminos del    mundo. Jesús se va, sigue su camino, que de Jerusalén lo conducirá a los extremos confines de la tierra a través de la evangelización de los suyos.

Análisis detallado del texto

Analizando de forma detallada los versículos del texto, se ven peculiaridades notables que encuadradas en el contexto histórico, hacen del cuadro de la sinagoga de Nazaret una síntesis del evangelio en cuanto a contenidos y sucesos.

v. 16: La sinagoga resulta ser el lugar frecuentado por Jesús. Aquí, desde los primeros años de su juventud, Él ha escuchado la Palabra de Dios y la interpreta según la tradición del pueblo. Es significativo el hecho de que Jesús busque el centro del culto. Todo hebreo adulto podía tomar la palabra, los jefes de la sinagoga generalmente confiaban este papel a los que fuesen expertos en las Escrituras. El hecho de que Jesús se levante para leer, indica que era costumbre en Él hacerlo, como le era habitual ir a la sinagoga cada sábado. El inciso “según su costumbre” da mucha fuerza al versículo, de modo que se puede presumir que el que lee y habla no es un cualquiera, sino un hijo de Israel experto en la lectura e interpretación de la Torah o de los Profetas. La fe cristiana nace por tanto de representantes fieles del pueblo de Israel, en los cuales la espera ha llegado a la madurez. Todos los personajes de Lucas son auténticos israelitas: Zacarías, Isabel y Juan, María José y Jesús, los Apóstoles y después en los Hechos, Pablo. Es “ un acostumbrado” que lleva consigo algo nuevo. La sinagoga es el lugar de donde sale el anuncio para extenderse a las ciudades de Judá y de Galilea, a todo Israel y hasta los confines del mundo.

v. 17-19: Jesús encuentra el pasaje de Isaías 61,1-2 que probablemente se refiere a la consagración de un profeta (cfr. 1 Re 19,16). Lucas elimina de la cita de Isaías el fin amenazador, porque no interesa a su propósito: subrayar que la enseñanza de Jesús toma su inicio de la Escritura (17-19 25-27) y se vuelve actual en su Persona. Las palabras de Isaías sobre sus labios adquieren pleno significado y resumen su misión: lleno de Espíritu (cfr. 4,1), ungido del Señor, es enviado a anunciar a los pobres un alegre mensaje, la liberación de los prisioneros y oprimidos, la vista a los ciegos, a predicar el tiempo de gracia del Señor.

v. 20: La descripción detallada de los gestos evidencia lo que está por venir. Jesús habla sentado, la posición típica del que enseña. Los ojos fijos en Él, preparan a la importancia de lo que Jesús está por decir. Homilía breve la suya, pero comprometedora. El movimiento caracteriza este pasaje de Lucas. Jesús viene, entró, se levantó, se sentó, pasó entre ellos, se fue. También los nazarenos se levantan, pero para atraparlo. Claro contraste. Jesús se levanta para leer, los hombres se levantan para alejarlo. La espera descrita en este versículo: “Los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos en El”, termina en rechazo. El problema no está en el anuncio, ya conocido y fuente de esperanza para los piadosos israelitas, sino en el anunciador que lo hace suyo.

v. 21: Jesús no comenta las palabras de Isaías, sino que las actualiza. Su palabra es palabra-acontecimiento – rhema – (Ac 10,37), una palabra que es ya salvación. La profecía se convierte en vida, es un hecho. La interpretación de Jesús supera toda expectativa. En la Palabra está presente el hoy, aquel hoy típico del evangelista que es el hoy de la salvación, el hoy del cumplimiento en correspondencia con lo escuchado (cfr. Rom 10,17). Es esencial para Lucas la escucha. Y la realización de las promesas antiguas que se repite en toda la obra lucana (Lc 9,51; Act 2,1; 19,21) es para los que escuchan: los anawin, los pobres, los oprimidos, los preferidos de Yahveh (Is 11,4; 29,19) y ahora los preferidos de Jesús (Mt 11,28).

c)     Reflexión:

