Testamento

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Índice: Santa Teresa Benedicta de la Cruz (Edith Stein), Testamento

 

Testamento

Según la prescripción de nuestras Constituciones, hice un testamento antes de mi primera profesión (21 de abril de 1935). Este testamento se conservó con los restantes en el Carmelo de Colonia, pero antes de mi traslado al Carmelo de Echt, en diciembre de 1938, lo destruí de acuerdo con la querida Madre Teresa Renata del Espíritu Santo, priora de Colonia, pues podía complicar el paso de la frontera. De todas formas había perdido ya su valor a causa del cambio de la situación.

Este escrito tenga, pues, el valor de un testamento. Poco es lo que me queda y sobre lo cual pueda disponer, pero, en caso de mi muerte, podría servir de ayuda a los queridos superiores conocer mi parecer al respecto.

Los libros que traje conmigo, mientras que no sean de un carácter puramente científico o de poco uso para las hermanas, quisiera dejarlos naturalmente al convento. Los libros científicos los recibirían a gusto nuestros Padres Carmelitas, los Trapenses o los Jesuitas.

Pido también que mis manuscritos sean revisados y, según un criterio recto, o sean destruidos, o se añadan a la biblioteca, o bien sean regalados como recuerdo. La historia sobre mi familia ruego que no sea publicada mientras esté en vida alguno de mis hermanos y pido también que no les sea entregada a ellos. Solamente Rosa podría acceder a ella, y después de la muerte de mis otros hermanos, sus hijos. Sobre su publicación en todo caso debe decidir la Orden.

Tengo en mi poder también dos manuscritos de unos amigos extranjeros. Si no los han retirado antes de mi muerte, pediría que se les entregasen a sus dueños respectivos, y algún pequeño manuscrito [mío] como recordatorio. Las direcciones son:
Dr. Winthrop Bell, Chester, Nueva Escocia, Canadá.
Prof. Dr. Roman Ingarden, Lwów (Lemberg). Polonia. Jablonowskich, 4.
Los manuscritos están señalados con estos nombres de sus dueños en los sobres.

Si mi libro Ser finito y ser eterno no hubiese sido publicado antes de mi muerte, rogaría a nuestro Reverendo Padre Provincial que se ocupase amablemente del término de la impresión y de su publicación. Con este fin adjunto una copia del contrato con la editorial. Ya que este contrato fue realizado el Carmelo de Colonia, sería necesario para el definitivo por contrato el acuerdo del mismo, así como el del editor, Otto Borgemeyer, en Breslau, para la realización de uno nuevo.

De todo corazón doy las gracias a mis queridas superioras y a todas mis queridas hermanas por el amor con que me han acogido y por todo lo bueno que me han dado en esta casa.

Desde ahora acepto con alegría y con perfecta sumisión a su santa voluntad, la muerte que Dios me ha reservado. Pido al Señor que se digne aceptar mi vida y mi muerte para su honor y su gloria; por todas las intenciones de los Sagrados Corazones de Jesús y de María y por la Santa Iglesia, de modo especial por el mantenimiento, santificación y perfección de nuestra Santa Orden, particularmente los Carmelos de Colonia y Echt, en expiación por la incredulidad del pueblo judío y para que el Señor sea acogido por los suyos y venga su Reino en la gloria; por la salvación de Alemania y la paz en el mundo; finalmente, por mis familiares, vivos y difuntos, y por todos los que Dios me ha dado: que ninguno de ellos se pierda.

Viernes de la octava de Corpus Christi, 9 de junio de 1939, en el séptimo día de mis ejercicios espirituales.

In nomine Patris et Filii et Spiritus Sancti.

Hna. Teresia Benedicta a Cruce, OCD