Cincuenta ángeles para el alma

GRÜN, A.,

Cincuenta ángeles para el alma

Sal Terrae, Madrid, 2000, 156 pp.

No es una enciclopedia o un tratado de los Ángeles (Angeología), sino una antología (llamémosla así) para que el alma se sienta protegida y esperanzada en su vivir. A. Grün, como si fuera un filólogo, describe el significado de las palabras claves de esta obra (alma, virtud, psique, etc.) y, después, su comentario desde la teología espiritual. Buen pedagogo. Nos habla de los ángeles de la paz, de la propia decisión, de la distensión, de la sabiduría, del conocimiento de sí mismo, del olvido, de la fortaleza, de la obediencia, de la prudencia, de la discreción, del silencio, de la justicia, de la integridad, de la insobornabilidad, de la longanimidad, de la sonrisa, del sueño reparador, del placer de vivir, de la propia medida, de la tranquilidad, del amor al prójimo, de la amistad, de la perseverancia, de la fidelidad, de la franqueza, del compromiso, del servicio, de la vigilancia, de la ecuanimidad, de la tolerancia, de las celebraciones, de la solidaridad, del humor, de la renuncia, de la hospitalidad, de las pequeñas atenciones, del juego limpio, de la no violencia, de la bondad, de la inspiración, de la esperanza, de la fe, del dominio de sí mismo, del respeto, de la bendición, del compartir, de la compasión, de la integración, de la alabanza, de la luz.

Todos son ángeles. En total: 50. Todos son virtudes. Todos son apoyos. Todos son lámparas de luz. Todos son impulsos interiores que desarrollan las potencialidades de nuestro espíritu; potencialidades o dones divinos. Todos son alas para desarrollar estos dones de Dios. Todos son compañeros de la vida. Todos son fuerzas o dones de Dios. Como lectura espiritual para cada día, será un ángel que nos acompaña en nuestro caminar. Camino, a veces solitario, a veces a oscuras, a veces luminoso, a veces como en un atardecer, a veces anochecen las fuerzas. A veces… Así los concibe A. Grün, y así nos los presenta. Razones y experiencias, título y contenido. Cincuenta ángeles. Ni más ni menos.

– Ildefonso Peñas.