Ejemplo de actualización es la exégesis hecha por el mismo Jesús sobre Is 61, que revela el mesianismo presente y el recurso a los pasajes de la Escritura para iluminar la situación actual. Autoridad creativa la de Cristo, que pide al  hombre el adecuar la   propia vida al mensaje, aceptando al Ungido de Dios y renunciando a la presunción de reducirlo a su dimensión. Esta perspectiva pragmática es la clave para la actualización en todo tiempo: el hoy de la salvación resuena allí donde llega la predicación. Como también la acogida y el compromiso. En la sinagoga de Nazaret se oyen las respuestas fundamentales del hombre que espera encontrar la salvación. Jesús es enviado por Dios, sostenido por el Espíritu Santo. La unción dice que Él es el Cristo. En Él se cumplen las Escrituras. Es el hoy de Dios que llena la historia de un pasado conseguido por la madurez en Cristo y se derramará en el hoy cotidiano del mañana, que es el tiempo de la Iglesia, enviada también ella, como Palabra profética, sostenida por el Espíritu Santo.

Mensaje esplendente que nos trae Lucas en este episodio es la Escritura. Ella contiene todo el secreto de Dios que vive desde la eternidad y que se hace uno entre los hombres.

Oratio Salmo 2, 6-9

“Yo he constituido mi rey sobre Sion mi monte santo”
Voy a promulgar un decreto del Señor.
Él me ha dicho: “Tú eres mi hijo, Yo te he engendrado hoy.
Pídeme, y haré de las gentes tu heredad
Te daré en posesión los confines de la tierra. Los regirás con cetro de hierro, y los romperás como vasija de alfarero

Contemplatio

Hoy: palabra clave en mi vida de cada día. En este hoy e cumple la Escritura. En este hoy Cristo entra en la sinagoga de mis convicciones para proclamar un nuevo mensaje a la pobreza de mi pensamiento, a los sentimientos prisioneros de aquel deseo quebrado en las ruinas de un cotidiano gris arrastrado hora por hora, a mi mirada ofuscada por mi horizonte miope. Un año de gracia, de regreso, de bendición. Señor, que mi hoy sea el tuyo, para que ninguna palabra tuya pueda caer en vano en mi vida, sino que todas puedan realizarse como granos de trigo en el surco helado del pasado, capaces de germinar con los primeros vientos de la primavera.

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Lectio sáb, 22 de ene, 2022

Tiempo ordinario

Oración inicial

Dios todopoderoso, que gobiernas a un tiempo cielo y tierra, escucha paternalmente la oración de tu pueblo, y haz que los días de nuestra vida se fundamenten en tu paz. Por nuestro Señor.

Lectura del santo Evangelio según Marcos 3,20-21

En aquel tiempo, Jesús entró en una casa con sus discípulos y acudió tanta gente, que no los dejaban ni comer. Al enterarse sus parientes, fueron a buscarlo, pues decían que se había vuelto loco.

