Lectio mié, 22 jun, 2022

Tiempo Ordinario

Oración inicial

Concédenos vivir siempre, Señor, en el amor y respeto a tu santo nombre, porque jamás dejas de dirigir a quienes estableces en el sólido fundamento de tu amor. Por nuestro Señor.

Lectura del santo Evangelio según Mateo 7,15-20

Jesús dijo a sus discípulos: «Cuidado con los falsos profetas. Se acercan a ustedes disfrazados de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conocerán. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos o higos de los cardos? Todo árbol bueno da frutos buenos y el árbol malo da frutos malos. Un árbol bueno no puede producir frutos malos y un árbol malo no puede producir frutos buenos.

Todo árbol que no produce frutos buenos es cortado y arrojado al fuego. Así que por sus frutos los conocerán».

Reflexión

  • Estamos llegando a las recomendaciones finales del Sermón del Monte. Comparando el evangelio de Mateo con el de Marcos se percibe una gran diferencia en la manera en que los dos presentan la enseñanza de Jesús. Mateo insiste más en el contenido de la enseñanza y lo organiza en cinco grandes discursos, de los cuales el Sermón del Monte es el primero (Mt 5 a 7). Marcos, por más de quince veces, dice que Jesús enseñaba, pero raramente dice lo que él enseñan. A pesar de estas diferencias, los dos concuerdan en un punto: Jesús enseñaba mucho. Enseñar era lo que Jesús más hacía (Mc 2,13; 4,1-2; 6,34). Era su costumbre (Mc 10,1). Mateo se interesaba por el contenido. Marcos ¿se interesaba por el contenido? ¡Depende de lo que entendemos por contenido! Enseñar no es sólo cuestión de comunicar verdades para que la gente las aprenda de memoria. El contenido no está sólo en las palabras, sino también en los gestos y en la manera que Jesús tiene de relacionarse con las personas. El contenido no está nunca desligado de la persona que lo comunica. La persona es la raíz del contenido. La bondad y el amor que transparen en las palabras y en los gestos de Jesús forman parte del contenido. Son su espesor. Contenido bueno sin bondad es como leche derramada. No convence y no hay conversión.
  • Las recomendaciones finales y el resultado del Sermón del Monte en la conciencia de la gente ocupan el evangelio de hoy (Mt 7,15-20) y de mañana (Mt 7,21-29). (La secuencia de los evangelios diarios de la semana no es siempre la de los evangelios mismos).

Mateo 7,13-14: Escoger el camino recto
Mateo 7,15-20: Los profetas se conocen por los frutos
Mateo 7,21-23: No sólo hablar, sino practicar
Mateo 7,24-27: Construir la casa sobre roca
Mateo 7,28-29: La nueva conciencia de la gente

  • Mateo 7,15-16ª: Cuidado con los falsos profetas. En el tiempo de Jesús, había profetas de todo tipo, personas que anunciaban mensajes apocalípticos para envolver a la gente en los diversos movimientos de aquella época. Esenos, fariseos, celotes y otros (cf. At 5,36-37). En el tiempo en que Mateo escribe había también profetas que anunciaban mensajes diferentes del mensaje proclamado por las comunidades. Las cartas de Pablo mencionan estos movimientos y tendencias (cf 1Cor 12,3; Gal 1,7-9; 2,11-14;6,12). No debe haber sido fácil para las comunidades hacer el discernimiento de espíritus. De aquí la importancia de las palabras de Jesús sobre los falsos profetas. La advertencia de Jesús es muy fuerte: «Cuidado con los falsos profetas: ellos vienen vestidos con pieles de oveja, pero dentro son lobos feroces” .Jesús usa esta misma imagen cuando envía a los discípulos y a las discípulas en misión: “Os mando como cordero en medio de lobos” (Mt 10,16 y Lc 10,3). La oposición entre lobo voraz y manso cordero es irreconciliable, a no ser que el lobo se convierta y pierda su agresividad como sugiere el profeta Isaías (Is 11,6; 65,25). Lo que importa aquí en nuestro texto es el don del discernimiento. No es fácil discernir los espíritus. A veces, sucede que intereses personales o grupales llevan a las personas a proclamar como falsos a los profetas que anuncian la verdad que incomoda. Esto aconteció con Jesús. Fue eliminado y condenado a muerte como falso profeta por las autoridades religiosas de la época. De vez en cuando, lo mismo ha ocurrido y sigue ocurriendo en nuestra iglesia.
  • Mateo 7,16b-20 : La comparación del árbol y sus frutos. Para ayudar en el discernimiento de espíritus, Jesús usa la comparación del fruto: “Por los frutos os reconocerán”. Un criterio similar lo había sugerido ya el libro del Deuteronomio (Dt 18,21-22). Y Jesús añade: Un árbol bueno no puede producir frutos malos, ni un árbol malo producir frutos buenos. Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y arrojado al fuego. En el evangelio de Juan, Jesús completa la comparación: “Si alguna de mis ramas no produce fruto, él lo corta; y limpia toda rama que produce fruto para que  dé más. Esas ramas son arrojadas fuera y se secan como ramas muertas.” (Jn 15,2.4.6)

Para la reflexión personal

  • ¡Falsos profetas! Conoces algún caso en que una persona buena y honrada que proclamaba una verdad incómoda fue condenada como falso profeta?
  • Al juzgar por los frutos del árbol de tu vida personal, ¿cómo te defines: falso o verdadero?

Oración final

Mis ojos languidecen por tu salvación,
por tu promesa de justicia.
Trata a tu siervo según tu amor,
enséñame tus preceptos. (Sal 119,123-124)

Todos los derechos: www.ocarm.org