Reflexión

  • El evangelio de hoy es bien corto. Apenas dos versículos. Habla de dos cosas: (a) de la gran actividad de Jesús hasta el punto de no tener tiempo para comer, y (b) la reacción contraria de la familia de Jesús hasta el punto de pensar que estaba loco. Jesús tuvo problemas con la familia. A veces, la familia ayuda y, otras veces, constituye un obstáculo. Así pasó con Jesús y así pasa con nosotros.
  • Marcos 3,20: La actividad de Jesús. Jesús volvió a casa. Su hogar ahora está en Cafarnaún (Mc 2,1). No vive ya con la familia en Nazaret. Sabiendo que Jesús estaba en casa, la gente fue para allá. Se juntó tanta gente que él y sus discípulos no tenían ni siquiera tiempo para comer. Más adelante Marcos habla, de nuevo, del servicio hasta el punto de no tener tiempo para comer con sosiego (Mc 6,31)
  • Marcos 3,20: Conflicto con la familia. Cuando los parientes de Jesús supieron esto, dijeron: “¡Está loco!” Tal vez, porque Jesús se había salido del comportamiento normal. Tal vez porque comprometía el nombre de la familia. Sea como fuera, los parientes deciden llevarle de nuevo para Nazaret. Señal de que la relación de Jesús con la familia estaba sufriendo ya. Esto debe haber sido fuente de sufrimiento, tanto para él como para María, su madre. Más adelante (Mc 3,31-35) Marcos cuenta como fue el encuentro de los parientes con Jesús. Ellos llegaron a la casa donde se encontraba Jesús. Probablemente habían venido de Nazaret. De allí hasta Cafarnaún son unos 40 Km. Su madre estaba con ellos. Ellos no podían entrar en casa, porque había mucha gente en la entrada. Por eso le mandaron un recado: ¡Tu madre, tus hermanos y tus hermanas están fuera y te esperan! La reacción de Jesús fue firme preguntando: ¿Quién es mi madre, quiénes son mis hermanos? Y él mismo contesta apuntando hacia la multitud que estaba alrededor: Aquí están mi madre y mis hermanos. Porque todo el que hace la voluntad de Dios, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre! ¡Alargó la familia! Jesús no permite que la familia lo aleje de la misión.
  • La situación de la familia en el tiempo de Jesús. En el antiguo Israel, el clan, esto es, la gran familia (la comunidad) era la base de la convivencia social. Era la protección de las pequeñas familias y de las personas, la garantía de la posesión de la tierra, el cauce principal de la tradición, la defensa de la identidad. Era la manera concreta que la gente de aquel tiempo tenía de encarnar el amor de Dios en el amor hacia el prójimo. Defender el clan, la comunidad, era lo mismo que defender la Alianza. En la Galilea del tiempo de Jesús, a causa del sistema romano, implantado durante los largos gobiernos de Herodes Magno (37 aC a 4 aC) y de su hijo Herodes Antipas (4 aC a 39 dC), todo esto había dejado de existir, o existía cada vez menos. El clan (comunidad) se estaba  debilitando. Los impuestos que había que pagar al gobierno y al templo, el endeudamiento creciente, la mentalidad individualista de la ideología helenista, las frecuentes amenazas de la represión violenta de parte de los romanos, la obligación de acoger a los soldados y darles hospedaje, los problemas cada vez mayores de supervivencia, todo esto llevaba las familias a encerrarse en sí mismas y en sus propias necesidades. Se había dejado de practicar la hospitalidad, el compartir, la comunión alrededor de la mesa, la acogida a los excluidos. Esta cerrazón se veía reforzada por la religión de la época. La observancia de las normas de pureza era un factor de marginación para mucha gente: mujeres, niños, samaritanos, extranjeros, leprosos, poseídos, publícanos, enfermos, mutilados, parapléjicos. Estas normas, en lugar de favorecer la acogida, el compartir y la comunión, favorecían la separación y la exclusión.

Así, tanto la coyuntura política, social y económica como la ideología religiosa de la época, todo conspiraba para el enflaquecimiento de los valores centrales del clan, de la comunidad. Ahora, para que el Reino de Dios pudiera manifestarse, de nuevo, en la convivencia comunitaria de la gente, las personas tenían que superar los límites estrechos de la pequeña familia y abrirse de nuevo a la gran familia, a la Comunidad. Jesús da el ejemplo. Cuando sus parientes llegan a Cafarnaún y tratan de apoderarse de él para llevarlo hacia la casa, él reacciona. En vez de quedarse encerrado en su pequeña familia, ensancha la familia (Mc 3,33-35). Crea comunidad. Pide lo mismo a todos cuantos quieren seguirle. Las familias no pueden encerrarse en sí mismas. Los excluidos y los marginados deben ser acogidos, de nuevo, en la convivencia y, así, sentirse acogidos por Dios (cf. Lc 14,12-14). Es éste el camino para realizar el objetivo de la Ley que decía: “Que no haya pobres entre ustedes” (Dt 15,4). Al igual que los grandes profetas, Jesús procura afianzar la vida comunitaria en las aldeas de la Galilea. Retoma el sentido profundo del clan, de la familia, de la comunidad, como expresión de la encarnación del amor de Dios en el amor hacia el prójimo.

Para la reflexión personal

  • La familia ¿ayuda o dificulta tu participación en la comunidad cristiana? ¿Cómo asumes tu compromiso en la comunidad cristiana?
  • ¿Qué nos tiene que decir todo esto de cara a nuestras relaciones en familia y en comunidad?

Oración final

¡Pueblos todos, tocad palmas, aclamad a Dios con gritos de alegría!
Porque Yahvé, el Altísimo, es terrible,
el Gran Rey de toda la tierra.
(Sal 47,2-3)

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